Los nacionalistas e Izquierda Unida reculan y apoyan a Zapatero para sacar adelante el canon digital

El Gobierno ha conseguido salvar el canon digital en el Congreso. Los partidos minoritarios CIU, ERC, PNV e IU dieron un giro radical en sus posiciones y acabaron por tumbar este jueves la enmienda que preveía la eliminación del canon digital y que ellos mismos habían aprobado hace una semana en el Senado. Las presiones del PSOE y de las entidades de gestión de los derechos de autor, como la Sociedad General de Autores (SGAE), dieron sus frutos. Sólo el Partido Popular y los diputados de ICV votaron a favor de la enmienda y, por tanto, en contra de esta polémica tasa.

Los primeros en recular fueron los diputados de Izquierda Unida, que anunciaron que votarían en contra de la enmienda, pese a que ésta había sido idea de sus colegas de grupo parlamentario, ICV. Isaura Navarro se encargó de la difícil tarea de explicar cómo el voto de parte de los diputados de su grupo iría en contra de sus convicciones, que pasan por calificar el canon de “impuesto incoherente y gestionado por entidades privadas”. CiU también cambió su discurso de forma drástica, negó que se trate de un impuesto y fundamentó su apoyo al canon en que posibilita al ciudadano a hacer copias privadas de las obras que compra. Ahora bien, reconocieron que algo no se estaba haciendo bien, dado el gran malestar social suscitado.

La otra gran mutación la protagonizó ERC. Su portavoz Joan Puig se parapetó en la abstención y desvió el debate para pedir que se realice una nueva ley de propiedad intelectual, donde se incluya a las comunidades autónomas en las entidades de gestión de los derechos de autor. Por su parte, el PNV considera que no es el momento oportuno para abrir el debate, aunque advirtió al Gobierno que el problema no está zanjado y que debe tomar nota del espíritu de la enmienda.

El PSOE se tomó en serio la pelea por salvar su canon, dada la gran expectación generada en los últimos días, y la contundente oposición del PP a la tasa, que pilló desprevenidos a los estrategas de Moncloa. El portavoz parlamentario, Diego López Garrido, se encargó de defender desde la tribuna del Congreso la necesidad de este impuesto como una compensación a los autores por el llamado derecho de copia privada. Además, cargó contra el PP, al que acusó de oportunista por no haberse opuesto a la medida en pasados debates. “A la derecha le parece muy bien la propiedad inmobiliaria, pero le parece mal la propiedad intelectual, la de la cultura”, espetó Garrido a la bancada popular.

El PP respondió que el PSOE “está desconectado de la realidad” e insistió en el carácter indiscriminado del canon: “Es como poner una multa a todos los conductores para ahorrarse en guardias. Una presunción colectiva de culpabilidad”. Los populares tildaron de “inaceptable” y “anacrónica” la medida, y llamaron a celebrar un acuerdo con todos los sectores implicados en la próxima legislatura.

Con el resultado de esta votación, el Gobierno ve reforzada su posición para aplicar las tasas que esta semana acordaron el ministerio de Industria y de Cultura a todo tipo de soportes digitales, desde teléfonos móviles a memorias USB, pasando por CD-R o grabadoras informáticas. Se trata de un triunfo también para la SGAE, principal grupo de presión de autores y editores que se niegan a prescindir de los más de 100 millones de euros de recaudación prevista para sus arcas. Una de las principales perjudicadas por el canon será la propia administración pública, además de los consumidores y los fabricantes y comerciantes de productos tecnológicos.

Reacción en cadena