El 'asesino del ajedrez' es declarado culpable de 48 homicidios

Alexander Pichushkin, un trabajador de supermercado de 33 años, apodado el asesino del tablero de ajedrez, fue condenado ayer en Moscú por la muerte de 48 personas, tras haber confesado ante el tribunal que la primera vez que acabó con una vida fue como enamorarse. El veredicto le convierte en el mayor asesino en serie de Rusia desde Andrei Chikatilo, conocido como el estrangulador de Rostov, que fue condenado en 1992 y ejecutado posteriormente por la muerte de más de 50 personas.

Pichushkin, a quien los medios le dieron su apodo porque esperaba poner una moneda por cada víctima en cada una de las 64 casillas de un tablero de ajedrez, admitió durante el proceso el asesinato de otras 11 personas que no están incluidas en el caso con la intención de llegar a 64 homicidios. El condenado escogía a sus víctimas entre los elementos más marginales de la sociedad - drogadictos, alcohólicos, pobres y ancianos - a los que emborrachaba antes de matarlos a golpes.

Los fiscales dicen que atraía a la mayoría de sus víctimas a zonas aisladas del parque Bitsevsky de Moscú pidiéndoles compañía. Después les daba vodka y luego aplastaba sus cabezas con un martillo o los lanzaba al desagüe, en algunos casos aún vivos. Dado que en la mayoría de los casos se trataba de ancianos o personas con adicciones al alcohol y las drogas, la policía tardaba meses en descubrir que habían desaparecido, puesto que ningún familiar los reclamaba.

"La primera muerte es como tu primer amor. Nunca la olvidas", dijo Pichushkin durante el juicio, tras explicar cómo asesinó a los 18 años a un compañero de clase. "Si no me hubieran pillado, nunca habría parado. Nunca. Salvaron la vida de muchas personas", añadió.

No padece trastornos mentales

"Pichushkin ha sido encontrado culpable de todos los cargos sin circunstancias atenuantes", dijo el juez Vladimir Usov después de que el jurado encontrara a Pichushkin culpable de 48 homicidios y tres intentos de asesinato. El acusado, sentado dentro de un recinto acristalado, no mostró ninguna emoción y miró al suelo, frunciendo el ceño de vez en cuando, antes de ser retirado del recinto esposado.

La fiscalía afirmaron que los análisis médicos realizados al condenado tras su arresto mostraron que no padece de trastornos mentales, aunque sí encontraron signos de "homicidiomanía", es decir, una atracción hacia el asesinato. También era consciente de la gravedad de sus crímenes.

El fiscal jefe de Moscú Yuri Syomin solicitó la cadena perpetua para Pichushkin, "teniendo en cuenta la grave naturaleza de sus crímenes". "No lamenta nada, lo que para mí es extraño", dijo su abogado, Pavel Ivannikov.

Rusia tiene una moratoria sobre la aplicación de la pena de muerte. La sentencia se espera en los próximos días.