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Orangutanes, tigres, macacos: todo puede comprarse en Indonesia
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Orangutanes, tigres, macacos: todo puede comprarse en Indonesia

Desde enormes rinocerontes hasta diminutas tortugas, pasando por orangutanes, macacos, tigres, osos, águilas de mar... todo está a la venta, vivo o muerto, todo se puede

Foto: Orangutanes, tigres, macacos: todo puede comprarse en Indonesia
Orangutanes, tigres, macacos: todo puede comprarse en Indonesia

Desde enormes rinocerontes hasta diminutas tortugas, pasando por orangutanes, macacos, tigres, osos, águilas de mar... todo está a la venta, vivo o muerto, todo se puede comprar en los mercados de Indonesia: aves en peligro de extinción, mamíferos autóctonos protegidos o peces de colores. En este país no faltan precisamente animales y cada vez son más los robados a la naturaleza para entrar en el círculo del comercio ilegal, que genera en Indonesia alrededor de 1.000 millones de dólares (740 millones de euros) anuales.

Muchos de ellos son especies en peligro crítico de extinción, algunas de las cuales, como el orangután, se encuentran en una situación tan grave que los expertos no le dan más de quince años de existencia. En los mercados locales, un orangután se puede adquirir por unos 1.000 euros (1.355 dólares). El mismo ejemplar en los mercados internacionales se venderá por entre 6.000 y 10.000 euros, ó 8.000 y 13.550 dólares. El beneficio es mucho y el riesgo no tanto, porque pocas veces se castiga a los traficantes.

Indonesia es el país del mundo con la lista más larga de especies en peligro y también una de las regiones desde donde más animales se exportan. "El comercio de animales y plantas salvajes es una amenaza enorme para la diversidad en Indonesia. Este país tiene un marco legal de protección de la vida salvaje muy fuerte, pero su aplicación es muy débil y muchas de las agencias involucradas no tienen recursos para hacer frente al problema", dijo a Efe Nick Brickle, de la Sociedad de Conservación de la Fauna y la Flora (WCS, por su sigla en inglés).

Según esta organización, de cada mil personas detenidas por tráfico ilegal de animales, sólo cinco son condenados, lo que genera una percepción de impunidad y desmoraliza a los agentes forestales. "Se necesita un cambio de actitud para que se vean los crímenes contra la naturaleza como crímenes de verdad y también que las agencias gubernamentales redoblen sus esfuerzos", indica Brickle.

El poder del 'dragón rojo'

Uno de los principales destinatarios de este comercio es China, gran comprador de pieles y partes de animales para la alimentación y para su medicina tradicional. Desde Sumatra, salen hacia los mercados chinos cada semana siete toneladas de tortugas, muy demandadas por sus supuestas propiedades para aumentar la virilidad. Las pezuñas de oso, el cuerno de rinoceronte y los huesos y colmillos de tigre son buscados por los chinos por sus supuestas propiedades curativas.

España también está entre los receptores de los animales indonesios, según indica Karmele Llano, veterinaria bilbaína que trabaja en el país asiático en el rescate de animales salvajes. "De aquí salen muchísimos animales a otros países. A España principalmente se exportan serpientes, cocodrilos y sus pieles, para hacer zapatos y bolsos", explica.

"La gente no se da cuenta de que, en el proceso, mueren muchos animales. Las cacatúas, por ejemplo, a lo mejor de cien aves sobreviven sólo diez o veinte, pero con la venta de esas pocas, el negocio ya es rentable", explica Llanos. El estrés al que son sometidos durante el transporte y la venta resulta mortal para muchos animales, y otros fallecen durante las operaciones de captura. "Siempre que ves a una cría de orangután en un mercado sabes que al menos su madre ha tenido que morir para que la puedan capturar", explica esta veterinaria española.

Desde enormes rinocerontes hasta diminutas tortugas, pasando por orangutanes, macacos, tigres, osos, águilas de mar... todo está a la venta, vivo o muerto, todo se puede comprar en los mercados de Indonesia: aves en peligro de extinción, mamíferos autóctonos protegidos o peces de colores. En este país no faltan precisamente animales y cada vez son más los robados a la naturaleza para entrar en el círculo del comercio ilegal, que genera en Indonesia alrededor de 1.000 millones de dólares (740 millones de euros) anuales.