Nicolas Dueñas asegura que el Plan de Emergencias funcionó correctamente y que no hubo descoordinación.

El director general del Medio Natural de Castilla-La Mancha, José Ignacio Nicolás, aseguró que conoció la existencia del incendio de Guadalajara en la mañana del domingo 17 de julio, al día siguiente de originarse el fuego, a través de los medios de comunicación y que se sumó al operativo al mediodía, junto a la consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo. Nicolás Dueñas hizo estas consideraciones en su primera intervención ante la comisión de las Cortes de Castilla-La Mancha que investiga lo ocurrido en el incendio -que arrasó cerca de 13.000 hectáreas entre el 16 y el 21 de julio y se cobró once vidas-, donde defendió que el protocolo establecido en el Plan de Emergencias regional funcionó "correctamente", descartó que hubiera descoordinación y dijo que el fuego declarado era "imparable".

El compareciente, número dos de la Consejería de Medio Ambiente cuya titular dimitió a raíz del incendio, explicó que en el momento en el que se declaró el fuego se encontraba en el hospital Doce de Octubre de Madrid, porque a su hijo le operaban "de urgencia" y explicó que no conoció la existencia del fuego hasta el día siguiente.

Tras conocer este dato, la portavoz del PP en la comisión, Ana Guarinos, le pidió que considerara la posibilidad de dimitir al igual que hizo la consejera.

Nicolás aseguró que en cuanto se conoció la alerta el día 16 de julio a las 14.40 horas se movilizaron todos los medios adjudicados al territorio, pero el tipo de fuego declarado -de copas- y la sequía hicieron que el incendio fuera "imparable", y manifestó que, pese al trágico accidente, el retén siniestrado trabajaba en una "zona segura".

El director de Medio Ambiente insistió en que se habilitaron todos los medios disponibles en el "despacho automático" asignado al territorio afectado, y posteriormente se fueron sumando medios, pero, ante la imposibilidad de atacar directamente el fuego por la "virulencia" con la que se propagó, se optó por hacer un ataque indirecto para tratar de controlarlo.

También consideró "injusto" que se hable de descoordinación en la zona y, pese a que consideró "absolutamente comprensibles" las llamadas de alerta recibidas en el 112 denunciando falta de medios, dejó claro que los equipos de extinción se volcaron en zonas "aún más peligrosas" que aquellas desde donde se realizaron las llamadas.

En relación a los medios aéreos, recalcó que se solicitaron los que se necesitaron, pero apuntó que en los días 16 y 17 las descargas de los aviones, dada la altura de las llamas, eran "ineficaces" y apuntó que ocho aviones habrían dado el mismo resultado que uno sólo.

Asumió que si todos los medios disponibles en Castilla-La Mancha hubiesen estado disponibles en la zona la tragedia "no hubiera pasado", pero en aquellos días el mapa de alerta en la región "estaba todo en rojo".

Nicolás consideró que la muerte de los integrantes del retén se debió a un "desgraciado accidente" motivado por una "ola de fuego", un fenómeno, según dijo, "absolutamente impredecible".

Aseguró que en cuanto se conoció la alerta se movilizaron todos los medios adjudicados al territorio, pero el tipo de fuego declarado -de copas- y la sequía hicieron que el incendio fuera "imparable", y manifestó que, pese al trágico accidente, los retenes de tierra trabajaban en zonas seguras.