Una hora antes del inicio de la fiesta arrancará la manifestación del Foro de Familia en la Plaza de Cibeles.

Carlinhos Brown traerá a Madrid el próximo sábado la magia de los carnavales de su ciudad natal, Salvador de Bahía, "una acción colectiva de placer y alegría" y "una fiesta de democracia, porque en ese momento todos somos iguales", según dijo hoy el músico brasileño. Tras llevar su carnaval a Bilbao y Barcelona, el carnaval móvil de Carlinhos Brown llega el sábado a Madrid, donde entre las siete de la tarde y las once de la noche y desde dos camiones-escenario, él y los músicos, bailarines y capoeiras que le acompañan recorrerán los aproximadamente tres kilómetros del Paseo de la Castellana que separan la Plaza de Castilla y Nuevos Ministerios. Los organizadores esperan que la asistencia de los madrileños a este carnaval supere la cifra de 400.000 participantes que esta fiesta congregó en Barcelona el pasado 28 de mayo.

En una rueda de prensa para presentar el carnaval, la concejala de las Artes, Alicia Moreno, calificó de "honor" para la capital recibir "el ritmo, el colorido y la magia" de esta iniciativa. "Nos encanta abrir la ciudad a la fiesta y a la solidaridad", dijo después de destacar "el compromiso humano y social" de Carlinhos Brown, "artífice del cambio radical" que se ha producido en Salvador de Bahía gracias a sus iniciativas "por alejar de la marginalidad a los niños de la favela de Candeal.

Junto a la concejala, Carlinhos Brown destacó que "todas las familias son bienvenidas" a su carnaval, que coincidirá el sábado con la manifestación contra los matrimonios homosexuales convocada para una hora antes entre Cibeles y la Puerta del Sol. "Será un momento para olvidar nuestros problemas, para sellar la paz", dijo. El músico, que después llevará su carnaval a Sevilla -el día 25- y a Valencia -el 17 de julio- y que estará acompañado, entre otros, por los dieciocho componentes de Timbala -una formación que creó en los años 90- dijo que saca las energías necesarias para ofrecer cuatro horas de música y baile del propio público: "me entrego porque la gente se entrega", señaló tras explicar que ha sido "el pueblo quien ha inventado este trabajo, esta alegría".

Carlinhos Brown no parece muy afectado por la vertiginosa escalada de popularidad que le ha envuelto en los últimos años, tras la publicación del exitoso disco de Tribalistas y su aparición en la película "El milagro de Candeal" de Fernando Trueba. "No creo en la fama, la fama no hace arte, es una fase, una oportunidad que no será eterna, se agotará porque vendrá gente nueva", explicaba rodeado del gigantesco aparato de publicidad de la compañía de teléfonos móviles que patrocina estos carnavales y respondiendo sin perder la sonrisa a preguntas del tipo de a qué edad dio su primer beso o tuvo su primera novia (fue a los 11 años, según dijo). El músico aseguró que no se considera "un fenómeno", sino "un trabajador y un ser humano" cuyo éxito reside en "un trabajo de calidad y respeto y de equipos que trabajan juntos" aunque "cuando algo se hace grande impone colocar rótulos".

Brown pidió a los asistentes que lleven su propia agua, que no traten de acercar a los camiones a niños menores de 3 años, alertó sobre los peligros de la mezclar alcohol y conducción, y también habló de su vinculación con las campañas a favor del desarme, algo que "tiene que ser popular" y empezar por los propios ciudadanos porque "no hay que esperar a que venga el señor Bush a hacerlo".

Carlinhos Brown contó también que si no fuera músico le hubiera gustado haberse dedicado a la pintura y habló de su admiración por la obra de Miró, aunque después aseguró que "nací para ser el hombre que soy".