Parálisis del sueño: vivir una pesadilla despierto
Te despiertas y abres los ojos, pero tu cuerpo no responde. Una desagradable sensación de ahogo y angustia te invade. ¿Lo bueno? Es pasajero ¿Lo malo? Puede volver a ocurrir
Cuando uno conoce los síntomas que describen un episodio de parálisis del sueño, no puede evitar sentir sorpresa, angustia e inquietud. Y es que las personas que han experimentado este trastorno sienten por unos segundos que no pueden mover los músculos, que les cuesta respirar y que se ahogan. Por todo ello, sienten miedo y angustia. Además, en algunos casos, no todos, pueden llegar a tener alucinaciones visuales.
Una retahíla de síntomas que el doctor Asier Gómez Ibáñez, especialista en Neurología en la Clínica Universidad de Navarra, conoce muy bien gracias a su trabajo en consulta. “Los episodios de parálisis de sueño consisten en una incapacidad transitoria para moverse cuando una persona se despierta. Estas situaciones son breves pero angustiosas porque pueden ir acompañadas de dificultad para respirar y/o alucinaciones. Además, en los casos que hay predisposición a tener varios y afectan al rendimiento diurno, hablamos de trastorno de parálisis de sueño”.
A pesar de que no se han identificado las causas concretas que desencadenan esta retahíla de síntomas, sí se conocen ciertos elementos desencadenantes. Entre ellos, el experto destaca los trastornos de ansiedad y estrés postraumático, vivencia de eventos traumáticos, mala calidad o higiene del sueño, consumo de alcohol y antecedentes familiares.
Estos factores favorecen la aparición de los episodios de parálisis del sueño, los cuales, “desde el punto de visto fisiológico ocurren cuando la persona se despierta en la fase REM del sueño, durante la que experimentamos una pérdida del tono muscular”, apunta la doctora Elena Urrestarazu, especialista de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra. Y añade: “Esto hace que no podamos mover muchos músculos, incluidos algunos respiratorios (aunque el más importante, el diafragma, sí funciona) lo que provoca sensación de ahogo. Además, en esa fase REM predomina un estado de hipervigilancia, lo que amplifica la sensación de miedo y ansiedad que manifiesta la persona durante el episodio”.
Tanto en adultos como en niños o adolescentes
Una experiencia que se estima que tengan una vez en la vida, entre un 7 % y un 8 % de la población. Aunque esta prevalencia “puede llegar hasta el 35 % en personas diagnosticadas de alguna enfermedad psiquiátrica, especialmente la enfermedad por estrés postraumático”, advierte el doctor.
No suelen tener ninguna repercusión más allá de la angustia que suele producir el hecho de no poder moverse durante unos segundos
Además, “la parálisis del sueño puede comenzar a cualquier edad, especialmente en la infancia, adolescencia o inicio de la edad adulta, con pico entre los 14-20 años de edad”, señala.
Asusta, pero no es grave
Cuando por una de estas razones experimentamos un episodio de parálisis del sueño, o bien lo sufre alguien de nuestro entorno, el doctor Gómez recomienda acudir al neurólogo sin esperar a que se sufra una segunda vez. De esta manera, “nos aseguramos de que efectivamente se trata de un episodio de parálisis de sueño y no de otro tipo de patologías, como una crisis epiléptica, una apnea del sueño u otro tipo de parasomnia”, aclara.
Y es que, el doctor remarca que “no suelen tener ninguna repercusión más allá de la angustia que suele producir el hecho de no poder moverse durante unos segundos, especialmente si van asociados con dificultad respiratoria o alucinaciones”.
Por tanto, “no es frecuente que requieran tratamiento”, asegura. “Además, lo habitual es que sean muy esporádicos y habitualmente asociados a falta de sueño, mala higiene del sueño o ingesta de estimulantes”, apostilla.
Controlar la causa, no el síntoma
Más allá de que, normalmente, se trate de algo puntual, lo cierto es que no es una experiencia que deseemos que se repita. Para evitarlo, o al menos, reducir las posibilidades de que eso ocurra, lo habitual es enfocar el tratamiento al control de las patologías psiquiátricas asociadas. “Para los propios episodios no es necesario medicación, ya que son breves y no tienen repercusión ni producen ninguna alteración. No obstante, para disminuir la angustia, se recomienda meditación focalizada y terapia de relajación muscular”, señala Gómez.
Por tanto, no se puede garantizar que solo vaya a ocurrir una vez, ya que “la aparición de estos episodios va a depender en muchas ocasiones de la evolución de la patología de base y desencadenantes que pueden producirlos. Por tanto, -continúa el doctor- al ocurrir además en personas que tienen predisposición a ello, pueden aparecer en cualquier momento, aunque es más frecuente durante la adolescencia y adultos jóvenes”.
Cuando uno conoce los síntomas que describen un episodio de parálisis del sueño, no puede evitar sentir sorpresa, angustia e inquietud. Y es que las personas que han experimentado este trastorno sienten por unos segundos que no pueden mover los músculos, que les cuesta respirar y que se ahogan. Por todo ello, sienten miedo y angustia. Además, en algunos casos, no todos, pueden llegar a tener alucinaciones visuales.