La relación entre el microbioma intestinal y la esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune para la que, en la actualidad, todavía no tenemos un tratamiento eficaz. Un estudio en gemelos idénticos revela que ciertas bacterias intestinales podrían desencadenarla
Una paciente con esclerosis múltiple camina con la ayuda de un exoesqueleto. (EFE /Juan Herrero)
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica y compleja, cuyo origen se atribuye a la interacción de factores genéticos y ambientales. En ella, el sistema inmune ataca la mielina, sustancia que rodea y protege a las fibras del sistema nervioso. Los síntomas de la enfermedad son variados, dependiendo de en qué lugar se produzca la desmielinización, e incluyen alteraciones visuales o sensoriales o parálisis.
Desde hace años, los investigadores sospechan que el microbioma intestinal podría desempeñar un papel clave en el inicio de la enfermedad. Ahora, un estudio publicado en la revista PNAS aporta pruebas experimentales que refuerzan esta hipótesis y apunta a dos tipos de bacteria específicos como posibles desencadenantes.
Estudio en gemelos
El trabajo se apoyó en el estudio de un grupo de 81 parejas de gemelos, en las que uno de los hermanos había desarrollado esclerosis múltiple y el otro no. Este diseño minimiza los factores de confusión, ya que los gemelos son genéticamente idénticos y han estado expuestos al mismo entorno durante la infancia y adolescencia.
El análisis de muestras fecales reveló 51 especies bacterianas con distinta abundancia entre los gemelos afectados y los sanos. Adicionalmente, cuatro de las parejas de gemelos se sometieron a una colonoscopia con toma de muestras en distintas secciones del intestino, incluido el íleon, una zona donde se concentran células inmunitarias con potencial inflamatorio.
Trasplante de bacterias
Lo más esclarecedor fue el efecto de trasplantar bacterias del íleon de gemelos con esclerosis múltiple al intestino de ratones, los cuales desarrollaron la enfermedad con mayor frecuencia que los que recibieron el trasplante de microbiota de gemelos sanos.
El análisis en los ratones que desarrollaron la enfermedad, mostró la proliferación masiva de dos miembros de la familia Lachnospiraceae: Eisenbergiella tayi y Lachnoclostridium sp. Estas bacterias, minoritarias en los humanos, se expandieron de forma desproporcionada en el intestino de los animales enfermos y se asociaron con la aparición de inflamación cerebral y desmielinización, signos característicos de la EM.
Curiosamente, el fenómeno se observó con mayor frecuencia en ratones hembra, un hallazgo que recuerda la mayor prevalencia de la esclerosis múltiple en mujeres. Los investigadores sugieren que las diferencias hormonales podrían influir en la interacción entre microbiota e inmunidad.
De nuevo, la microbiota
Hasta ahora, muchos estudios habían descrito diferencias en la composición del microbioma de pacientes con EM respecto a controles sanos, pero sin demostrar su relevancia. Este modelo de transferencia humano-animal ofrece la primera evidencia directa de que bacterias específicas del íleon pueden iniciar procesos autoinmunes propios de la EM.
El hallazgo es importante porque sugiere que el desencadenante ambiental de la enfermedad podría hallarse en ciertas especies bacterianas capaces de activar respuestas inmunitarias anómalas. Una hipótesis es que estas bacterias imiten proteínas de la mielina (la sustancia que recubre las fibras nerviosas) y confundan al sistema inmunitario, provocando un ataque contra el propio organismo. Es el concepto o modelo de mimetismo molecular, que puede aplicarse a numerosas enfermedades autoinmunes.
Estos resultados se suman a los recientes de un estudio desarrollado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) que ha identificado el propionato de imidazol, sustancia producida por bacterias intestinales, como causante directo de la aterosclerosis al activar la inflamación arterial, incluso en personas con colesterol normal.
El camino a nuevas terapias
La idea de que ciertas bacterias intestinales contribuyan a iniciar la esclerosis múltiple abre la puerta a enfoques innovadores. Entre ellos, el uso de antibióticos selectivos, probióticos diseñados a medida o dietas que favorezcan bacterias protectoras y limiten las nocivas.
A este último respecto, contamos con la experiencia de investigadores como Terry Wahls, que con su protocolo de estilo de vida para la esclerosis múltiple ha conseguido resultados prometedores y mejora de los síntomas de la enfermedad. Dado el impacto del medio ambiente (dieta, ejercicio, estilo de vida general) sobre la microbiota intestinal, no es de extrañar que el protocolo Wahls pueda haber afectado de forma positiva al microbioma y reducido los síntomas.
Sin embargo, la complejidad del ecosistema intestinal y las interacciones en la microbiota hacen prever que la solución no será sencilla. Es complejo, por no decir imposible, desarrollar antibióticos selectivos para un único tipo de bacteria. Otro enfoque sería el aplicado por el CNIC: identificar las sustancias que producen esas bacterias e inducen la enfermedad, para intentar desarrollar un bloqueo farmacológico.
En cualquier caso, esto abre la puerta a nuevos estudios que confirmen la implicación de estas bacterias y a la búsqueda de terapias para mejorar el pronóstico de una enfermedad con un enorme impacto en el estilo de vida de quienes la sufren.
La microbiota, por fin, nos está empezando a dar claves de su relación con ciertas enfermedades crónicas, y muy especialmente las autoinmunes para las que a día de hoy, todavía no tenemos tratamientos eficaces. Pero, además, parece estar estrechamente vinculada al proceso de envejecimiento. En 2023, la alteración de la microbiota se incorporó como una nueva señal de envejecimiento y una de las características llamativas del análisis ómico de lasupracentenaria Maria Branyas (fallecida a los 117 años y 168 días) fue su microbiota unos 30 años más joven que su edad cronológica.
Nos queda mucho por saber, pero no cabe duda de que una flora intestinal sana es un pilar relevante de la salud y la longevidad.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica y compleja, cuyo origen se atribuye a la interacción de factores genéticos y ambientales. En ella, el sistema inmune ataca la mielina, sustancia que rodea y protege a las fibras del sistema nervioso. Los síntomas de la enfermedad son variados, dependiendo de en qué lugar se produzca la desmielinización, e incluyen alteraciones visuales o sensoriales o parálisis.