Con rotura de menisco qué se aconseja: ¿operación o un tratamiento conservador?
Cuando sucede la rotura de menisco, ya sea esta parcial o total, el factor a considerar para elegir entre un tratamiento conservador o quirúrgico es la edad
Al principio fue una molestia pasajera, no sabe recordar cuando empezó, pero está claro que ese dolor de rodilla ya formaba parte de su vida y cada vez era mas intenso. Cuando caminaba mantenía ese calvario, que se acentuaba cuando bajaba o subía escaleras, acompañado de una sensación de inestabilidad de su rodilla que le causaba preocupación. Tras varias visitas al especialista y después de las pruebas correspondientes, el diagnóstico fue concluyente: rotura parcial del menisco de su rodilla. Una lesión que se produce con asiduidad en personas con edades situadas en los 45 y 60 años.
El doctor Ricardo Larraínzar, jefe de Servicio Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Leonor y profesor titular de la Facultad de Medicina de la UCM, explica que “el menisco es una estructura que adapta la rodilla de tal forma que da estabilidad a la superficie curvada del fémur respecto a la plana de la tibia”. En sí, el menisco no duele porque recibe muy poca inervación, “realmente lo que provoca dolor y disconfort es la incompetencia de este cuando deja de funcionar como cuña de retención, generando reacciones inflamatorias dentro de la rodilla”, sostiene el doctor Larrainzar.
Existen determinados ejercicios que pueden ayudar a la “durabilidad” de los meniscos conforme transcurren los años. El principal es fortalecer los músculos de la rodilla, especialmente del músculo cuádriceps, que favorece una mayor estabilidad y control de los movimientos de la rodilla diariamente, disminuyendo el riesgo de roturas de los mismos. Para mantenerlos en las mejores condiciones posibles a lo largo de los años se recomienda hacer ejercicios isométricos e isocinéticos con máquinas.
“Los primeros son ejercicios en estático, sin movimiento del músculo, con el objetivo de aumentar su fuerza y resistencia y los segundos son ejercicios que conllevan movimiento a una velocidad constante con resistencia variable para aumentar la fuerza muscular y la amplitud de movimientos”, apunta el doctor Julián Fernández, jefe de Sección de Traumatología y Cirugía Ortopédica Hospital Universitario La Princesa y profesor Asociado del Departamento de Cirugía en la UAM. Además, está también indicado la práctica de ejercicios suaves, como bicicleta sin resistencia y el uso de máquina elíptica, e ir progresando con otro ejercicios y máquinas, “siempre bajo supervisión médica o de profesionales cualificados”, añade.
Cuando sucede la rotura de menisco, ya sea esta parcial o total, el factor a considerar para elegir entre un tratamiento conservador o quirúrgico es la edad. “Esta condiciona el tipo de rotura y la capacidad de reparación por sí mismo o no”, señala el doctor Fernández. No obstante, existen otros factores que hay que valorar a la hora de decantarse por un procedimiento u otro: el tipo de trabajo que desempeña y el de deporte que practica.
En relación con la edad, “por encima de 40 años se puede mantener un tratamiento conservador. Si entre 4 a 6 meses el paciente no mejora, pero el estado del cartílago de la rodilla del compartimento afecto lo tiene en un relativo buen estado, se podría realizar una cirugía artroscópica. En edades inferiores a 40 años, si no mejora en un plazo más corto (1 -2 meses) se debería valorar la opción quirúrgica”, declara el especialista del Hospital Universitario La Princesa. No obstante, asegura que una indicación clara de cirugía, independiente de la edad, es el bloqueo de la movilidad de la rodilla causado por la rotura meniscal, y que no ceda con tratamiento conservador en un periodo corto de tiempo.
Trasplantes de menisco
Asimismo, aunque se pueden hacer trasplantes meniscales de donantes o con sustitutos biológicos de éxito, “los resultados quirúrgicos de estas técnicas todavía no están bien establecidos; por lo tanto, no se puede afirmar que sea una técnica estándar implantada”, declara el doctor Larraínzar. Por eso, la sutura es la técnica quirúrgica más utilizada en la reparación del menisco: “reconstruir y coser la parte del menisco rota, o la extirpación del menisco no viable, especialmente en su tercio más distal”, agrega.
Dependiendo de la cirugía final utilizada para solucionar los problemas ocasionados por esta lesión, los protocolos de rehabilitación varían. “Si se hace una cirugía de extirpación del menisco, la recuperación es bastante rápida y el paciente puede estar haciendo una vida prácticamente normal a las dos semanas, si no hay ninguna complicación como puede ser un derrame, e inicio de la actividad deportiva a las seis semanas”, explica el doctor Larraínzar. En el caso de que se opte por hacer una sutura, es decir, coser los dos fragmentos rotos y desplazados, el protocolo es mucho más estricto: “al paciente no se le permite caminar y su recuperación comienza con una movilización suave y pasiva. El inicio de carga se retrasa aproximadamente un mes y de las actividades deportivas hasta los tres o cuatro meses”.
Para mantener en buen estado la musculatura y articulaciones de nuestro organismo, en este caso la rodilla, una alimentación sana y equilibrada como la mediterránea puede ayudar, aseguran los traumatólogos, siempre que vaya acompañada de un ejercicio físico adecuado y controlado. Dos factores a los que hay que sumar un adecuado control del peso. “El sobrepeso genera un impacto negativo en nuestra columna lumbar y en las articulaciones de nuestras piernas, especialmente la rodilla”, afirma el doctor Fernández.
Asimismo, hay suplementos alimenticios orales con función condroprotectora que aportan componentes que forman parte del cartílago articular. “Estos pueden ser administrados bien de forma farmacológica (condroitín sulfato y sulfato de glucosamina principalmente) o bien en forma de suplementos alimenticios (colágeno, ácido hialurónico, magnesio y cúrcuma). Sin embargo, no hay evidencia científica de que su efecto beneficioso analgésico y condroprotector ocurra en todos los pacientes”, manifiesta.
Al principio fue una molestia pasajera, no sabe recordar cuando empezó, pero está claro que ese dolor de rodilla ya formaba parte de su vida y cada vez era mas intenso. Cuando caminaba mantenía ese calvario, que se acentuaba cuando bajaba o subía escaleras, acompañado de una sensación de inestabilidad de su rodilla que le causaba preocupación. Tras varias visitas al especialista y después de las pruebas correspondientes, el diagnóstico fue concluyente: rotura parcial del menisco de su rodilla. Una lesión que se produce con asiduidad en personas con edades situadas en los 45 y 60 años.