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'Hermanos de leche' salvados por una donación: así funciona un banco de madres lactantes
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En el Hospital Puerta de Hierro

'Hermanos de leche' salvados por una donación: así funciona un banco de madres lactantes

La puesta en marcha del proyecto surgió en el Hospital 12 de Octubre en el año 2002, después de una estancia de varios neonatólogos y enfermeras en una clínica de Dinamarca que tenía un banco de leche donada

Foto: Miguel Ángel Marín, neonatólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda y responsable del banco de leche revisando unas muestras. (P. P.)
Miguel Ángel Marín, neonatólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda y responsable del banco de leche revisando unas muestras. (P. P.)

Raquel se hizo donante de leche materna hace siete años, cuando nació su segunda hija. Su hermana, neonatóloga, le habló sobre esta práctica que hasta entonces para ella era desconocida. Cuenta a este periódico la “satisfacción” que le generó ayudar a los recién nacidos que se encontraban en una situación vulnerable. Por eso, en julio de 2024, cuando llegó al mundo su tercer bebé, decidió repetir la experiencia. Desde entonces, destina una de las tomas de su día, entre 120 y 190 ml, a la donación: “Por ahora, he ayudado a 125 niños”.

En su caso, acude al Hospital Universitario Puerta De Hierro, ubicado en Majadahonda, que aparte de contar con servicios habituales, como consultas externas, urgencias pediátricas o área neonatal, tiene una sala con neveras que alojan esa leche materna donada.

Se trata de un centro satélite del Banco Regional de Leche Materna Aladina-MGU, cuyo objetivo es suministrar leche donada a todos los recién nacidos enfermos o prematuros de la Comunidad de Madrid que la necesiten, independientemente del hospital en el que estén ingresados.

Dicho banco está ubicado en el Servicio de Neonatología del Hospital 12 de Octubre, pero La Paz, el Severo Ochoa de Leganés y el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares conforman junto al Puerta de Hierro esa red de centros de apoyo. Precisamente, la puesta en marcha del proyecto surgió en 2002 en el 12 de Octubre, después de una visita de varios neonatólogos y enfermeras a una clínica de Dinamarca que tenía un banco de leche donada.

Bebés que se benefician

Katherine tiene 33 años y ha sido madre hace menos de un mes. Su hija nació antes de tiempo, a las 34 semanas de embarazo, causa de la hipertensión arterial, también conocida como preeclampsia, que padecía la progenitora. “Mi pecho no estaba preparado”, confiesa. Por eso, el equipo médico le ofreció leche donada. “Aunque hemos logrado la lactancia, sigue necesitándola porque demanda más de la que puedo darle”, dice.

placeholder Raquel, donante de leche materna, comenzó a colaborar con el banco hace siete años. (P. P.)
Raquel, donante de leche materna, comenzó a colaborar con el banco hace siete años. (P. P.)

Al igual que la niña de Katherine, otros 41 recién nacidos se beneficiaron del servicio en el año 2024. Respecto a las nuevas donantes aceptadas en el Puerta de Hierro, fueron 47 en ese mismo año y su volumen de donaciones aportadas a la red regional ascendió a más de 258 litros.

Miguel Ángel Marín, neonatólogo del hospital y responsable del banco de leche, explica a El Confidencial que lo más importante para hacerse donante es conocer su existencia, por ello, hace hincapié en la difusión en centros de salud de Majadahonda y entre las propias madres que dan a luz en el centro. Después, habría que ponerse en contacto con el banco a través del teléfono o mail disponibles en este link. “Todo el mundo conoce la donación de sangre y de órganos, pero esta no”, manifiesta.

Cuenta Marín que el primer cribado es telefónico porque hay criterios de exclusión definitiva, como algunas enfermedades infecciosas, relaciones sexuales de riesgo, consumo actual de tóxicos, antecedente de consumo de heroína o barrera idiomática importante, entre otros. Además, existen otras pautas que suponen una exclusión temporal, como una infección aguda, la varicela, el herpes labial o la mastitis, aunque el profesional aclara que esto no se traduce en la imposibilidad de dar el pecho a tu pequeño.

placeholder Exterior del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. (P. P.)
Exterior del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. (P. P.)

De forma general, para poder donar leche, deben haber transcurrido al menos dos o tres semanas desde el parto y debe estar bien consolidado el amamantamiento del propio hijo, ya que en ningún caso este se debe poner en riesgo. “La mayoría de mujeres que llegan al siguiente paso, la entrevista presencial, no son rechazadas”, apunta.

En esa fase, les realizan un cuestionario más amplio sobre su estado de salud y estilo de vida, sumado a un análisis de sangre para descartar infecciones como VIH, hepatitis, enfermedad de Changas o sífilis. Si todo sale bien, la mujer se convierte en donante: “Les enseñamos a hacer una correcta higiene de manos y se van a casa con un extractor y botes estériles para almacenar la leche”.

placeholder Miguel Ángel Marín, responsable del banco de leche, posa para El Confidencial. (P. P)
Miguel Ángel Marín, responsable del banco de leche, posa para El Confidencial. (P. P)

En casa, la guardarán en el congelador, preferiblemente en un cajón vacío porque, según indica el neonatólogo, “adquiere muchos olores” y no más de 15 días. Después, la entrega de leche donada se realizará en la Unidad de Neonatología del Hospital Puerta de Hierro, con parking gratis para las madres, o se recogerá directamente en el domicilio de la donante a través del servicio de MilkTruck. Se trata de una furgoneta de la Fundación Ronald McDonald que tiene como objetivo facilitar la logística de las donaciones.

En el caso del Hospital Puerta de Hierro hay cuatro neveras etiquetadas con distintos carteles: “Leche materna, leche cruda, leche donada y leche congelada de pacientes ingresados en la unidad”. Todas pasan por un proceso exhaustivo de control de calidad, análisis de contenido nutricional y pasteurización en la sede central del banco, el 12 de Octubre.

Tal y como exponen en su página web, la esterilidad se comprueba mediante un cultivo de la leche pasteurizada. “Tras la toma de muestra se vuelve a congelar y se mantiene la trazabilidad de donante a receptor. La manipulación de la leche se hace con medidas de máxima higiene y trabajando en una campana de flujo laminar y su caducidad recomendada es de tres meses”, sostienen.

placeholder Detalle de una muestra de leche materna pasteurizada almacenada en el banco de leche. (P. P.)
Detalle de una muestra de leche materna pasteurizada almacenada en el banco de leche. (P. P.)

Acerca de cuánto tiempo está una madre donando, pueden ser semanas, meses o años, hasta que ella decida. Desde el hospital recalcan que, aunque prefieren donaciones frecuentes y abundantes, puede ser la cantidad que se desee. Cabe destacar que es un proceso altruista que Marín tilda como “una labor encomiable”. Lo que sí les dan a las madres es un libro y un diploma que cuantifica los hermanos de leche, bebés que sin compartir parentesco de sangre fueron amamantados por la misma mujer, que se han beneficiado de las donaciones. Igualmente, el responsable del banco realza la labor de sus compañeras: “Son auxiliares de enfermería con formación específica en lactancia”.

Importancia de la lactancia

Al igual que Raquel, María también es donante. Hace años ni siquiera se planteaba ser madre, pero comenzó a trabajar en dicho hospital y comprendió el impacto que tiene la leche materna en los bebés. “En marzo de 2025 fui madre y dar el pecho se volvió una cuestión importante para mí”. Después de dos semanas, grietas y un dolor “mortal” instauró su lactancia correctamente, consiguiendo una alta producción. Por ese motivo, en agosto, coincidiendo con su reincorporación de la baja maternal, comenzó el proceso. “Como trabajo aquí, la traigo en mi tiempo de descanso. Me siento realizada, es muy bonito”, narra.

placeholder María, donante de leche materna, posa para El Confidencial. (P. P.)
María, donante de leche materna, posa para El Confidencial. (P. P.)

María está convencida de que su leche es lo mejor para su niña: “No se ha puesto mala, está muy sana”. El neonatólogo asegura que “es la mejor forma de alimentar a un recién nacido”: “Primero va la leche propia de la madre, después la donada y por último, con mucha diferencia, la de fórmula”. Añade que se tolera mejor, protege a los bebés enfermos o prematuros contra los problemas intestinales graves y disminuye el riesgo de infección.

Precisamente, Europa celebra estos días la semana de la lactancia bajo el lema Dar prioridad a la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenible. Un mensaje que busca enfocar la atención en la importancia de construir entornos que la faciliten, tanto a nivel familiar como comunitario. Desde la Sociedad Española de Enfermería Neonatal (SEEN), afirman que las unidades neonatales y la enfermería pediátrica y neonatal de España son pilares fundamentales en los que apoyarse para conseguir este objetivo.

Raquel se hizo donante de leche materna hace siete años, cuando nació su segunda hija. Su hermana, neonatóloga, le habló sobre esta práctica que hasta entonces para ella era desconocida. Cuenta a este periódico la “satisfacción” que le generó ayudar a los recién nacidos que se encontraban en una situación vulnerable. Por eso, en julio de 2024, cuando llegó al mundo su tercer bebé, decidió repetir la experiencia. Desde entonces, destina una de las tomas de su día, entre 120 y 190 ml, a la donación: “Por ahora, he ayudado a 125 niños”.

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