"¿Por qué podré comprar fentanilo en mi farmacia, pero no cannabis medicinal?": los pacientes critican la ley de García

Desde hace años a Carola Pérez (Madrid, 1978) el cannabis medicinal le ayuda convivir con su dolor crónico neuropático. Cuando solo tenía 11 años, se rompió el coxis patinando y desde entonces no ha parado de sufrir fuertes molestias en la espalda. A lo largo de su vida ha probado todo tipo de terapias para intentar paliarlas, incluso neuroestimuladores. Pero ninguno de estos tratamientos era suficiente, hasta que un día decidió probar una infusión de cannabis y los dolores disminuyeron considerablemente. Desde entonces, pasó de tomar 19 pastillas al día a dos, acompañadas de cannabis medicinal.

El cannabis medicinal no solo alivia su dolor, también aumenta su calidad de vida: reduce la ansiedad, ayuda a dormir y abre el apetito, algo especialmente importante para los pacientes porque el dolor les limita un acto tan simple como comer.

Además de paciente, Pérez es la presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal (OECM), desde el que lleva años haciendo pedagogía sobre estas sustancias para ayudar con ciertas enfermedades. 

Este martes el Consejo de Ministros ha dado luz verde al cannabis medicinal, una medida que valora como “un gran paso, dado todos los obstáculos que teníamos por delante, porque el cannabis medicinal se ha convertido en un tema político cuando debería ser un tema científico”, pero critica que hayan pasado 12 años para llegar a este punto, “todas las trabas que se han puesto”, “comparecencias en instituciones de gente que realmente no son expertos” y que “parece que realmente no son conscientes de los dolores que sufrimos los pacientes”. A todo ello suma que “seguimos por detrás de países como Reino Unido, Alemania o Suiza”.

Llegará a poca gente

Desde el Ministerio de Sanidad explicaban este martes que la aprobación llega porque “la evidencia científica ha demostrado beneficios en algunas condiciones clínicas concretas, como la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple, ciertas formas graves de epilepsia refractaria, las náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia y el dolor crónico refractario”. En estos supuestos, señalan que los medicamentos actualmente autorizados pueden resultar insuficientes y las fórmulas magistrales elaboradas a partir de preparados estandarizados de cannabis constituyen una alternativa con potencial valor terapéutico, siempre bajo estricta supervisión médica y farmacéutica.

Aunque solo se hayan dado unas líneas maestras de quiénes serán los pacientes que lo recibirán, ya que el real decreto no establece un listado cerrado de padecimientos, para Pérez “las indicaciones que han dado son poquísimas y acceder al cannabis medicinal es muy difícil, como si fuera la última opción: ¿qué es eutanasia o cannabis?”. 

Las fórmulas deberán ser prescritas exclusivamente por médicos especialistas en el ámbito hospitalario, cuando existan razones clínicas documentadas para su uso. Su elaboración se realizará únicamente en servicios de farmacia hospitalaria autorizados. Además, sus prestaciones serán reguladas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Sobre ello, hace hincapié en criticar el sistema por el que se dispensará: “¿Por qué podría comprar el fentanilo y compro la oxicodona, la metadona y el rivotril en la farmacia de debajo de mi casa, pero voy a tener que ir al hospital, que odio desde niña, a por cannabis medicinal?”. Asimismo, censura que solo se vaya a hacer en hospitales públicos y no en privados, “cuando muchas veces los médicos son los mismos, que pasan por la mañana consulta en uno y por la tarde en otro”.

Además, valora que en cualquier caso se va a generar un cuello de botella que no va a permitir a todos los usuarios que lo necesiten acceder al cannabis medicinal, “lo que va a empujar a los pacientes a seguir comprándolo de manera ilegal. Con todos los riesgos para la salud que puede tener”. Sobre esto ejemplifica los riesgos con un estudio que alerta de que el 70% de la flor de cannabis que se compra en las calles de Madrid está contaminada de E. Coli. 

"No tiene que ver con fumar porros. Hablamos de aceites estandarizados"

Ante todo, Pérez hace especial hincapié en que el cannabis medicinal “no tiene nada que ver con fumar porros, como muchos aún creen, sino con ofrecer una alternativa terapéutica para quienes no encuentran alivio con otros tratamientos”. “Estamos hablando de aceites estandarizados que se comportan como medicamento”, define.

Cómo actúa y beneficios del cannabis medicinal

El Dr. Jesús de Santiago, uno de los mayores expertos de España en este campo, celebra la aprobación por parte del Gobierno. “Poder contar con los cannabinoides para tratar el dolor crónico refractario, que es tan prevalente en nuestra sociedad, es una buenísima noticia y podremos realizar tratamientos convencionales con ellos”, valora para El Confidencial, De Santiago, que es coordinador del Grupo de Trabajo Cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor.

Para entender cómo van actúan las presentaciones que acaba de aprobar Sanidad, es necesario conocer antes un poco de nuestra fisiología. El experto explica que el cuerpo humano cuenta con su propio sistema cannabinoide, conocido como sistema endocannabinoide. Este sistema se encarga de mantener el equilibrio interno —la homeostasis— y regula funciones clave como el dolor, la inflamación, el apetito o el sueño.

“Cuando sucede un estrés, el sistema endocannabinoide se activa y vuelve al estado inicial. Para esto tiene un sistema de receptores, que se llaman CB1 y CB2, y que se distribuyen por todo el organismo donde está el sistema endocannabinoide. Por ejemplo, el CB1 se encuentra a nivel de cerebro, de sistema nervioso, tanto central como periférico, y el CB2 predominantemente en el sistema inmunitario. Para la activación tiene unos neurotransmisores, que se fabrican por nuestro cuerpo y que se van a unir estos receptores para justamente hacer el mecanismo de la función del sistema endocannabinoide, es decir, restaurar el equilibrio”, desarrolla el especialista.

En el caso del cannabis medicinal, De Santiago explica que “va a actuar justamente en estos receptores, ayudando al organismo a restablecer su equilibrio natural”.

En cuanto a casos de uso dónde ya está dando beneficios, el experto señala que “actualmente está indicado como tercera línea terapéutica en Europa para el dolor crónico neuropático, cuando los fármacos de primera y segunda línea no han sido eficaces”.

Además, hace referencia a un reciente estudio publicado en Nature, con más de 800 pacientes seguidos durante un año, que confirmó la eficacia y seguridad de los extractos de cannabis en casos de dolor crónico lumbar. “Los resultados mostraron que tenía una eficacia comparable o superior a los antiinflamatorios y opioides, pero con un perfil de efectos secundarios mucho más favorable”, destaca.

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Asimismo, apunta a que mientras los antiinflamatorios y los opioides se asocian a problemas cardiovasculares, renales o de dependencia, el estudio solo detectó efectos adversos leves en los pacientes tratados con cannabis. “Siempre bajo supervisión médica, los extractos de cannabis han demostrado una eficacia significativa y un perfil de seguridad positivo”, añade el experto, que prevé que la nueva evidencia “elevará su nivel de recomendación en las guías clínicas internacionales”. 

Los efectos secundarios que podrían tener estos tratamientos, “generalmente son leves”. “Empleado en el contexto de una supervisión médica y con productos que siguen las guías de buenas prácticas, productos estandarizados, en general es seguro y bien tolerado por los pacientes. Y los efectos adversos más frecuentes son mareo, sonolencia, sequedad de boca, descenso de la presión arterial, por eso está contraindicado en pacientes con cardiopatía inestable, pequeñas alteraciones de la memoria…”, describe. En cuanto a la tolerancia, “también están sujetos a los fenómenos de tolerancia como el resto de los medicamentos de tratamiento del dolor crónico habituales”. 

¿Qué pasa con los pacientes psicóticos?

Con estos posibles efectos secundarios, el especialista destaca que hay poblaciones en las que hay que tener una vigilancia especial, como personas mayores por un aumento del riego de caídas, “los pacientes del dolor crónico que suelen estar todos polimedicados” o “los pacientes que estén tomando medicamentos con margen terapéutico estrecho, como por ejemplo anticoagulantes o antiepilépticos”. A ello suma que, a la hora de prescribir cannabinoides los médicos también deben tener especial cuidado con los menores de 25 años, embarazadas, pacientes con cardiopatía inestable, personas que hayan presentado un trastorno por abuso de drogas —ya sea alcohol u otras sustancias— y pacientes con psicosis activa.

En relación con estos últimos pacientes, el experto cuenta que fue a impartir una charla sobre el tema al Congreso Nacional de Psiquiatría, donde esperaba encontrase con un rechazo por parte de los oyentes, sin embargo “estaban muy interesados en que los pacientes con psicosis, pudiesen a la vez ser tratados del dolor crónico, lo cual me encantó”.

Cabe destacar que una corriente de psiquiatras se han posicionado contra el cannabis medicinal desde que el Ministerio empezase a hablar de ello hace meses. Una de las voces más críticas ha sido la de Celso Arango, jefe de Psiquiatría del niño y del adolescente en el Gregorio Marañón, que lo tildaba en un pódcast de El Confidencial de banalización de las drogas.

Al preguntarle a De Santiago cómo trataría a una persona con una morbilidad psiquiátrica y antecedentes de consumo de sustancias responde: “Empezaría con extractos de cannabis ricos en CBD. Muchas veces con eso sería suficiente. En el caso de no ser suficiente, emplearía en el caso de utilizar THC con incrementos de la dosis que serían muy poco a poco y con supervisión constante”. Pero aclara que, a priori, “este tipo de pacientes lo tendrían contraindicados y se le daría prioridad a otros fármacos”.