Los primeros (y polémicos) meses de Kennedy al frente de la salud de EEUU
Controversias y despidos sacuden el sistema sanitario estadounidense tras la llegada de un nuevo programa, impulsado por figuras polémicas, que mezcla propuestas innovadoras con afirmaciones sin consenso científico
En 2020, en pleno inicio de la pandemia del covid, el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sugirió investigar si el coronavirus se "podía tratar inyectando desinfectante en el cuerpo" o si era bueno "usar luces ultravioletas" para acabar con la dolencia.
En 2023, en una entrevista con Fox News, Robert F Kennedy Jr. (RFK) aseguró que "el autismo proviene de las vacunas".
El primero, licenciado en economía especializada en bienes inmuebles, volvió a ser presidente de los Estados Unidos en 2024. El segundo, licenciado en historia, literatura y derecho, es el actual secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (nombrado por el primero). Ambos han creado un programa bautizado como MAHA, Make America Healthy Again (Hagamos Saludable América Otra Vez), con el que pretenden revolucionar el sistema sanitario estadounidense.
En los pocos meses que lleva en marcha el programa se ha puesto el departamento de salud federal patas arriba. Ha habido varios despidos y dimisiones de altos cargos, y se ha hecho pública una reciente carta firmada por más de 1.000 funcionarios e investigadores del Departamento de Salud pidiendo la dimisión de Kennedy. La misiva habla de "ideólogos políticos que se hacen pasar por expertos científicos" y acaba manifestando que "nuestro juramento nos obliga a alzar la voz cuando se viola la Constitución y se pone en peligro al pueblo estadounidense".
El pasado 9 de junio, el responsable de la Salud de EEUU despidió a los 17 miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) que regulaba y controlaba los Centros de Control y Prevención de Enfermedades sobre vacunas, y los ha sustituido por ocho nuevos asesores. "Los nuevos miembros son seleccionados personalmente por RFK, y la mayoría carece de experiencia demostrable en vacunas, ensayos clínicos o enfermedades infecciosas. Muchos de ellos han sido críticos con las vacunas. Podemos anticipar que las políticas que surjan de este nuevo ACIP estarán marcadas por una actitud antivacunas", explica Yonathan Grad, profesor de inmunología y enfermedades infecciosas en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, en un texto del prestigioso centro educativo.
La ciencia bajo el filtro de la política pasa al terreno de lo moldeable por motivos electorales o creencias. La ciencia cuando es una opinión, venga de donde venga, no es ciencia. Esa es la preocupación que se cierne sobre MAHA, liderada por un RFK cercano a las teorías conspirativas y los movimientos antivacunas. Su afirmación sobre la relación entre las vacunas y el autismo se basa en la teoría de un polémico doctor británico, Andrew Wakefield. "El estudio de Wakefield de 1998 fue posteriormente retirado por la revista médica Lancet. Desde entonces, múltiples estudios realizados en muchos países han concluido que no existe ninguna relación entre las vacunas y el autismo", recuerda la BBC sobre este asunto.
No es un caso aislado el de las vacunas y el autismo. RFK tiene una larga lista de afirmaciones médicas en las que queda en entredicho su rigor. En junio de 2023, manifestó en una entrevista en New York Magazine Reporter que "hay candidatos mucho mejores que el VIH para explicar qué causa el sida", y habló de toxinas medioambientales y los poppers, una droga inhalada e inmunosupresora muy popular en los ambientes homosexuales de los 70 y 80.
Ese mismo año, esta vez en el New York Post, dijo que "el coronavirus afectaba más a población blanca y negra, y menos a chinos y judíos". Y también, antes de ser nombrado secretario de Salud, ha tenido opiniones polémicas sobre el colectivo transgénero. "Muchos de los problemas que vemos en los niños, especialmente en los varones, probablemente se subestima en qué medida se deben a la exposición a sustancias químicas, incluida gran parte de la disforia sexual que observamos", dijo. En este caso, su referencia era una investigación sobre un herbicida, la atrazina, en la que los científicos descubrieron que "induce la feminización completa y la castración química" en ciertas ranas.
Robert Kennedy. (Reuters/Jonathan Ernst)
Con ese currículo, el descendiente de la "realeza" política americana, los Kennedy, obtuvo un puesto de alta responsabilidad en el gabinete Trump tras apoyar electoralmente su candidatura de 2024.
Él prometió cambios desde el inicio, y está cumpliendo su palabra. La presentación del MAHA Report sobre los retos del sistema sanitario en la población infantil de EEUU levantó previas suspicacias por su procedencia, pero algunos de los desafíos que apunta son razonables y compartidos por los investigadores: la obesidad, la "comida basura", los alimentos procesados, el excesivo uso del teléfono móvil, la falta de ejercicio y la falta de regulación de medicamentos con componentes químicos que han "envenenado" los cuerpos de miles de niños, son algunos de los desafíos que RFK quiere abordar.
"La actual generación de niños americanos es la más enferma de la historia del país", alertaba el texto hecho público el 22 de mayo, que incluía una frase de esa retórica conspirativa que gusta ahora tanto en Washington: "Seguiremos la verdad donde quiera que conduzca".
La cuestión es que un informe científico no puede basarse en opiniones, datos inexistentes o investigaciones inventadas. Y el MAHA Report se descubrió que los tenía. "El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., afirma que su informe de la Comisión ‘Hagamos que Estados Unidos Vuelva a Ser Saludable’ se basa en la ciencia de referencia, citando más de 500 estudios y otras fuentes para respaldar sus afirmaciones. Sin embargo, estas citas están plagadas de errores, enlaces rotos y conclusiones erróneas", publicó el 29 de mayo la web Notus, una ONG. "El artículo citado no es un trabajo real en el que yo o mis colegas hayamos participado", confirmó la epidemióloga Katherine Keyes, citada en el texto. Ese era sólo uno de los ejemplos que mencionaba la investigación.
El New York Times hizo tras la denuncia de Notus su propia investigación y encontró nuevos errores. Se apuntó a una nueva y peculiar forma de trabajo: "El Dr. Ivan Oransky, quien enseña periodismo médico en la Universidad de Nueva York y es cofundador de Retraction Watch, un sitio web que rastrea las retractaciones de investigaciones científicas, dijo que los errores en el informe eran característicos del uso de inteligencia artificial generativa", explicó el periódico.
El uso de IA o la mala praxis en informes científicos no es algo exclusivo del MAHA Report, ni tampoco invalida algunas de sus conclusiones, pero ejemplifica y preocupa por venir de un Departamento que debe ser especialmente cuidadoso con sus aseveraciones. "Me preocupa el rigor del informe si no se siguen estas prácticas de citación tan básicas", explicó la profesora Keyes.
No todo lo que concierne a RFK y sus prácticas es una chaladura. MAHA tiene el mismo sostén e interés político que tienen los opositores en desacreditar cada uno de sus movimientos. Bajo esta Administración se han empezado algunos programas de investigación de enfermedades crónicas y se está abriendo una batalla directa contra el uso de colorantes y aditivos en los alimentos. Algo que colisiona con algunas quejas de Trump a la UE, a la que acusa de estar excesivamente regulada en el tema alimentario, lo que penaliza las exportaciones estadounidenses a Europa. ¿EEUU va a empezar a asumir normativas europeas?
El problema es que todo es un totum revolutum en el que algunas ideas apoyadas por la comunidad médica internacional acaban mezcladas con otras que no tienen consenso científico, como su batalla para eliminar la fluoración del agua, obviando sus beneficios. "El 20 de enero, la Casa Blanca de Trump recomendará a todos los sistemas de agua de EEUU que eliminen el fluoruro del agua pública. El fluoruro es un residuo industrial asociado con artritis, fracturas óseas, cáncer de huesos, pérdida de coeficiente intelectual, trastornos del desarrollo neurológico y enfermedades tiroideas", dijo RFK.
La respuesta de la comunidad científica internacional ha sido rotunda. "Debido a su papel en la prevención de la caries dental, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han proclamado la fluoración comunitaria del agua como uno de los diez grandes logros de salud pública del siglo XX", recuerda en su web la Asociación Dental Americana.
La última gran polémica generada por RFK ha sido su ahora denuncia de que la toma de paracetamol Tylenol en mujeres embarazadas provoca autismo en sus hijos. Otra vez una aseveración que no cuenta con el total respaldo ni de su propio equipo de investigadores. "El presidente Trump estaba entusiasmado con el plan de Kennedy, según las fuentes, a pesar de que Bhattacharya, Oz y Makary (médicos nombrados por RFK para dirigir las principales agencias del Departamento de Salud) habían abogado por priorizar la leucovorina. Trump disfrutó de la oportunidad de explicar al mundo la posible razón por la que uno de cada 31 niños en todo el país había sido diagnosticado con autismo, según las fuentes", ha publicado en exclusiva el pasado jueves 25 el Wall Street Journal sobre cómo se decidió señalar al Tylenol como posible causante del autismo.
RFK encaja más con la idea de la alquimia que de la ciencia. Los alquimistas buscaban la vida eterna o convertir metales en oro mezclando física, medicina, arte, espiritualismo, creencias, semiótica. La gloria esperaba al alquimista en su constante labor de prueba y error, pero su práctica acabó siendo soterrada bajo el tsunami científico que empezó con la Ilustración. Nadie consiguió la vida eterna, pero las vacunas sí consiguieron acabar con la varicela, sarampión, tétanos…
En ciencia, el "if" ("si", en condicional), no está permitido usarse para aventurar conclusiones, y ni siquiera se valida cuando en ocasiones se convierte posteriormente en un sí en afirmativo. La prudencia es una virtud en este campo. En política, sin embargo, se puede tener una exitosa carrera usando "if" o aseverando cualquier cosa que encaje con los gustos del público. Y la política hoy comienza a arrinconar a los científicos.
En 2020, en pleno inicio de la pandemia del covid, el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sugirió investigar si el coronavirus se "podía tratar inyectando desinfectante en el cuerpo" o si era bueno "usar luces ultravioletas" para acabar con la dolencia.