François Gallardo, de El Chiringuito, es condenado a dos años de cárcel por estafa

François Gallardo, uno de los colaboradores más polémicos e imitados de El Chiringuito en los últimos años, ha sido condenado a dos años de cárcel por la Audiencia de Barcelona por un delito de estafa. El periodista deportivo estuvo dos años en busca y captura por la policía hasta que el 4 de noviembre de 2019 fue detenido en el centro de Sabadell.

Tal y como publicamos entonces, en el año 2013 Gallardo habría estafado a un compañero de tertulias radiofónicas pidiéndole 21.000 euros para una inversión en un fondo de inversión relacionado con el mundo del fútbol. Se habría aprovechado de su relación de amistad para hacerse con el dinero, prometiéndole que ganaría el triple de lo invertido.

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X. Migelez

Sin embargo, el colaborador de Josep Pedrerol se negó a devolver el dinero y solo después de la insistencia de la víctima le dio 9.000 euros, por lo que se habría apropiado indebidamente de la cantidad de 12.000 euros. El antiguo amigo de Gallardo le demandó y el juzgado fijó la vista para febrero de 2017, aunque el acusado no se presentó alegando estar enfermo.

Se aprovechó de su amistad

A partir de ahí se sucedieron tres órdenes de detención hasta que la policía daba con Gallardo en noviembre de 2019. El juicio se ha celebrado ahora finalmente y la Audiencia de Barcelona ha condenado a Gallardo a dos años de cárcel por estafa y al pago de una multa de 1.800 euros. El periodista deportivo había entregado antes del juicio la cantidad de 25.000 euros a la víctima "para reparar el daño causado".

Antes del juicio, Gallardo entregó 25.000 euros a la víctima "para reparar el daño causado"

La Fiscalía pedía cuatro años de cárcel pero, tal y como publica Vertele, François Gallardo no entrará en prisión: el tribunal ha suspendido su pena si no vuelve a delinquir durante los próximos cuatro años. A cambio, deberá pagar una multa adicional de 3.650 euros con la que evitará su ingreso inmediato en prisión.

En la sentencia, la Audiencia de Barcelona estima que Gallardo consiguió un "enriquecimiento patrimonial y aparentando una solvencia y seriedad profesional de la que carecía, haciéndose pasar por agente FIFA" gracias a la "relación de confianza" que mantenía con la víctima.