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¿Por qué hay personas que sienten frío después de comer?
  1. Nutrición
El secreto mejor guardado

¿Por qué hay personas que sienten frío después de comer?

Es habitual en nuestra sociedad distinguirnos como frioleros o calurosos. La temperatura corporal se puede deber tanto al estilo de vida como a alguna afección genética

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Según un estudio publicado por la revista científica 'American Journal of Human Genetics (AJHG)', la evolución humana nos ha proporcionado una mayor resistencia al frío. Nuestros músculos comprenden dos tipos de fibras: de contracción rápida y de contracción lenta. En el caso de las rápidas, nos permiten realizar grandes esfuerzos físicos, pero en un corto periodo de tiempo, es decir, tenemos una mayor resistencia, pero nos fatigamos más rápidamente.

Por su parte, en el caso de las de contracción lenta, las fibras aguantan bien las actividades de mayor pasividad y son más resistentes en el tiempo, es decir, no se fatigan tan rápidamente como las otras, pero nos hacen menos capaces de hacer actividades que reclamen una alta exigencia física.

Se ha demostrado que la ingesta reducida de calorías a largo plazo puede provocar una disminución de la temperatura corporal


A lo largo del tiempo, nuestro cuerpo ha ido perdiendo cantidad de fibras de contracción rápida. Este estudio analiza que esta fibra se encuentra ausente hasta en un 20% de la población mundial debido a una mutación genética. La falta de esta proteína es la razón de que seamos más resistentes al frío. A pesar de que al hacer ejercicio el cuerpo se calienta, lo cierto es que, a medida que se evapora este sudor, el cuerpo disminuye su temperatura interna. Por ello, las fibras de contracción lenta son las que nos permiten mantener al cuerpo en una temperatura mayor más constante.

Dietas que provocan frío

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La temperatura del cuerpo no solo guarda relación con la genética, sino que está muy relacionada con el estilo de vida de cada uno. Actualmente se ha hecho popular en nuestra sociedad seguir ayunos intermitentes. A pesar de que la intención principal por la que se realiza esta restricción alimenticia es la pérdida de peso, según la revista médica 'The New England Journal of Medicine', el ayuno intermitente también mejora la regulación de la glucosa, aumenta la resistencia al estrés y suprime la inflamación.

Pero, además, se ha demostrado que la ingesta reducida de calorías a largo plazo puede provocar una disminución de la temperatura corporal porque el cuerpo tiende a ahorrar energía, por lo que nos volvemos más sensibles al frío. Entre las causas más frecuentes de esta disposición del organismo están los bajos niveles de azúcar en sangre. Por eso, si se está llevando a cabo un ayuno intermitente y con frecuencia se siente frío, puede ser una señal de que su cuerpo necesita consumir más calorías.

El picante, a pesar de que nos provoca una sensación de calor al ingerirlo, causa una leve disminución de la temperatura corporal

El ayuno intermitente exige la abstención total o parcialmente de comer durante un determinado periodo de tiempo. En cuanto a la pérdida de peso o a la rutina diaria, sus defensores auguran que es más fácil mantener este tipo de régimen que las dietas estrictas convencionales. Sin embargo, existen diferentes formas de llevar a cabo este tipo de restricciones alimenticias.

  • Ayunar 12 horas al día puede hacer que el cuerpo convierta sus reservas de grasa en energía, lo que genera, habitualmente, una pérdida de peso. Este tipo de ayuno suele recomendarse para principiantes porque la mayoría de horas de privación de alimento se realiza durante la noche. Por ejemplo, muchas personas ayudan desde las 19:00 p.m hasta las 07:00 a.m.
  • Otra opción para personas más exigentes y que quizás no han conseguido su objetivo con la abstinencia anterior es ayunar 16 horas al día.
  • Por último, también es frecuente la abstención alimenticia dos días por semana. Esto significa que las personas consumen regularmente alimentos saludables y restringen esta ingesta dos días semanalmente.

Alimentos que disminuyen la temperatura corporal

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Una manera natural de conseguir el aumento o la disminución de calor y frío en nuestro cuerpo es la ingesta de ciertos alimentos.

El picante en alimentos como el jalapeño o la cayena, a pesar de que nos provoca una sensación de calor al ingerirlos, realmente causa una leve disminución de la temperatura corporal. Cuando nuestro organismo siente que está sobrecalentado, hace que sudemos. Cuando este sudor se enfría, el cuerpo lo evapora y disminuye la temperatura (lo mismo que ocurre cuando hacemos ejercicio). Aunque es cierto que no todo el mundo responde de la misma manera.

La fruta también provoca una disminución de nuestra temperatura corporal, por eso en verano tendemos a ingerir en mayor medida alimentos como el melón, la sandía, las fresas o las moras.

El té de menta es muy recurrente y también proporciona una sensación refrescante y de enfriamiento, aunque no llega a reducir significativamente la temperatura corporal.

Por otro lado, a pesar de que las bebidas frías nos ayudan a bajar la temperatura corporal en el cuerpo, esto suele durar un periodo corto de tiempo, como ocurre en verano. Es recomendable, sobre todo, ingerir bebidas sin alcohol (como el agua), ya que este deshidrata, lo que genera un aumento de la temperatura corporal.

Enfermedades y frío

Sin embargo, es cierto que el frío constante en el cuerpo también puede ser un síntoma de enfermedad. El hipotiroidismo, por ejemplo, puede provocar frío después de las comidas. Esto se puede deber a que el cuerpo no está produciendo suficientes hormonas tiroideas (se encargan de regular el metabolismo), la asimilación de alimento se ralentiza y provoca un aumento de la temperatura corporal.

Otras afecciones más comunes son la anemia (no hay suficientes glóbulos rojos sanos) o la diabetes (exceso de azúcar en sangre). Ambas enfermedades pueden provocar una disminución del ritmo sanguíneo y problemas circulatorios, y pueden generar frío a lo largo de todo el día.

Según un estudio publicado por la revista científica 'American Journal of Human Genetics (AJHG)', la evolución humana nos ha proporcionado una mayor resistencia al frío. Nuestros músculos comprenden dos tipos de fibras: de contracción rápida y de contracción lenta. En el caso de las rápidas, nos permiten realizar grandes esfuerzos físicos, pero en un corto periodo de tiempo, es decir, tenemos una mayor resistencia, pero nos fatigamos más rápidamente.

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