Qué es una boda 'elopement': la última tendencia nupcial para decir 'sí, quiero'

En la actualidad el sector nupcial crece a un ritmo tan bestial que podríamos decir que existen tantos tipos de bodas como clases de novios. La mayoría de las parejas, optan por reunir a todos sus familiares y amigos en torno a una celebración épica y a lo grande. Sin embargo, también hay los que desean un enlace más íntimo y reducen el número de invitados a sus seres queridos más cercanos, incluso los que limitan ese listado a dos invitados, ellos y nadie más. Es lo que se conoce como boda elopement: la última tendencia nupcial para decir 'sí, quiero'.

Aunque estés leyendo esta palabra por primera vez y no te suene, no se trata de un concepto nuevo. De hecho, parejas famosas como Tom Brady y Gisele Bündchen, o Lily Allen y David Harbour, protagonizaron sus propias 'elopement wedding' e incluso, han sido el eje central del argumento de muchas películas románticas. El caso es que estas bodas están en auge y toca descubrir en qué consisten.

Del inglés, el término elopement significa fuga y esto es precisamente lo que desean y buscan los novios que llevan a cabo este enlace. El concepto más sencillo no puede ser: parejas que deciden celebrar su boda ellos solos. Ni familiares directos, ni amigos íntimos, con su mera presencia les sobra y les basta para sellar su amor y comenzar una nueva vida juntos.

Lo que señalábamos al principio, las bodas elopement no son una práctica reciente, ni una corriente nupcial novedosa. Asociado este concepto desde tiempos inmemoriales para describir el vergonzoso momento vivido cuando una novia dejaba plantado en el altar a su prometido para escaparse con su amante. Más tarde, en el siglo XVII, se empezó a usar este término para referirse a aquellas parejas que, bien por la falta de recursos, o bien por la desaprobación de las familias respectivas, decidían fugarse para casarse.

En la actualidad, las celebraciones elopement han evolucionado y ya no son sinónimo de una marcha forzosa, o una huida romántica a escondidas. Escaparse para pronunciar el 'sí, quiero' y vivir de una boda solo de dos es tendencia. Los motivos son variopintos: novios que no quieren un enlace tradicional y evitar así todo lo que implica organizar una ceremonia de tal envergadura, parejas que desean una boda íntima sin testigos, u otras que buscan experimentar una celebración alternativa en un paraje recóndito.

Vital es el papel que desempeña el fotógrafo, en ocasiones y junto al oficiante de turno, el único invitado del enlace. Sin su trabajo, estos novios a la fuga, no podrían inmortalizar el momento y disfrutar contemplando esas preciosas e idílicas instantáneas pasado el tiempo.

Se pueden organizar en el lugar de residencia, o como la mayoría de parejas, aprovechar esa boda en soledad para hacer un viaje a un destino singular como marco fotográfico de esa escapada por amor. En cualquiera de los casos, y a pesar de simplificar la planificación, estas ceremonias también requieren de una mínima organización previa. Desde escoger una fecha señalada y un sitio concreto, pasando por prestar especial atención a los looks nupciales, hasta vislumbrar una idea clara de cómo vais a celebrarlo después, aunque seáis nada más que vosotros.