El adiós de Pepe Oneto a su amigo, compañero y maestro Jesús Hermida

Dicen que los buenos periodistas son contadores de historias. Se puede dirigir periódicos, presentar programas de televisión, hacer buenos programas de radio, pero el buen periodista es el que sabe contar historias; el que las cuenta, además, con atractivo y personalidad y que es capaz de despertar el interés del lector, espectador u oyente por el relato que hace de la realidad que ve, y que otros son incapaces de ver.

Hermida era eso, un contador de historias. Las contó en prensa escrita y después en televisión. Jesús empezó a trabajar en el semanario de Acccion Catolica Signo (dónde empecé también yo hasta que el franquismo lo cerró), en La Actualidad Española y en el diario Pueblo. Después, durante muchos años, se dedicó a la televisión, donde se convirtió en testimonio vivo, en historia viva de toda una época, en descubridor de nuevos valores y en maestro de toda una forma de hacer periodismo televisivo.

Trabajé con él tres años en Antena 3, cuando yo era director de informativos y él uno de los principales impulsores del proyecto por el que tanto luchó Antonio Asensio. Lo poco que sé del medio lo aprendí de él, de su profesionalidad, de su ilusión por su forma peculiar de contar historias, de su curiosidad, de su bonhomía... Anoche, cuando Isabel Zúñiga, una incondicional de su equipo, me llamó para darme la triste noticia no me lo podía creer: Jesús ha muerto de un derrame cerebral. No pude seguir hablando porque de mi garganta solo salió un sollozo…