Ni España ni Francia: el lugar turístico que enamora a los europeos

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España y Francia continúan encabezando la lista de los países más visitados del mundo, pero hay un enclave italiano que empieza a destacar con fuerza entre los turistas europeos. Italia, rica en patrimonio, con una gastronomía reconocida internacionalmente y playas de gran belleza, se consolida como una opción irresistible. Y dentro de sus joyas, hay una ciudad costera que comienza a ocupar un lugar privilegiado en los planes de viaje.

Este lugar es Bari, capital de la región de Puglia, situada en la costa del mar Adriático. Considerada durante siglos como un puente entre Europa y Oriente Medio, esta urbe milenaria conjuga historia, tradición y un estilo de vida auténtico que fascina a quienes la visitan. Su popularidad ha crecido notablemente entre los viajeros que buscan una experiencia alejada de los circuitos turísticos masificados.

La joya secreta del Adriático

El alma de la ciudad se encuentra en Bari Vecchia, el antiguo barrio ubicado entre los dos puertos de la ciudad. Este núcleo conserva una estructura urbana bizantina y se caracteriza por sus callejuelas laberínticas, sus más de cuarenta iglesias y un centenar de templetes votivos. Entre sus monumentos más representativos se encuentran la basílica de San Nicolás, que alberga las reliquias del patrón de la ciudad, y la catedral de San Sabino, joya del románico apuliano.

En este entorno también se hallan dos antiguas sinagogas, vestigio de la comunidad judía que habitó en la ciudad. Otro de los grandes referentes patrimoniales es el castillo normando-suevo, edificado por Federico II de Suabia sobre restos bizantinos. A pocos pasos, aún se conservan fragmentos de las columnas de Santa Maria del Buon Consiglio.

Pero Bari no vive solo del pasado. Su dinamismo se refleja en la presencia de la Universidad, el Politécnico y una activa agenda cultural. Espacios como el teatro Petruzzelli, el Auditorio Nino Rota o el Spazio Murat impulsan una oferta artística que posiciona a la ciudad como referente en el sur del país. El Teatro Comunal N. Piccinni, recientemente restaurado, es otro de los emblemas culturales de la capital apuliana.

Desde 2005, Bari Vecchia ha experimentado una notable remodelación urbana, revitalizándose como núcleo de vida nocturna y convivencia local. Bares tradicionales, trattorias y propuestas vanguardistas se entremezclan en sus plazas y calles empedradas, donde los residentes continúan viviendo con autenticidad su día a día.

Playas mediterráneas

Gracias a su ubicación costera, Bari ofrece varias playas urbanas ideales para relajarse al sol. Entre las más frecuentadas se encuentran Pane e Pomodoro, una de las más céntricas y accesibles, y Torre Quetta, con más espacio y ambiente local. También destaca San Francesco, preferida por familias del barrio de San Girolamo.

A escasos kilómetros, destinos como Polignano a Mare o Monopoli complementan la oferta con calas espectaculares, acantilados y aguas cristalinas, fácilmente accesibles en tren o coche desde la ciudad. Este entorno refuerza la posición de Bari como puerta de entrada al Adriático y enclave turístico en auge.