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Los edificios escondidos del Vaticano: rincones del diminuto país que desconocías por completo
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Los edificios escondidos del Vaticano: rincones del diminuto país que desconocías por completo

Aunque apenas tiene un kilómetro de ancho, alberga infraestructuras que le dan una autonomía casi total

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El Vaticano esconde en su diminuto territorio una serie de edificios y servicios que pocos conocen. Más allá de la Basílica de San Pedro y los museos, esta ciudad-Estado cuenta con su propia estación de tren, gasolinera y hasta un cuerpo de bomberos. Aunque apenas tiene un kilómetro de ancho, alberga infraestructuras que le dan una autonomía casi total.

Estos rincones, explicados en detalle por el canal de YouTube City Beautiful son algunos de los rincones menos conocidos de este pequeño Estado. Y es que el Vaticano, a pesar de su tamaño, dispone de instalaciones que lo hacen funcionar como una auténtica ciudad moderna.

Una gasolinera exclusiva y un tren casi secreto

Ubicada en la sombra de la Basílica de San Pedro, la gasolinera del Vaticano es un pequeño lujo reservado a sus residentes y empleados. Los precios del combustible no se publican, pero se dice que son notablemente más bajos que en Roma. Este servicio, lejos de ser una simple curiosidad, es clave en un país donde la mayoría de trabajadores tienen que entrar y salir diariamente.

El transporte ferroviario también tiene su lugar en el Vaticano. La estación de tren es la más pequeña del mundo y conecta con la red italiana a través de la estación de Roma San Pietro. Aunque en su origen se pensó para recibir peregrinos, en la actualidad se usa mayormente para carga y, en contadas ocasiones, para visitas especiales.

¿Dónde van los residuos?

A pesar de su independencia, el Vaticano depende en gran medida de Italia para sus suministros básicos. Un ejemplo claro es la electricidad, que proviene exclusivamente de fuentes renovables, aunque el país también genera su propia energía con paneles solares en sus techos. En cuanto al agua, el Tratado de Letrán establece que Italia debe garantizar su abastecimiento, pero la gestión de las aguas residuales ha sido fuente de controversia, ya que el Vaticano no paga por su tratamiento.

placeholder Bandera del Vaticano al llegar a la gasolinera (Fuente: iStock)
Bandera del Vaticano al llegar a la gasolinera (Fuente: iStock)

La recolección de basura también es peculiar: se generan unas 1.000 toneladas de residuos al año y se clasifican en hasta 85 tipos diferentes para su reciclaje. El lugar exacto donde se realiza esta tarea sigue siendo un misterio, pero se cree que está cerca de los invernaderos y almacenes.

La seguridad, el paseo y la compra

A pesar de su reducido tamaño, el Vaticano cuenta con su propio cuerpo de bomberos, estratégicamente ubicado en el Patio del Belvedere, muy cerca de los museos y la Biblioteca Apostólica. Además de incendios, suelen encargarse de rescatar a turistas que no pueden descender de la cúpula de San Pedro tras la agotadora subida.

Por otro lado, la seguridad corre a cargo de la Gendarmería Vaticana, que realiza tareas de vigilancia y control fronterizo. No hay que confundirlos con la Guardia Suiza, cuya misión es proteger al Papa y su residencia.

Más de la mitad de la superficie del Vaticano está ocupada por los Jardines Vaticanos, un espacio que solo puede visitarse con tour guiado y que cuenta con jardines de estilo italiano, inglés y francés. Pero, además, hay un pequeño parque infantil y una pista de tenis en la esquina noreste de la ciudad. También se rumorea la existencia de una cancha de bocce y una zona con césped artificial.

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Fuente: iStock

En el plano más cotidiano, los residentes y empleados tienen acceso a un supermercado donde los productos son un 30% más baratos que en Italia, gracias a la ausencia de impuestos. Además, cuentan con una farmacia y un pequeño duty-free en la estación de tren.

La ciudad de los clérigos… pero también de la ciencia

El Vaticano alberga la Academia Pontificia de las Ciencias, un centro que, pese a su ubicación, se centra en la investigación científica sin agenda religiosa. Los miembros son nombrados por el Papa y su labor abarca desde la física hasta la biología.

Aunque el Vaticano es conocido por su papel religioso, sus infraestructuras y servicios muestran que, en la práctica, funciona como una auténtica ciudad en miniatura, con espacios y edificios que pocos imaginaban que existían tras sus históricos muros.

El Vaticano esconde en su diminuto territorio una serie de edificios y servicios que pocos conocen. Más allá de la Basílica de San Pedro y los museos, esta ciudad-Estado cuenta con su propia estación de tren, gasolinera y hasta un cuerpo de bomberos. Aunque apenas tiene un kilómetro de ancho, alberga infraestructuras que le dan una autonomía casi total.

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