El mal negocio de la paz en Ucrania: lo que Putin y Trump quieren realmente
La guerra en Ucrania ha pasado de un conflicto geopolítico a una disputa económica y el acceso a sus recursos estratégicos se ha convertido en la clave de las negociaciones de paz
El desenlace de la guerra en Ucrania ya no depende únicamente del resultado militar y geopolítico. La victoria sobre Rusia ha dejado de ser central para la diplomacia de EEUU, que ha desplazado la solución del conflicto hacia una lógica transaccional. El fin de las hostilidades está cada vez más atado a la explotación de los recursos estratégicos del país.
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Ucrania es uno de los países más ricos en recursos naturales de Europa, con vastas reservas de suelo negro altamente fértil, además de importantes depósitos de carbón, hierro y minerales estratégicos como litio, titanio y tierras raras. Para la administración Trump se ha convertido en un activo codiciado y necesario para disminuir la dependencia de las tierras raras importadas desde China. El gran obstáculo es que gran parte de estas riquezas se encuentran en territorios ocupados por Rusia, lo que añade una dimensión económica a la guerra y a cualquier posible acuerdo de paz.
En 2022, las conversaciones de paz en Bielorrusia y Estambul parecían avanzar hasta que las atrocidades en Bucha endurecieron la postura de Ucrania y Occidente decidió apostar por la resistencia militar en lugar de la diplomacia. Con la caída en la ayuda militar occidental y los avances rusos en 2024, se ha reabierto el debate sobre una salida negociada, aunque la falta de Rusia en la cumbre de paz de Suiza demostró las dificultades de encontrar una solución consensuada. El regreso de Trump a la presidencia de EE.UU. ha cambiado el enfoque de Washington, priorizando una paz transaccional basada en el acceso a los recursos de Ucrania.
Bajo este nuevo paradigma, Rusia busca consolidar sus avances territoriales y garantizar que Ucrania no se integre a la OTAN. Zelenski, de momento ha rechazado la propuesta de Washington de condicionar su apoyo a la cesión de derechos sobre minerales estratégicos, mientras que la UE todavía no ha encontrado cuál es su papel en los equilibrios de la paz. Una visión transaccional del conflicto plantea interrogantes sobre la legalidad internacional, el compromiso de EE.UU. con la OTAN y el rol de Europa y que podría dejar a Rusia como la gran vencedora de la guerra.
El desenlace de la guerra en Ucrania ya no depende únicamente del resultado militar y geopolítico. La victoria sobre Rusia ha dejado de ser central para la diplomacia de EEUU, que ha desplazado la solución del conflicto hacia una lógica transaccional. El fin de las hostilidades está cada vez más atado a la explotación de los recursos estratégicos del país.