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El PP busca desgastar a Ribera lanzando la duda de un proceso judicial en su examen de la Eurocámara
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Ataque total contra la vicepresidenta

El PP busca desgastar a Ribera lanzando la duda de un proceso judicial en su examen de la Eurocámara

Los populares españoles mueven entre sus colegas europeos la idea de que Ribera podría verse afectada por un proceso judicial por la gestión de la DANA para minarla en Bruselas

Foto: La candidata a la vicepresidencia ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, y a la cartera de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera. (Europa Press/Parlamento Europeo)
La candidata a la vicepresidencia ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, y a la cartera de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera. (Europa Press/Parlamento Europeo)
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Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno, ha defendido este martes por la noche que tiene todas las competencias para el cargo de vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a cargo de Transición Justa, Limpia y Competitiva, con control de la política de competencia. Pero lo ha hecho en un ambiente extraordinariamente tenso, el más crispado de todas las audiencias por las que han tenido que pasar los candidatos a formar parte del próximo colegio de comisarios. Llegaba a la reunión después de que el Partido Popular Europeo (PPE) hubiera tomado ya la decisión de retrasar el voto de aprobación o rechazo a la española, bajo presión de la delegación española, que considera que Ribera debería dar explicaciones por su gestión en el marco de la DANA que arrasó Valencia hace dos semanas.

La estrategia de los populares españoles, que han lanzado un ataque total contra Ribera, ha sido mover la idea de que la actual vicepresidenta del Gobierno podría verse salpicada por algún proceso judicial relacionado con el desastre de Valencia. Lo han hecho en público, a través de algunas preguntas, y lo han hecho también en privado. Algunos eurodiputados populares de otras nacionalidades se han unido a la siembra de dudas, aunque en un tono menos bronco. Jan Christian Ehler, eurodiputado alemán de los democristianos, ha dejado este mensaje en su intervención final durante la audiencia: “Esto no es un tribunal por las inundaciones en Valencia, pero tenemos que admitir que no ha respondido a cómo actuará si su ministerio se ve afectado”.

“Ha preferido estar escondida para salvar su sillón europeo, y por eso estoy segura de que la historia y quizás los jueces por su inacción e incompetencia”, ha asegurado Dolors Montserrat, portavoz del PP español en la Eurocámara, poniendo encima de la mesa la estrategia de los populares a puerta cerrada: asegurar a todo el mundo que Ribera puede tener problemas judiciales en el futuro, y que a nadie le conviene tener a una vicepresidenta de la Comisión teniendo que responder a los tribunales. Montserrat ha preguntado directamente a Ribera si estaría dispuesta en ese caso a dimitir para no “arrastrar al descrédito” a toda la Comisión Von der Leyen.

Los populares españoles saben que tumbar a Ribera es increíblemente difícil, pero por ahora han conseguido que el PPE impulse retrasar la decisión sobre la aprobación de la española. Pero Génova sabe que aunque pueden contar con el apoyo de sus colegas europeos para meterle presión al Gobierno, votar que ‘no’ al nombramiento como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea es otra cosa y podría provocar, en última instancia, el derrumbe de todo el Ejecutivo comunitario. Las fuentes populares admiten que eso es difícil, pero consideran que la estrategia es la correcta: retrasar la decisión, dejar que corra el reloj y confiar en una política de desgaste. Si Ribera sobrevive, explican, lo hará con un enorme daño reputacional.

El PP español sabe que sus maniobras también pueden provocar un empeoramiento significativo de las relaciones con Von der Leyen y su equipo, cuya prioridad ha sido hasta ahora que la Comisión Europea esté en pie y funcionando el próximo 1 de diciembre, señalando que hay retos globales como la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca que requieren de la preparación del nuevo Ejecutivo comunitario. Pero los populares están dispuestos a pagar ese precio. Consideran que no deben nada a la presidenta de la Comisión Europea, y es cierto que Von der Leyen siempre se ha mostrado más cercana a Pedro Sánchez que a Alberto Núñez Feijóo, pero al mismo tiempo ha mantenido su apoyo a la alemana en los momentos clave.

En la manera de entender Europa que tiene Von der Leyen no se hacen desplantes a los grandes Estados miembros. Incluso cuando el Gobierno italiano ha dado la espalda en distintas ocasiones a la alemana en su proceso de confirmación, Von der Leyen ha premiado al enviado de Roma con un buen puesto. Para ella hay que tener a los cinco grandes Estados miembros contentos y cerca del núcleo de poder. Prácticamente, todos asumen que si el PPE trata de estirar el chicle en exceso con Ribera Von der Leyen, que es miembro de la familia democristiana, dirá basta.

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Pero por ahora Manfred Weber, líder del PPE en la Eurocámara, está manteniendo la apuesta de sus colegas españoles. “La Comisión debe estar libre de toda acusación y su integridad fuera de toda duda. En este sentido, necesitamos una clara seguridad política y jurídica”, ha asegurado en un comunicado. “Esperamos que Teresa Ribera responda a todas las preguntas pendientes sobre sus funciones ministeriales ante el Parlamento español antes de buscar nuevas responsabilidades en Europa”, ha añadido el alemán.

Vetos cruzados

Una muestra de los difíciles equilibrios internos es que retrasar a Ribera tiene un efecto dominó, porque los otros dos partidos centristas, el núcleo duro de la coalición que ha escogido a Ursula von der Leyen para un segundo mandato al frente de la Comisión Europea, los socialdemócratas europeos (S&D) y los liberales (Renew Europe) habían acordado con el PPE tratar a los seis vicepresidentes ejecutivos, incluida Ribera, como un paquete. Al decidir retrasar la decisión de Ribera, S&D y Renew han arrastrado con ella las decisiones sobre el resto de vicepresidentes: el conservador italiano Raffaele Fitto, la popular finlandesa Henna Virkkunen, los liberales Kaja Kallas y Stéphane Séjourné, y la otra socialista, Roxana Mînzatu. Los socialistas no quieren esperar a la semana que viene y quieren que el destino de los seis vicepresidentes se decida esta misma semana.

El PPE y el grupo de extrema derecha de Patriotas por Europa (PfE), donde se encuentra Vox, han sido los más duros contra Ribera, los que más han abordado el asunto de la DANA. La española ha evitado a toda costa entrar a responder a las cuestiones más políticas relacionadas con la respuesta a las inundaciones y ha justificado que todavía no haya hablado en Madrid. “La semana pasada no hubo sesiones plenarias en el Congreso o en el Senado, y esta semana el plenario del Senado es hoy y estoy aquí”, ha explicado Ribera, que ha señalado que la semana que viene dará explicaciones en el Congreso de los Diputados.

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Pero la española sí que ha respondido a algunas cuestiones de la DANA, subrayando que su ministerio cumplió con sus funciones y que lo que fallaron fueron las alertas directas a la población, que dependen de la Comunidad Valenciana gobernada por el popular Carlos Mazón. “No tomar en serio esas alertas puede tener consecuencias catastróficas para la gente”, ha señalado Ribera, lanzando un ataque a Mazón. Y la todavía vicepresidenta del Gobierno también ha atacado a algunos eurodiputados que han negado los efectos del cambio climático.

“El riesgo de grandes inundaciones se resuelve en poco tiempo cuando se toma en serio la alerta que en este caso era roja”, ha añadido la española. Ribera ha intentado ajustarse a un discurso técnico, centrado en clima, energía y competencia, hablando en español, inglés y francés, evitando entrar a los debates nacionales, pero cada poco tiempo el asunto de la DANA u otras cuestiones de política interna han ido surgiendo. Uno de los más duros ha sido Jorge Buxadé, eurodiputado de Vox, que ha asegurado que Ribera “se ha escondido de los españoles”, y que “no debería sentarse en la Comisión, sino en un banquillo”. En ese momento, en la sala se ha extendido un runrún, que ha aumentado cuando el político de Vox se ha dirigido al PPE, sin el que Ribera no puede ser aprobada. “O están al lado de Teresa Ribera o de la vida de los españoles”, ha subrayado, entre ya los abucheos abiertos de algunos miembros conservadores.

Otros eurodiputados, como Paschal Canfin, de los liberales franceses, una de las figuras más destacadas de la Eurocámara en materia de clima, ha criticado que su “compañero de Vox - en referencia a Buxadé - pueda hablar dos minutos sobre lo ocurrido en Valencia sin mencionar una sola vez el cambio climático”. “Quiero felicitarla por la paciencia que ha mostrado esta noche”, ha señalado Jonas Sjöstedt, eurodiputado sueco de La Izquierda, casi al final de las más de tres horas de sesión.

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La DANA no ha ocupado toda la audiencia, aunque sí los momentos más tensos. Ribera ha tenido que responder a otras cuestiones sobre clima, energía y competencia. Eurodiputados a favor de la energía nuclear han presionado a la española, que se ha limitado a explicar que respeta las elecciones de los mix energéticos de cada Estado miembro, y otros han querido saber hasta dónde está dispuesta a llevar la flexibilización de las ayudas de estado. Silvia Sardone, eurodiputada italiana dentro de los Patriotas por Europa (PfE), miembro del partido de Matteo Salvini en Italia, ha llamado “talibana” a Ribera, y criticado que la estrategia de la española puede representar el “suicidio económico de toda Europa”. Motserrat también ha criticado el "radicalismo" de la vicepresidenta del Gobierno en cuestiones climáticas.

Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno, ha defendido este martes por la noche que tiene todas las competencias para el cargo de vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a cargo de Transición Justa, Limpia y Competitiva, con control de la política de competencia. Pero lo ha hecho en un ambiente extraordinariamente tenso, el más crispado de todas las audiencias por las que han tenido que pasar los candidatos a formar parte del próximo colegio de comisarios. Llegaba a la reunión después de que el Partido Popular Europeo (PPE) hubiera tomado ya la decisión de retrasar el voto de aprobación o rechazo a la española, bajo presión de la delegación española, que considera que Ribera debería dar explicaciones por su gestión en el marco de la DANA que arrasó Valencia hace dos semanas.

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