El nuevo código secreto (y a susurros) de moda en los bares de Lisboa para pagar menos que los turistas
El periódico 'Expresso' se ha hecho eco de una práctica que se está volviendo muy común en la capital portuguesa y que cada vez es más frecuente encontrarse en los bares y restaurantes de la ciudad
- "La idealización del norte nos va a salir cara": cómo se convirtió en una postal para turistas
- Esta ciudad de Italia no sabía qué hacer para frenar el turismo y ahora tiene la solución: los impuestos
Las callejuelas empedradas y llenas de historia de Lisboa han visto cómo, en los últimos años, hordas de turistas han llenado sus bares y restaurantes a todas horas del día. Y ahora, ante esta situación, parece que los locales han desarrollado un “código secreto” para proteger a sus propios ciudadanos de los altos precios que suelen poner para los visitantes. ¿El truco? Hablar bajito, conocer los menús que esconden para ellos y, sobre todo, parecer un verdadero lisboeta.
Según un artículo publicado recientemente por el medio portugués Expresso, muchos bares y restaurantes de la capital están aplicando un sistema de precios en dos niveles. Los turistas, que suelen venir de paso por unos días, reciben menús multilingües con precios inflados, mientras que los locales disfrutan de tarifas más ajustadas a su bolsillo.
El sistema se basa en pequeños detalles que los turistas suelen pasar por alto. Para empezar, los menús más económicos no siempre están a la vista. De hecho, a veces ni siquiera están impresos. En su lugar, los camareros informan verbalmente, en voz baja, de las opciones especiales para quienes parecen ser residentes habituales. A este fenómeno lo llaman ya el “código secreto de los lisboetas” y parece haberse convertido en una tendencia entre los locales que buscan escapar de los elevados precios que el turismo ha traído consigo, sobre todo durante el verano.
A pesar de que muchos ven esta práctica como una forma de justicia poética, no deja de ser polémica. De hecho, el debate ya está servido en Portugal después de haberse dado a conocer esta práctica. Varios expertos en hostelería han señalado que cobrar precios diferentes por la misma comida o bebida a diferentes clientes es completamente ilegal, según indican las leyes portuguesas.
Sin embargo, la Asociación Portuguesa de Hoteles, Restaurantes y Similares (AHRESP) ha emitido un comunicado negando tener conocimiento de estas supuestas diferencias de precios, y ha instado a los establecimientos a ser transparentes con sus tarifas.
Para los residentes de Lisboa, la cuestión de la legalidad parece ser secundaria. “Los turistas vienen unos días, pero nosotros vivimos aquí todo el año”, comenta al medio Expresso Miguel, un joven lisboeta que frecuenta uno de estos bares con precios “a la carta”.
El sentimiento general entre los lisboetas parece ser de resignación ante un fenómeno que está transformando la ciudad. “El turismo no es bueno para todos”, ha asegurado a Expresso una vecina del céntrico barrio de Alfama. “Los precios son cada vez más altos, y cada vez es más difícil disfrutar de nuestra propia ciudad”, ha asegurado.
Una práctica nada nueva, pero ahora más evidente
Algunos lugareños también han señalado que esta práctica no es nada novedosa. “Siempre ha habido precios especiales para los amigos de la casa o para los que son habituales”, han comentado algunos vecinos de la ciudad a Expresso. “Antes, los turistas eran pocos y no se notaba tanto, pero ahora, con tantas visitas, es como si Lisboa ya no fuera para nosotros”, ha explicado.
Curiosamente, este “código secreto” también se aplica, en ocasiones, a los portugueses que no residen en la ciudad. Un visitante del Algarve podría ser tratado como un turista más y recibir el menú para forasteros, con precios algo más elevados, mientras que un verdadero lisboeta, que conoce los trucos, podría terminar pagando menos.
Lisboa, al igual que otras capitales europeas, ha experimentado en los últimos años un auge en el turismo que, aunque es fundamental para la economía, también ha generado importantes tensiones. Durante el verano, barrios enteros como Alfama y Baixa se ven invadidos por turistas, lo que ha provocado que muchos residentes hayan buscado maneras de protegerse de los efectos negativos de este fenómeno.
En Sintra, una pintoresca localidad cercana a Lisboa y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la situación es similar. La aumento de la congestión del tráfico y la afluencia masiva de turistas han provocado que muchos residentes pidan medidas urgentes para proteger su calidad de vida.
Mientras tanto, parece que en Lisboa el susurro de los precios secretos sigue su curso, ayudando a los lisboetas a encontrar un respiro en su propia ciudad, aunque sea solo en forma de una comida o una cerveza a precio de “local”. Para los turistas, quizá la mejor estrategia sea intentar integrarse, aprender algunas palabras en portugués y, tal vez, cruzar los dedos para que el camarero les revele el menú oculto.
- "La idealización del norte nos va a salir cara": cómo se convirtió en una postal para turistas
- Esta ciudad de Italia no sabía qué hacer para frenar el turismo y ahora tiene la solución: los impuestos
Las callejuelas empedradas y llenas de historia de Lisboa han visto cómo, en los últimos años, hordas de turistas han llenado sus bares y restaurantes a todas horas del día. Y ahora, ante esta situación, parece que los locales han desarrollado un “código secreto” para proteger a sus propios ciudadanos de los altos precios que suelen poner para los visitantes. ¿El truco? Hablar bajito, conocer los menús que esconden para ellos y, sobre todo, parecer un verdadero lisboeta.
- Portugal, sin piedad ante los pirómanos: prisión preventiva y vigilancia reforzada Jonás Romero. Lisboa
- Así ha salido el (silencioso) experimento de Portugal de abrir puertas a la inmigración Jonás Romero. Lisboa
- Esta ciudad de Portugal quería dejar de tener tantos turistas y encontró la solución: fundirles a impuestos El Confidencial