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La UE logra un acuerdo para congelar fondos a Hungría y levantar su veto en otros dos pactos
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La UE logra un acuerdo para congelar fondos a Hungría y levantar su veto en otros dos pactos

Los embajadores representantes permanentes de los Veintisiete logran que Hungría levante su bloqueo a un paquete de asistencia a Ucrania y su veto al impuesto mínimo del 15%

Foto: Viktor Orbán. (Reuters/Bernadett Szabo)
Viktor Orbán. (Reuters/Bernadett Szabo)

La Unión Europea funciona como una maquinaria lenta y pesada pero impasible. Se trata siempre de cuadrar el círculo, de lograr, tras muchas horas de reunión, lo que al principio parecía imposible. Lo que los ministros de Finanzas de la UE no fueron capaces de cerrar la semana pasada en una reunión en Bruselas lo han hecho este lunes por la noche los embajadores representantes permanentes de los Veintisiete ante la Unión.

Es lo que la presidencia checa del Consejo ha calificado como un “mega acuerdo”. Un paquete de cuatro acuerdos separados pero que han acabado formando parte de una misma negociación. En la primera pata del acuerdo, los embajadores han pactado congelar fondos a Hungría utilizando por primera vez el llamado mecanismo de condicionalidad, que permite bloquear el envío de dinero del presupuesto europeo a un Estado miembro en el que no se pueda garantizar que vaya a gastarse de forma adecuada.

La Comisión Europea lo activó contra Hungría, donde desde hace años hay un deterioro progresivo del estado de derecho. Bruselas pidió que la Unión bloqueara 7.500 millones a Budapest, el 65% de tres programas de los fondos de cohesión. La semana pasada los ministros de Finanzas de un grupo de Estados miembros, entre ellos Francia y Alemania, pidieron al Ejecutivo comunitario que revisara su análisis, con la esperanza de que pudiera rebajarse la cuantía bloqueada teniendo en cuenta algunos de los progresos realizados. El viernes la Comisión Europea señaló que no revisaría la cifra de los 7.500 millones, dejando el asunto en manos de los Estados miembros.

Foto: Viktor Orbán. (EFE/Lukasz Gagulski)

El acuerdo final reduce el montante, estableciendo que se congelará el 55% frente al 65% que proponía el Ejecutivo comunitario. Eso significa que la cifra final se reducirá hasta 6.300 millones de euros que Hungría no recibirá hasta que no se haya comprobado que ha avanzado en una serie de reformas para garantizar una lucha contra la corrupción y una protección de la independencia judicial efectiva.

La segunda pata del “mega acuerdo” tiene que ver con el plan nacional de Hungría para acceder al Fondo de Recuperación que se estableció para apoyar la reactivación económica tras el coronavirus. El plan húngaro, de 5.800 millones de euros en subvenciones, seguía bloqueado hasta ahora, pero la Comisión Europea propuso que se le diera la luz verde a cambio de que Budapest cumpla con una serie de “súper hitos” en materia de estado de derecho. El Gobierno húngaro tenía cierta urgencia porque si se superaba la fecha de finales de diciembre perdería el 70% del montante.

Ahora los embajadores representantes permanentes de los Veintisiete desbloquean definitivamente el plan para Budapest, que recibe así una de cal y una de arena: con una mano se procede a la congelación de 6.300 millones, y con la otra se le muestra el camino para desbloquear no solamente ese dinero, sino 5.800 millones más del plan nacional de recuperación.

El resto del paquete

Hungría estaba utilizando su derecho a vetar algunas de las decisiones que requieren unanimidad para presionar a sus socios europeos e intentar que se ablandaran. Era un puro chantaje que cada vez irritaba a más ministros y diplomáticos. El “mega acuerdo” alcanzado en la reunión de embajadores de este lunes, llamada Coreper, ha servido para desbloquear no solamente la situación de los fondos a Hungría, sino dos grandes acuerdos que Budapest estaba tomando de rehén y que impacientaban al resto de las capitales.

Foto: Viktor Orbán y Ursula von der Leyen. (Reuters/Francois Lenoir)

Por un lado, el pacto para el establecimiento de un impuesto mínimo del 15% para las multinacionales que Budapest venía vetando desde hace meses. Se trata del conocido como “pilar 2” del acuerdo de la OCDE. “La aplicación efectiva de la directiva limitará la carrera a la baja en los tipos del impuesto de sociedades”, ha señalado el Consejo en el comunicado en el que ha anunciado el pacto. El otro acuerdo era el paquete de ayuda macrofinanciera a Ucrania de 18.000 millones de euros y sobre el que ya se venía trabajando en alguna fórmula que permitiera esquivar el veto de Budapest en caso de que lo mantuviera.

Ahora todo debe resolverse por procedimiento escrito y no debería haber sustos, aunque un Estado miembro, Polonia, sigue estudiando todavía el acuerdo para el impuesto mínimo del 15%, aunque la voluntad de todos es resolver de una vez por todas el paquete y cerrar los cuatro expedientes, que han dado muchos dolores de cabeza en la capital comunitario.

Estos dos acuerdos eran cuestiones claves para la Unión y para su prestigio. Una de cara a los socios de la OCDE y con una agenda por la que Bruselas ha apostado mucho. La otra respecto a Kiev. Hungría sabía lo que hacía. Metía el dedo y hurgaba en las heridas de los Veintisiete. Los dos lados han mantenido la calma, han puesto a funcionar la impasible maquinaria de la Unión y han acabado sacando de ella un acuerdo por el que Budapest está lejos de haber ganado: acaba admitiendo que miles de millones de euros queden bloqueados salvo que el Gobierno de Viktor Orbán empiece a dar marcha atrás en algunas de las medidas que han llevado a Hungría por la deriva autoritaria desde hace una década.

La Unión Europea funciona como una maquinaria lenta y pesada pero impasible. Se trata siempre de cuadrar el círculo, de lograr, tras muchas horas de reunión, lo que al principio parecía imposible. Lo que los ministros de Finanzas de la UE no fueron capaces de cerrar la semana pasada en una reunión en Bruselas lo han hecho este lunes por la noche los embajadores representantes permanentes de los Veintisiete ante la Unión.

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