La retirada rusa deja un reguero de cadáveres que Kiev califica de "crímenes de guerra"

La retirada de las tropas rusas de las zonas cercanas a Kiev, tras el volantazo del Kremlin para centrar su ofensiva en el sureste de Ucrania, está dejando tras de sí "lo que parecen exactamente crímenes de guerra", según ha denunciado este domingo en la cadena BBC un portavoz del presidente Zelenski, Sergei Nikiforov: "Hemos encontrado fosas comunes. Hemos encontrado gente con sus manos y sus pies atados... y con disparos, agujeros de bala, en la parte de atrás de la cabeza".

También el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, se ha referido a la "masacre de Bucha" -una de las localidades recientemente recuperadas- para pedir "sanciones devastadoras" contra Rusia al G7. El diplomático ha pedido un embargo total del gas y el petróleo rusos, un cierre de todos los puertos a los barcos y mercancías de ese país y una desconexión completa de todos los bancos rusos del sistema SWIFT.

Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha respondido a Kuleba: "Hay más sanciones y apoyo de la UE en camino". También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha escrito en Twitter que se encuentra "horrorizada" por las noticias, y ha pedido una investigación independiente para esclarecer los hechos, condenados por representantes de países como Italia, Reino Unido, Alemania o Francia.

El asesor especial de la organización humanitaria Human Rights Watch Fred Abrahams ha advertido de la importancia de no enterrar inmediatamente los cuerpos de las víctimas, ya que se podrían "destruir pruebas" que en el futuro puedan servir para apuntalar las acusaciones de crímenes de guerra que lanzan desde Kiev. "Las familias y autoridades que quieren volver a enterrarlos rápidamente, por más comprensible que eso sea, podrían destruir pruebas", ha escrito Abrahams en su cuenta de Twitter. "Hay que preservar (los escenarios) hasta que se organice una exhumación profesional", ha defendido.

En un informe publicado este domingo, la ONG ha detallado varios casos de ejecuciones sumarias y otros abusos por parte de soldados rusos que supondrían crímenes de guerra, entre ellos la repetida violación de una mujer en Járkov o el robo de propiedades civiles. "Los casos documentados suponen una crueldad indecible y deliberada contra civiles ucranianos", ha defendido el director de la organización para Europa y Asia Central, Hugh Williamson.

El informe se apoya en 10 entrevistas que trabajadores del grupo han realizado en persona o por teléfono a víctimas, testigos y residentes de territorios ocupados por las fuerzas rusas en Ucrania. En uno de los casos documentados, un testigo ha explicado a HRW que varios soldados obligaron a cinco hombres a ponerse de rodillas en una calle en Bucha, el 4 de marzo, les pusieron la camiseta por encima de la cabeza y dispararon a uno de ellos en la nuca.

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El Confidencial

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, avisó ayer de que sus fuerzas están encontrando minas colocadas en viviendas e "incluso en los cadáveres" a medida que recuperan posiciones abandonadas por los rusos en los alrededores de la capital. "Están minándolo todo. Están colocando minas en casas, en equipo, incluso en cadáveres de gente muerta", apuntaba Zelenski en la noche del sábado, en un vídeo en redes sociales recogido por Europa Press.

Periodistas de la agencia AFP han confirmado haber visto al menos 20 cadáveres en una calle de la localidad de Bucha, vestidos con "ropas civiles", y al menos uno de los cuerpos tenía "las manos atadas". Según la agencia, un pasaporte ucraniano se encontraba abierto en el suelo junto al cadáver. Las autoridades ucranianas aseguran haber recuperado 410 cuerpos de civiles asesinados en el territorio de la región de Kiev.

Mientras tanto, el Ministerio de Defensa británico ha advertido, en su parte de guerra diario publicado en redes sociales, que las fuerzas rusas mantienen todavía un bloqueo en el mar de Azov, lo que impide al ejército ucraniano recibir suministros por mar. Aun así, el informe defiende que un ataque anfibio ruso supondría un "alto riesgo" para el Kremlin, debido al tiempo que han tenido las fuerzas ucranianas para prepararse. Además. asegura el Ministerio, la defensa antiaérea del país continúa suponiendo un "importante desafío" para las operaciones aéreas rusas, lo que impide al Kremlin controlar totalmente los cielos y dificulta sus operaciones en tierra.

Según los británicos, en la última semana se ha registrado una mayor concentración de la actividad aérea rusa en el sureste ucraniano, "probablemente como resultado de Rusia enfocando sus actividades militares en esta zona". Justo esta mañana se ha conocido el bombardeo de una importante refinería en Odesa, ciudad clave en el sur del país. Kiev asegura que no ha habido víctimas mortales.