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Biden y los líderes europeos arropan a Ucrania en una reunión sin España
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MONCLOA LE RESTA IMPORTANCIA

Biden y los líderes europeos arropan a Ucrania en una reunión sin España

El presidente de EEUU debatió sobre el conflicto este lunes con varios de sus aliados europeos, pero no con Sánchez. En paralelo, Washington ha negado diferencias con las potencias europeas

Foto: Joe Biden accede a la Casa Blanca. (Reuters/Reynolds)
Joe Biden accede a la Casa Blanca. (Reuters/Reynolds)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, discutió este lunes con varios líderes europeos la creciente tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania, donde Moscú acumula unos 100.000 efectivos militares. Fueron invitados a la videollamada los presidentes de Alemania, Italia, Francia, Polonia y Reino Unido, así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg. España se quedó fuera de esta conversación a pesar de que en los últimos días ha tratado de tomar posiciones ofreciendo a la OTAN el despliegue de sus cazas en Bulgaria y adelantando el envío de una fragata de la Armada al Mar Negro. El movimiento llega horas antes de que el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, comparezca de urgencia y a petición propia en el Congreso de los Diputados este martes.

Aunque el Gobierno se vio excluido de la cita telemática sobre el conflicto, el ministro de Presidencia, Féliz Bolaños, defendió a última hora de este lunes el papel de España y su peso en la estrategia de los aliados. A su parecer, el Ejecutivo de Pedro Sánchez mantiene una "coordinación indudable" con Washington y recibe la "información en tiempo real". "Tenemos toda la información y la coordinación suficiente para poder ir tomando las decisiones que correspondan", valoró en la Cadena Ser el socialista mientras se celebraba el encuentro en el que no fueron incluidos.

Pasado el mediodía de este lunes, la Casa Blanca informó de que Biden mantendría una videollamada segura con los citados líderes como parte de su "cercana coordinación" y de las "consultas" con los Aliados Transatlánticos. En paralelo, el Departamento de Estado de EEUU aseguró este lunes que no tiene "diferencias" con sus socios europeos y aseguró que responderá "esta semana por escrito" a las exigencias de seguridad solicitadas por Rusia.

"Total unidad transatlántica"

Tras finalizar el encuentro una fuente europea señaló que fueron cuatro los grandes puntos que han abordado los líderes. El primero fue el de brindar apoyo económico a Kiev. El segundo punto tratado fue el de la necesidad de mantener el diálogo con Rusia y “la necesidad urgente de que reduzca las tensiones causadas por la acumulación militar a lo largo de la frontera con Ucrania y la retórica agresiva”. “Los líderes acordaron continuar el diálogo con Moscú en diferentes vías y que los principios básicos de la seguridad europea no están sujetos a renegociación. Los Estados europeos tienen derecho a determinar sus propios arreglos de seguridad”, según esta fuente.

El tercer punto tratado fue la necesidad de una “total unidad transatlántica”, justo cuando este lunes surgieron algunas grietas por la decisión americana de comenzar a repatriar a familiares de personal diplomático, una medida que los socios europeos no consideran todavía necesaria. Y el cuarto punto, seguramente el más importante, fue cómo responder a Rusia, que la semana pasada solicitó a los Estados Unidos y a la OTAN que respondiera por escrito a las reclamaciones hechas por el Kremlin. Más allá de esa respuesta a las exigencias de Moscú, los líderes han discutido sobre las maneras de disuadir a Rusia de lanzar un ataque contra Ucrania, hablando de las sanciones “masivas” en caso de “cualquier agresión militar adicional”, según la fuente europea.

En palabras del propio Biden, el encuentro fue positivo: "He tenido una reunión muy, muy, muy buena. (Hay una) unanimidad total con todos los líderes europeos", dijo en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.

La amenaza rusa ha dominado la agenda de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea este lunes en Bruselas. Aunque la Unión anunció una respuesta “masiva” en forma de sanciones contra el Kremlin en caso de agresión a Ucrania, sigue existiendo división entre las capitales sobre cómo de contundentes deben ser esas sanciones y qué tipo de acción por parte del Kremlin provocaría su activación.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE/Rafa Alcaide)

Los jefes de la diplomacia de los Veintisiete han mostrado su apoyo a la vía diplomática que todavía exploran el Gobierno ruso y el estadounidense, que tiene el compromiso de responder esta semana por escrito a las exigencias realizadas por Moscú: que la OTAN vuelva a sus fronteras de 1997, sacando a sus efectivos de Rumanía y Bulgaria, además de comprometerse a que Ucrania no entrará en la Alianza. Son puntos que no son negociables para Estados Unidos ni el resto de la Alianza Atlántica.

Los ministros discutían este lunes con el telón de fondo de unas sanciones que están siendo preparadas por Bjoern Seibert, jefe de Gabinete de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en estrecha colaboración con la Casa Blanca y el Servicio de Acción Exterior (SEAE) que dirige Josep Borrell. Pero esas ideas, que algunas fuentes diplomáticas aseguran que ni siquiera están plasmadas en un documento que haya circulado, se han discutido hasta ahora únicamente de manera bilateral. Seibert se ve con los enviados de uno u otro Estado miembro y sondea su apetito por los distintos tipos de sanciones. Pero no hay ningún paquete cerrado, todavía se habla de algunos flecos sueltos y, aunque distintas fuentes muestran su confianza en que, en caso necesario, habrá una respuesta rápida y contundente, el trabajo de preparación de las sanciones es un ejercicio todavía en marcha.

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden, junto al presidente de España, Pedro Sánchez. (EFE/EPA/Riccardo Antimiani)

Varias fuentes aseguran que hay un alto nivel de acuerdo, e incluso una alta fuente europea asegura que estas sanciones podrían activarse en cuestión de días y "no de semanas". Pero otras delegaciones señalan la necesidad de aterrizar el debate y de hablar de medidas concretas. Muestran su preocupación con que la respuesta siga siendo un trabajo hipotético, una discusión fragmentada en conversaciones bilaterales y que eso, en caso de que se tengan finalmente que adoptar sanciones, pueda acabar provocando que a la hora de la verdad, cuando se tengan que aprobar y se necesite la unanimidad de los Veintisiete, puedan llegar a atascarse.

Un reflejo de esa división sobre la letra pequeña de la respuesta europea son unas declaraciones de Olaf Scholz, canciller alemán, que aseguró que las sanciones deben tomarse con “prudencia”, mencionando los efectos adversos que estas tendrán sobre los propios Estados miembros de la Unión. Precisamente, ese es un frente en el que en este momento trabajan Seibert y su equipo. Medidas para compensar los daños colaterales que las sanciones contra Moscú puedan tener en los socios europeos. Hay más unidad en el flanco de la OTAN que en el de la propia Unión Europea.

"Estaremos listos, la UE y nuestros amigos en EEUU, para imponer sanciones económicas y políticas nunca antes vistas", afirmó Jeppe Kofod, ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, siguiendo con el tono duro marcado por algunos de sus colegas, sin que haya, sin embargo, un paquete de sanciones cerrado. Eso sí, desde la Comisión Europea subrayaron que el objetivo es "cortocircuitar" a Moscú del resto del mundo. Una idea en la que también ha insistido Kofod, que indicó que el Kremlin quedará "totalmente aislado" si ataca a Ucrania.

Los ministros adoptaron este lunes conclusiones muy genéricas. Por un lado, porque la postura de los Veintisiete siempre ha sido dar pocos detalles sobre posibles sanciones para que estas tengan un carácter disuasorio. Por el otro, porque de hecho las sanciones no formaban parte de la discusión del encuentro de este lunes, que finaliza con una conversación con Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos. Hay divergencias sobre cómo se ve la cuestión desde los distintos Estados miembros, pero la inmensa mayoría de las capitales se han conjurado en enviar un mensaje de unidad y contundencia, incluso cuando todavía no hay sobre la mesa un paquete cerrado de respuesta a Moscú. La clave está en confiar en que estará y saldrá adelante. Mostra división juega a favor de los intereses de Vladimir Putin, presidente ruso, que prefiere que la UE se mantenga dividida. Por eso los que creen que hace falta más trabajo sobre las sanciones envían ese mensaje únicamente en privado.

Foto: El presidente finlandés, Sauli Niinisto, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, tras una reunión en 2019. (Reuters/Alexander Zemlianichenko) Opinión
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“El diálogo en consonancia con los principios fundamentales que sustentan la seguridad europea es el camino para mejorar la situación de seguridad y salvaguardar la paz y la estabilidad en nuestro continente. Las nociones de “esferas de influencia” no tienen cabida en el siglo XXI”, señala el texto de conclusiones. Los ministros subrayan que “cualquier nueva agresión militar de Rusia contra Ucrania tendrá consecuencias masivas y costes elevados”, que está siendo la frase que, una y otra vez, se repite contra Moscú estos días. “Esto incluye una amplia gama de medidas restrictivas sectoriales e individuales que se adoptarían en coordinación con los socios. La UE ha acelerado el trabajo preparatorio en este sentido por parte del Alto Representante y la Comisión”, asegura el documento, haciendo referencia así a las sanciones.

La falta de unidad y especialmente las dudas que pueda tener Alemania han sido objeto de preocupación en las últimas horas, pero Blinken ha insistido en que Berlín y Washington se encuentran coordinadas y con una postura común. Una fuente europea conocedora de los trabajos sobre las sanciones ha asegurado que, en el momento de la verdad, la Unión estará unida y dará una respuesta contundente. “Sí, hay diferentes sensibilidades, pero todos los Estados miembros saben cuál es el interés de la Unión Europea”, ha explicado dicha fuente.

Otras fuentes diplomáticas subrayan que en caso de una agresión rusa las capitales superarán las posibles diferencias de interpretación y responderán unidas. Sin embargo, uno de los principales temores es hasta qué punto las distintas delegaciones estarán de acuerdo en qué tipo de sanciones adoptar en caso de que el Kremlin no lance un ataque total sobre Ucrania y apueste por otro tipo de acciones, como ataques cibernéticos o un apoyo reforzado a los separatistas prorusos que desde 2014 controlan el Dombás, al este del país.

José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español, ha repetido una y otra vez la palabra “unidad”. “Ha habido una unidad total en las posiciones que hemos adoptado como Unión”, incidió el jefe de la diplomacia española, que destacó que los Veintisiete han “subrayado el diálogo” que es el método que quieren “privilegiar, pero hay que estar preparados para cualquier circunstancia”. La unidad es la palabra sagrada, la que tiene que llegar a Moscú, aunque fuentes conocedoras admitan que todavía queden algunos elementos por cerrar de la posible respuesta europea al Kremlin en caso de agresión.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, Albares afirmó que hay “unidad de los europeos y unidad transatlántica”, a pesar de que Estados Unidos y el Reino Unido anunciaran este lunes su decisión de comenzar a sacar de Ucrania a los familiares de los diplomáticos que hay en el país y la Unión Europea ha decidido mantenerlos. El jefe de la diplomacia europea incluso defendió que no hay que “dramatizar” la situación.

Por su parte, Albares relató que mantiene informada a la colonia de unos 500 españoles en Ucrania: “No nos planteamos en estos momento evacuar a nuestra colonia y a nuestro personal diplomático”. Es cierto que desde Libia Estados Unidos tiene unos protocolos muy exigentes para la evacuación de personal diplomático. Fuentes diplomáticas señalan además que la Unión Europea está enviando un mensaje claro al mantener sobre el terreno a sus diplomáticos, además de acordar nuevas partidas de ayuda económica como una muestra de su confianza en la estabilidad de Ucrania.

Paquete de apoyo a Ucrania

Durante la mañana, Von der Leyen reiteró la disposición de Bruselas a destinar 1.200 millones de euros en ayuda a Ucrania a través de un nuevo paquete de apoyo financiero, algo que ya había anunciado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, a principios de mes. El paquete, anunciado por la presidenta en una comparecencia de prensa, incluiría subvenciones y préstamos de emergencia para que Kiev aborde "las necesidades financieras por el conflicto".

En este sentido, la líder del Ejecutivo europeo reclamó celeridad al Parlamento Europeo para dar pronto el visto bueno al plan y proceder a desembolsar un primer tramo de 600 millones en las próximas semanas. Según recordó la conservadora alemana, los últimos años el compromiso de Bruselas con la modernización del país del este de Europa se ha concretado con importantes ayudas financieras. Desde 2014, cuando Rusia se anexionó la península de Crimea, la UE ha respaldado a Kiev con 17.000 millones de euros.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, discutió este lunes con varios líderes europeos la creciente tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania, donde Moscú acumula unos 100.000 efectivos militares. Fueron invitados a la videollamada los presidentes de Alemania, Italia, Francia, Polonia y Reino Unido, así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg. España se quedó fuera de esta conversación a pesar de que en los últimos días ha tratado de tomar posiciones ofreciendo a la OTAN el despliegue de sus cazas en Bulgaria y adelantando el envío de una fragata de la Armada al Mar Negro. El movimiento llega horas antes de que el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, comparezca de urgencia y a petición propia en el Congreso de los Diputados este martes.

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