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Por qué el partido de Merkel ha cosechado el peor resultado de su historia
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Elecciones de Alemania

Por qué el partido de Merkel ha cosechado el peor resultado de su historia

La mayor propuesta de Laschet, el candidato de la CDU, consistía en ser una nueva versión de Merkel, pese a que los socialdemócratas presentaban a un candidato mejor preparado para ese papel: Olaf Scholz

Foto: Imagen: EC Diseño.
Imagen: EC Diseño.

La mañana del domingo prometía un buen día en Múnich. Había salido el sol y, pese a que el Oktoberfest había sido pospuesto por la pandemia, muchos bávaros salieron a beber cerveza para celebrarlo con sus trajes tradicionales. Pero conforme avanzaba la tarde, se empezó a nublar. Y poco después llegó la tormenta que anunciaba el fin del verano. Una tormenta que presagiaba el descalabro para la CDU y la CSU, cuyo bastión conservador en Baviera se desmorona.

El resultado de estas elecciones, un 24,1% de los votos es el peor obtenido por los conservadores en la historia de la CDU (el mínimo fue el 31% en las primeras elecciones de la posguerra en la Alemania occidental en 1949). Pese a que la diferencia con el candidato del SPD, Olaf Scholz, es mínima (25,7%), el ambiente entre las filas del partido de Merkel es desolador por unos resultados que, hace unos meses, habrían sido impensables. Las malas noticias llegan por todos lados: la formación aliada CSU ha perdido seis puntos porcentuales en Baviera; en Alemania del este la CDU ha quedado tercera por detrás del SPD y la ultraderecha de AfD, y el distrito de Merkel, que ganó ocho veces seguidas desde 1990, ha caído en manos de un socialdemócrata.

Foto: EC Diseño

La sangría de votos ha sido enorme. Según las mismas encuestas, los conservadores han perdido más de 1.300.000 votos en favor de los socialdemócratas. Muchos de ellos habrían sido votantes que, durante años, habían optado por Angela Merkel, pero ante su salida habrían preferido apostar por la cara conocida de Scholz —ministro de Finanzas en el actual Ejecutivo y vicecanciller— en lugar de Laschet. También los Verdes han pescado en el caladero de votos del CDU-CSU (900.000 votos) y los liberales (340.000). Estas cifras demuestran que por donde realmente han sufrido los democristianos ha sido por el centro. Un centro conquistado por Merkel y su pragmatismo durante años.

Los motivos del desastre

¿Qué ha pasado? Muchos analistas apuntan al desgaste de los ciudadanos alemanes por la pandemia y a la floja campaña de Armin Laschet, quien desde que se le fotografió riéndose a carcajadas en plena crisis por las inundaciones en el oeste de Alemania no ha levantado la cabeza. Y esa no ha sido su única metedura de pata. Además, su difícil equilibrio entre el 'statu quo' y prometer un cambio que animara a los votantes no ha funcionado. Su mayor propuesta consistía en ser una nueva versión de Merkel, pese a que los socialdemócratas presentaban a Scholz, quien con sus años en el Gobierno de la canciller cumplía mejor ese papel de candidato más 'merkeliano'.

El 86% de los exvotantes de Merkel habría preferido a un candidato distinto para la cancillería alemana mientras que, según Infratest Dimap, el 71% de la CDU en estas elecciones apostó por su papeleta para evitar una alianza de izquierdas.

Otros, sin embargo, también lo achacan a la propia canciller, pese a que se retira con más de un 80% de aprobación. "Merkel ha fracasado a la hora de nombrar un sucesor y legitimar su ascenso", escribía Charlie Collard, autor de una tesis sobre la estructura organizativa de la CDU, en Twitter. "Como resultado, están destinados a pasar los próximos cuatro años fuera del poder. (...) Estructuralmente, no tenían la habilidad de nombrar a un candidato adecuado para reemplazar los 16 años de Merkel".

Pero todavía no todo está perdido para los democristianos. Según las distintas posibilidades de coaliciones, aún hay opciones de que sigan al frente de Alemania. “Trataremos de hacer lo que sea para formar un Gobierno liderado por conservadores”, dijo Laschet nada más conocer los primeros resultados que auguraban una larga noche en Berlín. Y prosiguió: “Alemania necesita una coalición orientada al futuro que modernice nuestro país”. El secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, tuiteó que "una coalición entre la CDU, FDP y los Verdes sería una auténtica coalición por el futuro: por la modernización, sostenibilidad y estabilidad".

Días antes de las elecciones, el líder de la CSU, Markus Söder, había descartado tratar de formar Gobierno si quedaban segundos, pero la prensa alemana ya informaba este domingo de que los bávaros habían cambiado de opinión. La Unión (la suma de CDU y CSU) tratará de convencer a Verdes y liberales para formar la coalición Jamaica. Pero no será fácil ni sus rivales políticos se venderán barato. A los liberales de la FDP les conviene una CDU más débil para perseguir su agenda antiendeudamiento del último año de Merkel, y los Verdes necesitarían incentivos muy jugosos para dar la espalda a la mano tendida de los socialdemócratas y unirse a una coalición en la que estarían en minoría ideológica.

Foto: Un coche pasando frente a un cartel electoral en Alemania. (Reuters)

Alemania se dirige a una de las conversaciones poselectorales más largas de su historia porque, por primera vez en 70 años, habrá un Gobierno formado por tres partidos. Nada impide a Laschet intentar formar Gobierno, aunque una mayoría de los alemanes prefiere que Olaf Scholz lidere el nuevo Ejecutivo. Y la cara circunspecta de Laschet durante la Berliner Runde (ronda de Berlín o 'ronda de elefantes', como se conoce al debate poselectoral) lo decía todo.

En cualquier caso, la última palabra la tendrán liberales y Verdes, los socios imprescindibles en la coalición. Christian Lindner, líder de FDP, ya adelantó en el debate que quiere ponerse de acuerdo con la formación ecologista antes de tratar de formar Gobierno con SPD o CDU, mientras que los Verdes, ideológicamente más cercanos a los socialdemócratas, no han descartado pactar con Laschet.

Este lunes, la CDU celebrará una reunión para decidir el rumbo del partido en las negociaciones tras estos comicios. Medios conservadores han pedido que, pese a que Laschet va a quedar casi dos puntos por detrás de Scholz, CDU y CSU le sigan apoyando. Pero algunos miembros del partido bávaro, que durante esta campaña se han mostrado escépticos con el liderazgo de Laschet, podrían pedir responsabilidades a largo plazo.

Porque a lo más que puede aspirar ahora mismo la CDU es a una victoria pírrica si consigue convencer a Verdes y FDP de no pactar con los socialdemócratas. Y si lo hiciera, entraría en el Gobierno de forma muy debilitada y con el partido dividido. “Laschet está protegido de momento porque los conservadores necesitan proyectar unidad para tener una posibilidad de seguir en el poder”, tuiteaba el analista político Marcel Dirsus. “Pero eso no significa que sea finiquitado cuando se acaben las negociaciones. Me sorprendería mucho si sigue como líder de la CDU”.

La mañana del domingo prometía un buen día en Múnich. Había salido el sol y, pese a que el Oktoberfest había sido pospuesto por la pandemia, muchos bávaros salieron a beber cerveza para celebrarlo con sus trajes tradicionales. Pero conforme avanzaba la tarde, se empezó a nublar. Y poco después llegó la tormenta que anunciaba el fin del verano. Una tormenta que presagiaba el descalabro para la CDU y la CSU, cuyo bastión conservador en Baviera se desmorona.

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