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Divide y perderás: así arraigó la cultura de la coalición en Alemania
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EL FIN DE LA ERA MERKEL IX

Divide y perderás: así arraigó la cultura de la coalición en Alemania

A diferencia de lo que ocurre en España, el pacto entre partidos en Alemania no se considera una cesión ni una traición a los principios, sino un acto de responsabilidad por el bien del país

Foto: Foto: El Confidencial Diseño.
Foto: El Confidencial Diseño.

Ni uno ni dos, sino tres. El próximo Gobierno alemán estará formado por tres partidos. El acuerdo entre rivales forma parte de la cultura política de Alemania, pero, incluso en un país con esa intensa tradición pactista, será complicado digerir un Ejecutivo multipartidista. Sin embargo, si el resultado del 26 de septiembre se parece un poco a lo que prevén las actuales encuestas de intención de voto, los alemanes tendrán que acostumbrarse. No será el primer tripartito, pero hay que remontarse a las dos primeras legislaturas de la recién fundada República Federal de Alemania para encontrar los otros. Y no quedan ya muchos votantes de aquella época.

En 1953 se celebraron las terceras elecciones federales, en las que el entonces canciller y líder de la Unión (CDU/CSU), Konrad Adenauer, consiguió la mayoría absoluta con el 50,2% de los votos. Nunca más se volvió a lograr esa hazaña y con ella la oportunidad de gobernar el país en solitario. A partir de entonces, los partidos alemanes comenzaron a labrar su fama de ser capaces de llegar a acuerdos. Entre iguales, pero también entre diferentes. ¿Cuánto hay de convicción política y cuánto de saber que el votante alemán penaliza a los partidos que no son capaces de pactar? Digamos que la cosa está muy repartida. Lo más relevante es que, a diferencia de lo que ocurre en España, el pacto entre partidos está bien visto. No se considera una cesión ni una traición a los principios, sino un acto de responsabilidad por el bien del país. Esa narrativa ha engrasado las más diversas coaliciones que se puedan imaginar, tanto a nivel federal como en los diferentes estados federados. Hagamos un repaso.

Foto: Primer debate a tres entre los candidatos a la cancillería alemana de Los Verdes, CDU/CSU y SPD. (Reuters)

A lo largo de los 70 años de historia de la República Federal de Alemania, podemos identificar diferentes épocas en función de los tipos de coalición que se iban formando. Después de aquella mayoría absoluta del canciller Adenauer, Alemania inicia la época de la bisagra liberal. Esta consistía en una alternancia entre gobiernos de la CDU/CSU (en los años 60, 80 y 90) y de los socialdemócratas del SPD (en los años 70). La llave para gobernar la tenían los liberales del FDP. Su lugar de partido minoritario cobraba enorme importancia ante los dos partidos mayoritarios, convirtiéndose en la bisagra política del país. Cabe destacar que esta lógica se vio interrumpida solo una vez, entre 1966 y 1969, cuando se forma la primera 'Gran Coalición' de la historia entre democristianos y socialdemócratas bajo el mando de Kurt Georg Kiesinger y con Willy Brandt como ministro de Relaciones Exteriores.

Esta época de la bisagra liberal se erosiona y termina por romperse a causa del surgimiento y progresivo crecimiento de Los Verdes. Y es en 1998, por primera vez después de 29 años, cuando deja de haber ministros del partido liberal en el Gobierno alemán. La razón es que los socialdemócratas optan por asociarse con los ecologistas y formar la primera coalición rojiverde con Gerhard Schröder como canciller. Parecía que Alemania se inclinaba por una suerte de nueva alternancia, pero no ya exclusivamente entre los partidos mayoritarios, sino entre bloques ideológicamente afines: por el lado de la izquierda, el SPD y Los Verdes; por el lado de la derecha, la Unión y el FDP. El actual Die Linke, partido a la izquierda de la socialdemocracia, no entraba en esa clasificación por bloques por su casi nula presencia a nivel federal y por las reticencias a acordar los herederos del partido único de la República Democrática Alemana (Alemania del Este).

Foto: El Confidencial Diseño.

Esa competencia y separación entre bloques se vio truncada con la llegada de una nueva época: la de las grandes coaliciones. Entre 2005 y 2021, Alemania ha sido gobernada por la 'Gran Coalición' de la CDU y el SPD, con la única interrupción de un Gobierno de la CDU y el FDP entre 2009 y 2013. Lo que se consideraba una excepción se transformó en la regla, dando comienzo a un progresivo desdibujamiento del carácter mayoritario de ambas fuerzas. Primero lo sufrieron los socialdemócratas, que perdieron la mitad de su electorado en 15 años, y ahora le llega el turno a los conservadores, a los que algunas encuestas de intención de voto han llegado a poner por debajo del 20% de apoyo electoral, lugar en el que el partido de Adenauer, Kohl y Merkel no había estado en toda su historia.

Según lo que indican los sondeos electorales, la historia de las coaliciones en Alemania puede ingresar en una nueva época después de las próximas elecciones. Se trataría de la época de los tripartitos. La fragmentación del sistema de partidos alemán, con el derrumbe de los mayoritarios por debajo de la línea del 30% e incluso del 20%, obligará a los diferentes partidos a poner en práctica una ingeniería política mucho más compleja de lo visto hasta ahora a nivel federal. Negociar a tres bandas implica equilibrios mucho más sofisticados y delicados. Un verdadero arte.

Foto: Conferencia de prensa durante los diálogos de coalición en Renania-Palatinado. (Reuters)

Sin embargo, ninguno de los partidos alemanes puede alegar no estar preparado para esta nueva situación. A nivel regional, la mitad de los estados federados en Alemania tienen un Gobierno de coalición formado por tres partidos. Cuatro liderados por el SPD, tres por la CDU y uno por Die Linke. Si los agrupamos según quienes los integran, encontramos tres tripartitos de izquierdas, conformados por SPD, Die Linke y Los Verdes, en Berlín, Thüringen y Bremen; tres gobiernos de coalición 'Kenia', con la CDU, el SPD y Los Verdes, en los estados del este Brandenburg, Sachsen y Sachsen-Anhalt; un Gobierno de coalición 'Jamaica', la compuesta por CDU, Los Verdes y liberales, en Schleswig-Holstein, y un Gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales, más conocido como coalición semáforo, en Rheinland-Pfalz. Esta última opción es la preferida de Olaf Scholz, el candidato socialdemócrata que lidera las encuestas. Pero Alemania no es Rheinland-Pfalz y todos los partidos tendrán cartas con las que jugar.

Nadie considera a la ultraderecha de AfD un potencial socio de Gobierno

La diversidad de coaliciones y los acercamientos entre partidos en casi todas las direcciones posibles allanan el camino para las negociaciones a nivel federal. Es cierto que no garantizan acuerdos, pero, a lo largo de los últimos años, se han asentado los puentes entre los diferentes partidos y, poco a poco, se han ido eliminando ciertos tabúes. Hasta se empieza a hablar con naturalidad de una coalición de izquierdas a nivel federal, algo que la CDU aprovecha para reprocharle a Olaf Scholz que no descarte de plano un acuerdo con los poscomunistas de Die Linke. Sin embargo, hay algo que no está en discusión. Nadie considera a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) un potencial socio de Gobierno. De hecho, la posición es nítida: con ese partido no se habla nada, no se acuerda nada. En esto también se diferencia la cultura política alemana de la española.

La noche electoral arrojará un resultado en el que diferentes coaliciones serán posibles aritméticamente. El devenir de los días y las primeras negociaciones y acercamientos entre partidos convertirán a algunas de ellas en políticamente imposibles. La Unión no quiere irse a la oposición. Scholz sueña con ser canciller y no contempla estar fuera del próximo Ejecutivo. Los Verdes y los liberales cuentan con hacerse cargo de ministerios con capacidad de influir en la vida de los alemanes. Y Die Linke anuncia que está haciendo trabajos de preparación de unas posibles negociaciones para una coalición de izquierdas. Para un tripartito, sobran dos. Que comiencen los juegos del hambre.

Ni uno ni dos, sino tres. El próximo Gobierno alemán estará formado por tres partidos. El acuerdo entre rivales forma parte de la cultura política de Alemania, pero, incluso en un país con esa intensa tradición pactista, será complicado digerir un Ejecutivo multipartidista. Sin embargo, si el resultado del 26 de septiembre se parece un poco a lo que prevén las actuales encuestas de intención de voto, los alemanes tendrán que acostumbrarse. No será el primer tripartito, pero hay que remontarse a las dos primeras legislaturas de la recién fundada República Federal de Alemania para encontrar los otros. Y no quedan ya muchos votantes de aquella época.

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