"Si los talibanes quieren nuestro dinero, deben proteger los derechos de las mujeres"
La eurodiputada de Los Verdes alemanes, Hannah Neumann, valora la salida europea de Afganistán, recela de los 'nuevos talibanes' y pide proteger los derechos de las mujeres
Hannah Neumann (Alemania, 1984) es la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara. En esta entrevista con El Confidencial, la política verde se muestra crítica con la falta de respuesta europea a la crisis en Afganistán desatada por el regreso al poder de los talibanes. Pide presionar con los medios económicos y no reconocer a la milicia islamista.
PREGUNTA. ¿Puede darnos una primera visión de cómo valora la respuesta europea a la crisis en Afganistán?
RESPUESTA. Los talibanes han ido en las últimas semanas conquistando una provincia tras otra de forma mucha más rápida de lo que nadie esperaba. En apenas un día se hicieron con Kabul, donde se encuentran la mayoría de organizaciones internacionales y embajadas.
Tengo que admitir que no he visto una respuesta europea como tal a esta escalada. Cada Estado miembro, como lo han hecho los británicos o los estadounidenses, ha tratado de gestionarla con un enfoque nacional. Lo que estamos viendo en los últimos días, desde que arrancó el plan de evacuación, es que algunos como los alemanes están también repatriando a holandeses o checos y otros Estados miembros están haciendo lo mismo. Pero esto no es una coordinación adecuada a nivel europeo. Y lo que vemos son respuestas nacionales a esta crisis global.
P. Ha mencionado el silencio generalizado que rodea a la UE en esta crisis. Por el otro lado, también hay voces que apuntan a que la crisis de Afganistán podría suponer un empujón a la autonomía estratégica europea. ¿Qué implicaciones podemos ver para la política exterior europea en el corto plazo?
R. Hemos aprendido de forma dolorosa que la postura europea en Afganistán depende de Estados Unidos. Desde que se confirmó la retirada estadounidense, no había ninguna opción de que los franceses, los alemanes o la UE como un todo pudiesen permanecer o continuar con presencia militar en el país. Sin embargo, nos hubiese gustado desde el punto de vista político y estratégico permanecer más tiempo y hacer una retirada mucho más suave. Organizarla mejor. Pero fue imposible porque Estados Unidos decidió que había que marcharse. Por eso están aumentando las voces que dicen que necesitamos una política de defensa europea más fuerte.
"En la UE debemos garantizar reubicaciones ordenadas entre los 27 Estados miembros, que tienen una responsabilidad"
Sin embargo, sería cauta aquí. Ya lo hemos debatido con frecuencia en el pasado y cada vez que afrontamos una nueva crisis en la que los Estados miembros no están unidos desde el principio, las cosas se desmoronan. Borrell, Von der Leyen o Michel han estado bastante callados. El lunes tuvimos el primer comunicado, pero solo lo firmaron 25 Estados miembros. Mientras tengamos esta necesidad de unanimidad en Asuntos Exteriores será muy difícil tener una postura europea propia y fuerte ante situaciones difíciles.
P. Ya se habla de las posibles consecuencias a corto plazo de Afganistán en Europa. Se menciona la seguridad o una inevitable crisis migratoria. ¿Cuáles serán las principales repercusiones? ¿Veremos una nueva crisis de refugiados en las fronteras? ¿Será capaz la UE de gestionarla?
R. En este momento, la principal preocupación son todas aquellas personas amenazadas de forma directa por los talibanes. Amenazadas porque nos ayudaron en nuestra misión. Porque apoyaron los derechos de las mujeres, el periodismo, las organizaciones humanitarias o porque trabajaron para los Ejércitos franceses o españoles. La mayoría de ellos continúan atrapados en Kabul porque franceses, alemanes o españoles hemos fracasado a la hora de tomar medidas de precaución para protegerlos y sacarlos de ahí antes de la conquista talibán. Tenemos una responsabilidad muy directa para garantizar que todos consigan un vuelo, algo que me temo no ocurrirá. También debemos asegurarnos a través de negociaciones con los talibanes de que pueden ir a otros destinos. Será mucha gente. Solo en el caso de Alemania se trata de unas 10.000 personas.
No hablaría de una crisis migratoria. Son refugiados. En estos momentos las fronteras están cerradas. No pueden salir de Afganistán. La preocupación inmediata es que la ayuda humanitaria llegue a todas las partes del país, algo que no está ocurriendo. Esto también debe ser parte de las negociaciones con los talibanes. Así como establecer vías seguras para aquellos que quieran cruzar a los países vecinos. Además, si somos sinceros sobre nuestros valores y honestos en nuestro análisis político es evidente que no toda esta gente puede quedarse en los países limítrofes.
Imagina que luchaste por los derechos de las mujeres en contra de la imposición talibana, ¿cómo puedes integrarte en Irán? Tenemos que abordar el reasentamiento para este tipo de perfiles en la UE. Canadá ha anunciado que acogerá a 20.000 refugiados. Debemos debatir con Irán o Pakistán cómo pueden estar seguros en los países vecinos en lugar de esperar a que lleguen a nuestras fronteras, como hicimos con la crisis siria, y que la situación se torne caótica. Pero también en la UE debemos garantizar reubicaciones ordenadas entre los 27 Estados miembros, que tienen una responsabilidad.
P. Se compara lo que puede ocurrir con la crisis migratoria de 2015. Existen enormes diferencias, comenzando por las geográficas. Pero ¿hay también una divergencia de voluntad política para aceptar a refugiados? Las propias palabras de Merkel entre una y otra dan buena cuenta de ello…
R. Todos los que creemos en los derechos humanos tenemos que luchar por esta voluntad política. Es más difícil que en 2015. Pero se trata de personas que huyen de un grupo al que solíamos considerar terrorista. Tampoco tendrán una seguridad garantizada en Pakistán, Irán o Uzbekistán. Además, ¿por qué deben estos países acoger a millones y millones de refugiados mientras nosotros somos incapaces de abrir la puerta a unos 25.000 por Estado miembro? Debemos tener esta perspectiva humana y luchar por ella.
"Tenemos que proteger a las mujeres que temen por su vida. Muchas quieren salir y no pueden"
Contrariamente a lo que se piensa, pudimos hacerlo en 2015. En muchos lugares continúa habiendo sitio para los refugiados. Podríamos decir: fuimos capaces de hacerlo hace seis años, hemos aprendidos algunas lecciones y debemos actuar antes de que lleguen a nuestras fronteras de forma mucho más constructiva.
P. La situación de las mujeres afganas es particularmente preocupante. Ya en 1996, la comunidad internacional urgió a proteger sus derechos, pero lo que vimos fue una represión brutal. ¿Qué pueden hacer Europa y Estados Unidos para defender sus libertades y derechos fundamentales más allá de comunicados y palabras?
R. En la situación actual, con la retirada de las tropas y la limitación que tenemos para negociar con los talibanes, será muy difícil. Los talibanes han asegurado que respetarán los derechos de las mujeres siguiendo la 'sharía'. Bueno, hay muchas interpretaciones diferentes de la 'sharía'. Ya en los 90, el régimen talibán fue muy, muy represivo. No tengo mucha esperanza de que será mejor esta vez.
Sin embargo, creo que debemos poner condiciones y aumentar la presión sobre los talibanes. Si somos 27 en la UE, más el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón y hacemos de ello una prioridad, podemos tener algún impacto. Los talibanes necesitarán dinero para gobernar. China y Rusia ya se están adelantando, pero en el fondo tampoco pueden sostenerlos solos. Es aquí donde debemos poner presión sobre Pakistán. Muchos se han olvidado del papel estructural de este país, pero debemos dejar claro que cualquier apoyo económico más allá de la ayuda humanitaria no irá directamente a los talibanes, sino a las organizaciones. Y todo ello deberá ir vinculado a condicionalidad.
Tenemos que proteger a las mujeres que temen por su vida. Muchas de ellas quieren salir y no pueden. No obtienen el visado. Si no tenemos programas de reasentamiento, solo los fuertes conseguirán salir. Incluso las mujeres envían a los hombres para que salgan con sus hijos, ya que es más fácil superar procedimientos como los 'check-points'. Hemos visto también casos de trabajadores locales a los que se les ha concedido el visado, pero se les ha denegado a sus familias. Aquí también tenemos una responsabilidad con las mujeres.
P. De hecho, Borrell ha dicho recientemente que es necesario dialogar con los talibanes para, entre otras cosas, poder proteger a las mujeres. ¿Hay que hablar con estos fundamentalistas?
R. Sí, tenemos que hablar con ellos. No es que quiera ni desee que se les reconozca como un actor legítimo. Pero ahora gobiernan Afganistán y queramos o no están ahí y debemos aceptar que es necesario el diálogo. Es importante que la UE acuerde qué prioridades quiere con ellos. Lo que me enfada es que lo que queremos ahora es que permitan marcharse a los trabajadores locales de la UE u otras organizaciones y a los defensores de derechos humanos y derechos de las mujeres. Que puedan llegar al aeropuerto y subirse a un avión. Pero ahora debemos darles algo a cambio porque la hemos fastidiado en las últimas semanas. Este chantaje no puede estar sobre la mesa. Por otro lado, está el tema de la condicionalidad. Si quieren nuestro dinero, tienen que proteger los derechos de las mujeres.
P. Hemos dicho que la situación geopolítica es muy diferente a la que se respiraba hace 20 años. Por entonces, solo tres países reconocieron a este régimen. Pero esa tendencia podría revertirse en la actualidad. China y Rusia ya parecen dispuestos. ¿Prevé un reconocimiento generalizado de la comunidad internacional a los talibanes? ¿Debería Occidente reconocerlos?
R: No creo que la comunidad occidental —si continúa existiendo— debería reconocer a los talibanes cuando formen el Gobierno de transición. Su liderazgo y su primera rueda de prensa dejaron patente que no habrá democracia en Afganistán. Y mientras no la haya, no hay espacio para el reconocimiento por parte de Europa o de Estados Unidos. Pero tenemos que ver qué hacen los otros países y esto quizá muestre donde está cada uno en la lucha de las autocracias contra las democracias.
"Ahora hablan un buen inglés y se lavan la imagen para conseguir sus objetivos"
P. Los talibanes también parecen haber aprendido algo. Los hemos visto intentando vender un lavado de imagen en los medios internacionales. Dice Borrell que son los mismos solo que hablan mejor inglés. ¿Han cambiado?
R. Hemos visto claramente que pueden adaptarse. Han llegado a negociar con Estados Unidos, que era su mayor enemigo, por sus propios beneficios. Ahora hablan un buen inglés y se lavan la imagen para conseguir sus objetivos. Pero no creo que estos hayan cambiado. Me gustaría estar equivocada y que hubiesen cambiado de verdad. Que las mujeres pudieran ir al colegio, pero lo que estamos viendo sobre el terreno es que están haciendo redadas en casa de gente que ha trabajado para la comunidad internacional o apartando a presentadoras de televisión. Los juzgaremos por sus acciones y no por sus palabras. Y lo que veo con sus acciones es que ya están comprometiendo la buena imagen que querían dar en esa primera rueda de prensa. No les daría demasiado crédito por sus palabras.
Hannah Neumann (Alemania, 1984) es la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara. En esta entrevista con El Confidencial, la política verde se muestra crítica con la falta de respuesta europea a la crisis en Afganistán desatada por el regreso al poder de los talibanes. Pide presionar con los medios económicos y no reconocer a la milicia islamista.
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