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Los peligros de la presidencia eslovena de la UE
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Los peligros de la presidencia eslovena de la UE

Los líderes europeos deben reconocer la influencia que la presidencia eslovena del Consejo de la UE podría tener en el debate comunitario sobre el Estado de Derecho.

Foto: Janez Jansa en el Parlamento Europeo. (EFE)
Janez Jansa en el Parlamento Europeo. (EFE)

La presidencia eslovena del Consejo de la UE, que comenzó el 1 de julio, podría tener importantes consecuencias para el Estado de derecho en la Unión. Llega en un momento crucial en el que los Estados miembros están cada vez más divididos en cuanto a los valores democráticos. El debate sobre el Estado de derecho es clave, y muchas de las decisiones que el Consejo tomará antes de finales de este año podrían influir en su desarrollo.

¿Qué deben esperar los europeos de Eslovenia? Puede que el país sea relativamente pequeño, con sólo dos millones de habitantes, pero podría hacer mucho en los próximos seis meses para socavar —en lugar de fortalecer— el Estado de derecho y profundizar la división este-oeste de la UE.

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al primer ministro esloveno, Janez Jansa. (EFE)

La cuestión fundamental es que, aunque el primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, siga siendo miembro del Partido Popular Europeo, no oculta su simpatía por su homólogo húngaro, Viktor Orban. Al igual que Orban y el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, Jansa ha sido acusado de atentar contra la libertad de los medios de comunicación y la independencia del poder judicial. También se ha hecho conocido por su uso trumpiano de Twitter para expresar sus controvertidas opiniones.

Se podría argumentar que los focos disuadirán a Eslovenia de seguir retrocediendo, o bien que el papel de una presidencia (rotatoria) de la UE no es lo suficientemente importante como para que Jansa pueda causar un daño significativo. Sin embargo, es precisamente esta subestimación de la influencia de la presidencia eslovena la que podría resultar más perjudicial.

En un momento en el que gran parte de la atención se centra en los Estados miembros más grandes, con las elecciones alemanas en otoño y las elecciones presidenciales y legislativas francesas a principios del año que viene, los líderes europeos no deberían ignorar el peligro de que la UE se dirija aún más hacia el antiliberalismo. El nivel de ambigüedad en torno a las intenciones de la presidencia eslovena significa que es difícil estar seguro de la postura que adoptará en las cuestiones más importantes. Por ejemplo, el compromiso retórico de la presidencia con el Estado de derecho choca con la negativa de Jansa a nombrar a los delegados eslovenos para la Fiscalía Europea.

Foto: Janez Jansa, primer ministro de Eslovenia, durante una cumbre en Bruselas. (EFE)

Uno de los principales motivos de preocupación es el fondo de recuperación de la UE, ya que el bloque se prepara para distribuir miles de millones de euros de ayuda financiera a los Estados miembros. Los riesgos de corrupción persisten, y sigue habiendo un enfrentamiento por condicionar los fondos al imperio de la ley. La necesidad urgente de reactivar la economía corre el riesgo de crear una situación en la que la UE desembolse fondos sin controlar suficientemente cómo se gastan, lo que, como sostiene Piotr Buras, puede reforzar las estructuras autoritarias. Por ejemplo, el gobierno esloveno podría seguir haciendo un mal uso de los fondos, tanto nacionales como de la UE, para reforzar sus propias plataformas de propaganda, como muestra el último documento de Heinrich Boll Stiftung. La Comisión Europea podría retrasar aún más la aprobación de los fondos de recuperación para Hungría y Polonia, pero estas medidas limitadas no pueden funcionar eternamente mientras la presión sobre la economía de la UE aumente.

Este es el entorno en el que Eslovenia impulsará el trabajo del Consejo sobre la legislación de la UE, presidiendo las reuniones y convocando la aprobación de los planes restantes. Si conviene a la agenda política de Jansa, podría aprovechar esta oportunidad para alejar el debate del Estado de derecho, proteger a Hungría y Polonia, o simplemente ignorar las oportunidades de avanzar en estándares democráticos.

Foto: El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki (izq.) junto a su homólogo húngaro, Viktor Orban (der.), durante una reunión del Grupo de Visigrado en Katowice, Polonia. (EFE)

Lo mismo puede ocurrir con el procedimiento del artículo 7 contra Polonia y Hungría. En este caso, una falta de avances podría ser perjudicial para la inevitable votación sobre el "claro riesgo de violación grave" del Estado de derecho. La Presidencia eslovena podría presionar para que la votación se produzca mientras no haya una mayoría clara para aprobarla contra Polonia y Hungría, apoyando así directamente el comportamiento antidemocrático de esos Estados.

Además de estas cuestiones, Eslovenia puede utilizar sus propias iniciativas para impulsar su agenda sobre el Estado de derecho. Por ejemplo, podría hacerlo a través de la Conferencia sobre el Futuro de Europa o con la creación de una "Fundación Europea para la Democracia Constitucional", mencionada en el programa oficial de su presidencia. En teoría, este organismo reuniría a todos los Estados miembros para evaluar el Estado de derecho en la UE y "llenar el vacío en el control de su cumplimiento por parte de las instituciones comunitarias". En la práctica, podría ser una plataforma para promover un enfoque diferente, opuesto al de Bruselas.

Foto: Irene Joveva. (Parlamento Europeo)

Al mismo tiempo, es difícil determinar los valores que pretende representar la presidencia eslovena y la postura que podría adoptar en algunas de estas cuestiones. La concepción de Jansa del Estado de derecho suele estar en desacuerdo con la visión occidental de la democracia liberal —como se observa en sus ataques a los medios de comunicación eslovenos—, pero, en teoría, la presidencia eslovena parece adoptar esta visión.

Una de las principales prioridades del programa esloveno es fomentar un debate inclusivo y mostrar "cómo se puede seguir reforzando el Estado de derecho respetando plenamente los sistemas y tradiciones constitucionales nacionales". Estas declaraciones sugieren que Jansa, a través de la presidencia eslovena, podría querer promover su propia concepción de los valores democráticos, más acorde con la visión soberanista de Europa (en el sentido de la primacía de los Estados miembros). Los líderes europeos deben reconocer la influencia que la Presidencia eslovena —y, por ende, Jansa—podría tener en el debate sobre el Estado de derecho en la UE.

*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Gosia Piaskowska y titulado 'The dangers of Slovenia’s presidency'

La presidencia eslovena del Consejo de la UE, que comenzó el 1 de julio, podría tener importantes consecuencias para el Estado de derecho en la Unión. Llega en un momento crucial en el que los Estados miembros están cada vez más divididos en cuanto a los valores democráticos. El debate sobre el Estado de derecho es clave, y muchas de las decisiones que el Consejo tomará antes de finales de este año podrían influir en su desarrollo.

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