Borrell pide al Gobierno cubano que "escuche el descontento de los manifestantes"
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea han discutido la situación en Cuba durante una reunión celebrada este lunes en Bruselas
Miles de cubanos han salido a las calles del país caribeño para protestar contra el régimen castrista, que ha reaccionado lanzando también a las calles a sus simpatizantes y a las fuerzas policiales. Los manifestantes protestan contra la mala situación económica que vive la isla y la mala gestión de la pandemia, pero sus consecuencias son difíciles de medir. Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, ha pedido al régimen castrista que “escuche el descontento de los manifestantes”.
El asunto no estaba en la agenda de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores que se ha celebrado este lunes en Bruselas, pero Borrell lo ha incluido en un punto de asuntos de actualidad, y lo ha comentado con los ministros de los Veintisiete, aunque fuentes diplomáticas explican que únicamente ha hablado el jefe de la diplomacia europea. “Es una manifestación de descontento que, por lo que sabemos, ha alcanzado una dimensión que no se conocía desde 1994. Ha habido un número importante de manifestaciones y una respuesta por parte de las fuerzas del orden que por el momento se ha producido de forma que no ha significado encontronazos especialmente violentos, por las noticias de que dispongo”, ha señalado en una rueda de prensa celebrada después del encuentro.
“Ciertamente, quiero expresar el derecho del pueblo a expresar sus opiniones de forma pacífica y quiero pedir al Gobierno que permita las manifestaciones y escuche el descontento de los manifestantes”, ha explicado Borrell. Fuentes diplomáticas explican que todavía es pronto para sacar conclusiones de lo que ocurre en las calles de Cuba. “Creo que el proceso europeo tiene que ser pausado para entender lo que ocurre”, señala una fuente. Mientras, sobre el terreno, los miembros de la delegación de la Unión Europea en el país empiezan a trabajar con el Servicio de Acción Exterior y tratan de dar una imagen más o menos completa de lo que ocurre.
El resto de Estados miembros se guía mucho por lo que llega directamente del SEAE, pero España, por su estrecha relación con La Habana, sigue su propio proceso, independiente, para hacerse una idea de qué está ocurriendo en la isla. “Nuestro proceso también será autónomo, porque nos interesa muchísimo y tenemos una relación intensísima. Hay que esperar un poco para ver cómo evoluciona”, explica una fuente diplomática española.
Para la Unión Europea, las protestas son especialmente sensibles, porque Bruselas ha defendido una línea de diálogo con Cuba durante los últimos años. Tan pronto como en el pasado pleno de la Eurocámara, a principios de junio, Borrell discutía con los eurodiputados respecto a las relaciones con el país. “La posición oficial de la UE es estar en contra del bloqueo estadounidense a Cuba. No digo esto porque sea un castrista peligroso, sino porque es la posición oficial de la UE”, señalaba.
Pero las relaciones no eran las mejores desde hacía tiempo, con un régimen cubano que no toleraba las críticas que llegaban desde algunos sectores de la Unión Europea en referencia a los derechos humanos. La Unión Europea esperaba que Cuba sin los Castro también abriera la mano en materia de derechos humanos. En 2016, la Unión Europea y Cuba alcanzaron un acuerdo, que ha sido ratificado por todos los Estados miembros salvo Lituania, en el que se establecen muchas vías de diálogo y cinco campos de cooperación: democracia y derechos humanos, buen gobierno, Estado de derecho, modernización de la Administración pública y prevención y resolución de conflictos. Ese intento de liderar a través del diálogo la apertura del régimen cubano es lo que sitúa la Unión Europea ahora en una posición más complicada.
Por ahora, la Administración americana no ha dudado en apoyar las protestas. Este domingo, la oficina de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, hacía público este mensaje: “Apoyamos al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico”.
Desde las últimas horas del domingo, el Parlamento Europeo ha sido también escenario de muchos movimientos. El grupo de Ciudadanos en la Eurocámara ha sido uno de los más activos, con el eurodiputado naranja José Ramón Bauzá lanzando una pregunta escrita a la Comisión Europea, y por su parte Luis Garicano, jefe de líneas de Ciudadanos en el Parlamento, ha convocado una concentración a las puertas de la Eurocámara. “Pediremos a la UE que defienda vuestras justas reivindicaciones y exija una transición pacífica que ponga fin a la dictadura en Cuba que tanto daño ha hecho a sus ciudadanos”, ha escrito por su lado la jefa de la delegación del Partido Popular, Dolors Montserrat.
Miles de cubanos han salido a las calles del país caribeño para protestar contra el régimen castrista, que ha reaccionado lanzando también a las calles a sus simpatizantes y a las fuerzas policiales. Los manifestantes protestan contra la mala situación económica que vive la isla y la mala gestión de la pandemia, pero sus consecuencias son difíciles de medir. Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, ha pedido al régimen castrista que “escuche el descontento de los manifestantes”.
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