Cómo un 'outsider' con micro en Sputnik TV puede cobrarse la cabeza del laborismo en UK
Si los laboristas pierden uno de los distritos claves del Muro Rojo, el líder de la oposición, Keir Starmer, será cadáver político. La tensión Palestina-Israel ha monopolizado la campaña de las elecciones parciales
El distrito de Batley y Spen, situado en el norte de Inglaterra, acaparó la atención de toda Europa en el verano de 2016. En la recta final de la campaña del referéndum sobre el Brexit, su representante parlamentaria, Jo Cox, partidaria de la permanencia en la UE, fue asesinada a manos de un extremista vinculado al grupo neonazi Alianza Nacional. Al grito de: "Britain First", acabó con la vida de la diputada laborista. Primero a cuchilladas. Luego a disparos.
Cinco años más tarde, la circunscripción vuelve acaparar este jueves todo el protagonismo por motivos muy distintos. El laborismo británico se juega aquí su futuro con unas elecciones parciales extrañamente monopolizadas por las tensiones entre Israel y Palestina, una cuestión sobre la que tiene particular interés un 'showman' populista con programa en Radio Sputnik, controlada por los rusos, y que puede ser el hombre que sacuda el actual 'statu quo' de la política británica y acabe cobrándose la cabeza del líder promesa de la oposición, Keir Starmer.
La situación es completamente rocambolesca. Y todo apunta a que, en última instancia, el gran vencedor será Boris Johnson. Sin esfuerzo alguno, el 'premier' podría ser testigo de cómo el Partido Conservador arrebata a la oposición uno de los grandes feudos del llamado Muro Rojo, localidades tradicionalmente de la izquierda británica. Por primera vez en 25 años, los 'tories' pueden hacerse con el distrito “más musulmán de Westminster”, dando por finalizada la carrera política del líder laborista Keir Starmer.
La circunscripción —que agrupa a una serie de ciudades construidas sobre el auge textil del siglo XIX y áreas rurales ricas en agricultura— debe elegir representante en la Cámara de los Comunes, tras la dimisión de la laborista Tracy Brabin, quien dejó el escaño para ser alcaldesa de West Yorkshire.
La cabeza de Starmer
Tradicionalmente, en este tipo de elecciones parciales, el electorado suele castigar al partido del Gobierno votando por la oposición. Pero los sondeos predicen una victoria de las filas de Johnson. Y, de cumplirse los pronósticos, Starmer sería un cadáver político. Tras perder en mayo el emblemático distrito de Hartlepool (que tenían en su poder desde 1974) y ser incapaz de arrebatar a los 'tories' la circunscripción de Chesham and Amersham, la formación no parece estar dispuesta a darle más oportunidades, por lo que podría forzar su salida poco más de un año después de su elección.
Tras el batacazo cosechado en las últimas generales de 2019 por Jeremy Corbyn, el partido no logra levantar cabeza. Ni siquiera el hecho de presentar ahora como candidata para Batley y Spen a Kim Leadbeater —la hermana de Jo Cox, la diputada asesinada— parece que les vaya a dar resultado.
Las últimas encuestas sitúan a los conservadores con el 47% de los votos, frente al 41% para los laboristas y el 6% para el candidato George Galloway. Es este último el que representa el verdadero desafío para Starmer. No tiene posibilidades de ganar, pero sus feroces ataques al laborismo en general y a Starmer en particular pueden dividir el voto, beneficiando en última instancia a los 'tories'.
Muchos aseguran que Galloway —un gran crítico de la BBC— se mueve por pura revancha. Desde 1987 hasta 2003 fue diputado laborista, pero acabó siendo expulsado tras incitar a las tropas a desafiar las órdenes del entonces Gobierno de Tony Blair para luchar en Irak. Estuvo luego como diputado independiente representado otros distritos. Pero perdió su escaño en 2015.
Durante los últimos años no ha perdido el tiempo. Ha creado varios partidos: Respect Party, All for Unity y el más reciente Workers Party. Y su faceta política la complementa con la de presentador del programa 'The Mother of All Talk Shows', emitido en Radio Sputnik, controlada por los rusos.
Con su inseparable sombrero y su pose con puños en alto cual boxeador, el eslogan de Galloway es directamente: “Starmer fuera”. “Es una máquina catatónica y disecada”, dice. “El Partido Laborista es un chacal con piel de oveja. Quiero arrancar la piel de oveja. El Reino Unido necesita alguien que realmente pueda desempeñar el papel de la oposición de su majestad”, recalca. Y, en este sentido, no duda en apoyar a Andy Burnham, actual alcalde de Greater Manchester, quien no ha ocultado sus intenciones de presentarse a unas eventuales primarias en el partido.
En busca del voto propalestino... en UK
Galloway niega ahora tratar de sacar beneficio de la división que se generó entre los votantes del distrito por la polémica creada a principios de año cuando un profesor mostró una caricatura del profeta Mahoma en la escuela. Pero lo cierto es que toda su campaña está centrada en la posición diplomática del líder laborista en el conflicto entre Israel y Palestina.
La cuestión es que Starmer ha defendido el derecho de los palestinos a constituirse como estado. Pero su frase de “Israel también tiene derecho a defenderse” se ha interpretado como un ataque hacia los musulmanes en un distrito donde el 25% del electorado es musulmán.
“Los musulmanes de todo el mundo somos como una gran familia. Si atacan a uno de los nuestros, todos los sentimos. En Batley y Spen tenemos ahora la tercera generación de inmigrantes musulmanes que llegaron al Reino Unido. Siempre habíamos votado por el laborismo, pero ahora nos sentimos defraudados”, señala Nadeem Raja, del Indian Muslim Welfare Centre.
En este sentido, el Partido Laborista ha sido acusado de avivar las divisiones raciales después de que los activistas entregaran folletos donde se podía leer: “Los conservadores no están de su lado”, acompañados de la fotografía de Boris Johnson y Narendra Modi, el primer ministro indio, un nacionalista hindú. Los folletos también recuerdan el artículo donde Johnson comparó hace años a las mujeres con burka con “buzones de correo”.
En definitiva, diferentes intereses personales han llevado a que un conflicto en Oriente Medio monopolice el debate de unas elecciones parciales celebradas en un distrito del norte de Inglaterra. Toda la polémica está beneficiando sobremanera al candidato 'tory', Ryan Stephenson, que ha mantenido un perfil más bien bajo en la campaña.
Es peligroso fiarse últimamente de los sondeos en el Reino Unido. Pero, si finalmente se cumplen las predicciones y los laboristas pierden Batley y Spen —otro bastión del Muro Rojo—, la formación, que lleva en la oposición desde 2010, podría firmar su destierro por otra década.
El distrito de Batley y Spen, situado en el norte de Inglaterra, acaparó la atención de toda Europa en el verano de 2016. En la recta final de la campaña del referéndum sobre el Brexit, su representante parlamentaria, Jo Cox, partidaria de la permanencia en la UE, fue asesinada a manos de un extremista vinculado al grupo neonazi Alianza Nacional. Al grito de: "Britain First", acabó con la vida de la diputada laborista. Primero a cuchilladas. Luego a disparos.
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