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Cuatro claves de las elecciones regionales francesas y las aspiraciones de Le Pen
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¿Regreso de la derecha clásica?

Cuatro claves de las elecciones regionales francesas y las aspiraciones de Le Pen

Reagrupación Nacional no ha sido capaz de hacerse con ningún gobierno regional, frenada por el éxito de los candidatos de la derecha clásica, Los Republicanos

Foto: La líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen (EFE)
La líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen (EFE)

En el último gran evento de campaña, cuando el partido ultra Reagrupación Nacional estaba poniendo toda la carne en el asador antes de la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas, Marine Le Pen brilló por su ausencia. La líder ultra no asistió a un evento que congregó a los principales varones del RN en Fréjus, en la Costa Azul, donde la extrema derecha gobierna desde 2014 y trampolín desde el que esperaban hacerse con al menos un gobierno regional en estas elecciones clave, antes de las presidenciales. El motivo fue clarividente: evitar que la líder saliera demasiado escaldada en caso de otra derrota.

La noche del domingo, el escrutinio preliminar de los votos en las 13 regiones francesas sellaron esa temida derrota.

Reagrupación Nacional no ha sido capaz de hacerse con ningún gobierno regional, frenada por el éxito de los candidatos de la derecha clásica y la reedición de candidatos del Partido Socialista u otras coaliciones de izquierdas. Tampoco fue la mejor noche para Macron, cuya formación no se hizo tampoco con ningún éxito y quedó relegada a terceros o cuartos puestos con porcentajes casi testimoniales en algunas plazas. Estas son las claves de las últimas elecciones francesas antes de las presidenciales de 2022.

Foto: Una playa en Frejus en 2014. (Reuters)

Freno a Le Pen, incluso en su 'laboratorio'

Apoyada por los sondeos previos a las elecciones, que le daban posibilidades de victoria en seis de las 13 circunscripciones metropolitanas en juego, Le Pen vendió estas elecciones como un trampolín de cara a las elecciones presidenciales, como una forma de ampliar su base local tocando algo de poder, y la normalización del partido una vez se hicieran con algún gobierno, demostrando que son capaces de gobernar y gestionar, algo que por el momento solo han conseguido en ayuntamientos más limitados.

Sin embargo, los primeros sondeos apuntan que no solo no han conseguido hacerse con ninguna región, sino que ni siquiera se han impuesto en la región de Provence - Alpes - Côte d'azur (PACA), donde ya gobernaban algún ayuntamiento y en la primera vuelta quedó en primer lugar, con un 36,38%. En esta segunda vuelta, el candidato ultraderechista, Thierry Mariani ha quedado por detrás de su rival conservador, Renaud Muselier de Los Republicanos, con un 57% frente a un 55%, según los resultados parciales.

Foto: Marine Le Pen, líder de Reagrupamiento Nacional, y Louis Aliot, nuevo alcalde de Perpiñán, en una imagen de archivo. (Reuters)

El batacazo para RN ha sido mayúsculo, incluso en términos comparativos: en las anteriores regionales de 2015 logró el 28% de los votos, frente al 19% que consiguió en la primera vuelta de las de este año (los resultados totales de la segunda se conocerán a lo largo de la jornada). La última gran victoria (y única) territorial de RN fue en 2020, cuando en las elecciones locales se hicieron con una única ciudad por encima de los 100.000 habitantes, Perpiñán. Pero incluso en esas elecciones los resultados fueron modesto: apenas se hicieron con cinco ciudades de más de 10.000 habitantes en todo el país y fracasaron en su intento de expandir su influencia al norte y al sudeste.

"Cordón republicano" o "alianzas contra natura"

Le Pen ha achacado la derrota a las "alianzas contra natura" efectuadas contra su partido. "Han hecho todo para impedir que mostremos a los franceses nuestra capacidad para dirigir un gobierno regional", ha insistido. En la misma línea ha declarado el ganador de Los Republicanos en PACA, Muselier: "Habéis respondido a la amenaza de la extrema derecha" para dejar a la región "libre" de un gobierno de esa ideología.

Lo cierto es que en estas elecciones sí que parece haber funcionado el conocido como "cordón republicano" para dejar fuera de los gobiernos a los candidatos del RN. Ha sido el caso en la propia PACA, donde el candidato de los verdes, Jean-Laurent Félizia, retiró su candidatura y llamó al voto para Muselier. Miembros del partido afirmaron que se trataría de un "error político" no retirarse. La propia alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, ha insistido en rescatar ese "cordón republicano" para evitar que RN llegue al poder.

placeholder Renaud Muselier (Reuters)
Renaud Muselier (Reuters)

En cierto sentido -aunque con reservas, por la bajísima participación-, estas elecciones han sido un resurgimiento de los partidos tradicionales, Los Republicanos (derecha clásica) y los socialistas, muy golpeados y casi ausentes del panorama político francés en las pasadas elecciones presidenciales en 2017 que auparon a Emmanuel Macron a una segunda vuelta frente a Le Pen, donde finalmente se impuso.

¿A quién le importan las regionales?

El problema es que estas victorias de Los Republicanos y las distintas coaliciones de izquierdas o los verdes es que, aunque haya ganado en su mayoría la derecha clásica, ha sido con una participación bajísima, en torno al 35%. En 2015, la participación fue del 55,6%. Especialmente alta ha sido la abstención entre los jóvenes, que en la primera vuelta votaron casi en un número testimonial.

Algo que preocupa a los analistas políticos franceses y que hablan del descontento de la población, pero sobre todo del poco interés en la política local y regional en un país donde la población se enfoca apenas en las elecciones presidenciales (del año que viene) y las elecciones legislativas que se celebrarán poco después.

Y, además, las listas simplemente han reeditado sus gobernadores, sin producirse grandes cambios excepto en regiones como Martinica o Reunión, plazas en los territorios ultramar que ha ganado la coalición izquierdista. Según los primeros resultados provisionales, los izquierdistas se han mantenido con cinco regiones, los nacionalistas han reeditado en Córcega y Los Republicanos han repetido en siete, incluida la región parisina.

¿Qué implica para las elecciones de 2022?

Con estas condiciones, muy pocos quieren hacer una lectura nacional de lo sucedido este domingo en las urnas. El propio Macron había prometido antes de la primera vuelta que no sacaría ninguna conclusión nacional de unas elecciones locales, especialmente ante las escasas perspectivas de su partido, La República en Marcha. Para Macron, que ya ha adelantado que no hará "grandes cambios" en su gabinete tras la derrota en estas elecciones, los resultados le demuestran que no ha conseguido, pese a su reciente gira por el país y el endurecimiento de sus posturas anti-islam, ampliar su base local y traducir su "macronía" a sus candidatos de partido.

Paralelamente, la "resurrección" aparente a la arena política del partido de derecha clásica Los Republicanos, da nuevas oportunidades a tres de los precandidatos presidenciales del centro derecha -no necesariamente afiliados con el partido-, todos ellos refrendados por las urnas en estas elecciones, para rivalizar con Macron y Le Pen en los próximos comicios. Especialmente Xavier Bertrand, que ha emergido como el mayor ganador de la noche, pero también Pécresse o Wauquiez. Quizá este 2022, se pregunta de hecho el izquierdista Libération, el duelo final de la segunda vuelta presidencial no será un Macron vs Le Pen, sino una carrera de tres caballos.

En el último gran evento de campaña, cuando el partido ultra Reagrupación Nacional estaba poniendo toda la carne en el asador antes de la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas, Marine Le Pen brilló por su ausencia. La líder ultra no asistió a un evento que congregó a los principales varones del RN en Fréjus, en la Costa Azul, donde la extrema derecha gobierna desde 2014 y trampolín desde el que esperaban hacerse con al menos un gobierno regional en estas elecciones clave, antes de las presidenciales. El motivo fue clarividente: evitar que la líder saliera demasiado escaldada en caso de otra derrota.

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