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"Las operaciones militares sobre Gaza están siempre motivadas por la política interna de Israel"
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Entrevista a Manu Pineda

"Las operaciones militares sobre Gaza están siempre motivadas por la política interna de Israel"

El eurodiputado de Izquierda Unitaria Manu Pineda (España, 1965) es presidente de la delegación para las relaciones con Palestina de la Eurocámara

Foto: El eurodiputado Manu Pineda. (Parlamento Europeo)
El eurodiputado Manu Pineda. (Parlamento Europeo)

Colombia, China o Israel. Países y regiones muy diferentes, pero todos ellos bajo la lupa de los derechos humanos. El eurodiputado de Izquierda Unitaria Manu Pineda (España, 1965) repasa en charla con este periódico la situación de estos países y sus relaciones con la Unión Europea. El presidente de la delegación para las relaciones con Palestina de la Eurocámara advierte de que el caso de Juana Ruiz, la cooperante española detenida por Israel, es un “aviso a navegantes de que vale todo, de que cualquiera que vaya a ayudar al pueblo palestino se puede encontrar en una cárcel por el resto de su vida”.

[Si quieres leer la serie de entrevistas a eurodiputados sobre los temas clave a los que se enfrenta la UE, pincha aquí].

PREGUNTA. Es usted el presidente de la Eurocámara para las relaciones con Palestina. Con la escalada de tensión de las últimas horas, la mayor desde 2014, ¿ve inevitable una guerra abierta en Gaza?

R. En Gaza, no ha habido nunca una guerra abierta. Lo que hay son operaciones como la de 2006, 2008, 2012 y 2014 de agresión del ejército y de la aviación israelíes sobre la población civil en Gaza. Son operaciones siempre motivadas por la política interna de Israel y en estos momentos todo apunta a que están en el inicio de una operación de este tipo. Ya le han puesto nombre, ‘Guardián de los muros’, y va a ser una operación mínimo de varios días en que se va a matar a muchos palestinos.

P. ¿Qué está haciendo y qué puede hacer la UE, aparte de los comunicados que ha emitido, para evitar una mayor escalada del conflicto?

R. Aparte de declaraciones, que en este caso creo que no ha hecho ninguna, la UE debería pasar a la acción. Reiteramos el llamamiento a que ponga en marcha mecanismos efectivos de presión a Israel, como la suspensión del acuerdo de asociación, que en su segundo punto hace referencia al respeto de los derechos humanos, y es obvio que Israel lo está vulnerando de forma sistemática, la cancelación de Israel en programas europeos o impedir la venta en Europa de los productos fabricados en las colonias ilegales.

Foto: Foto: Reuters.

P. Desde hace décadas, la UE y la comunidad internacional abogan por la solución de los dos Estados como única vía para resolver el conflicto en Oriente Próximo. ¿Es factible seguir defendido esta postura? ¿Cómo visualiza la resolución del conflicto?

R. La UE y la inmensa mayoría de los Estados miembros siguen sin reconocer el Estado palestino. En paralelo, tiene un acuerdo de asociación con Israel, al que le permite participar en varios programas europeos como Horizon+ en que se está financiando la industria armamentística de Israel y los drones con los que matan a civiles en la franja de Gaza. Nos llenamos la boca de grandes palabras, pero con los hechos nos desdecimos. La UE debería jugar otro papel. De entrada, se tendría que suspender el acuerdo de asociación con Israel mientras no acabe con la ocupación.

Foto: Restos de un coche calcinado en Lod. (Reuters)

La solución de los dos Estados ya no es posible. Cuando se firmaron los acuerdos de Oslo, Palestina tenía el 22% del territorio y ahora no tiene prácticamente nada. A base de asentamientos, Israel se va comiendo toda Cisjordania. Y la franja de Gaza está sometida a un bloqueo criminal desde 2006. Y no pasa nada. Israel se ha cargado cualquier posibilidad de esta solución de los dos Estados con la pasividad de la comunidad internacional, incluyendo la UE. Hay que tener en cuenta que una negociación entre Palestina e Israel es absolutamente desigual, porque Palestina por sí sola no tiene mecanismos de presión más allá de una resistencia armada. ¿Qué salida le estamos dando al pueblo palestino? ¿Que vuelva a las armas? La comunidad internacional tiene que exigir a Israel que cumpla con el derecho internacional.

P. La cooperante Juana Ruiz está detenida acusada por Israel de financiación terrorista con fondos europeos. ¿Cómo ve el caso? ¿Tiene contacto con su círculo y con diplomáticos europeos o españoles para seguir su caso?

R: Además de cooperante, es mi amiga. Me juego la cabeza a que no ha hecho nada con fines de financiación terrorista. Lleva 35 años en Palestina y está casada con un palestino cristiano de Gaza. Su trabajo es meramente sanitario. Lo que hace es buscar recursos sanitarios para un pueblo que no los tiene. Israel, como potencia ocupante, no cumple con sus obligaciones y tiene marginado al pueblo palestino, al que ni siquiera en una situación de pandemia como la actual está permitiendo las vacunas.

Se están cebando y hay ensañamiento con Juani. Están matando varios pájaros de un tiro. En primer lugar, atacan al pueblo palestino, al que quieren echar de su tierra mientras la comunidad internacional mira para otro lado. Cada día les roban sus casas y sus aldeas. Destruyen sus casas con un régimen de 'apartheid' institucionalizado. Hay colegios, carreteras o autobuses para israelíes y palestinos. Nos llevamos la cabeza recordando a Rosa Park y tenemos su foto en las calles en justo homenaje a su valentía y parece que es algo que se superó hace décadas, pero está pasando a día de hoy en Palestina.

Foto: Juana Ruiz Sánchez (EFE)

Su caso es el de una señora que se dedica estrictamente al ámbito sanitario, con pasaporte español, que ha sido detenida y sometida a tres semanas de interrogatorio en Israel, sin presencia de su abogado. Yo firmaría que he matado a Kennedy, a Manolete o lo que me pongan por delante. Para los palestinos, muchas veces, cuando los pasan a la cárcel, es un alivio. La confesión que le hayan podido sacar está sacada en condiciones inhumanas. El caso de Juani es un aviso a navegantes al resto de cooperantes de que vale todo, de que cualquiera que vaya a ayudar al pueblo palestino se puede encontrar en una cárcel por el resto de su vida. Y estoy seguro de que tendrá su efecto, pero espero que la comunidad internacional no lo permita. Como UE, no podemos permitir que una ciudadana española haya sido sometida a tres semanas de interrogatorio brutales sin ningún tipo de control. Si la UE lo permite, no tiene autoridad moral en ningún ámbito.

P. El alto representante ha condenado la violencia en Colombia y ha pedido un diálogo nacional. ¿Le parece suficiente esta respuesta de Josep Borrell? ¿Hay algo más que la UE pueda hacer para rebajar la tensión en el país?

R. La declaración ya es algo. Insuficiente, pero en el buen camino. Es un llamamiento a que se pare el uso desproporcionado de la violencia contra los manifestantes. La UE hace habitualmente declaraciones impecables, pero por sí solas son insuficientes. Nosotros hemos pedido a través de dos cartas el envío de una misión de observación internacional para ver sobre el terreno lo que está ocurriendo. Están acribillando a manifestantes pacíficos. Están disparando desde helicópteros contra personas civiles. Más allá de la declaración, la UE tiene mecanismos para presionar. Tal es el caso del acuerdo comercial con Colombia, que hace referencia a que ambas partes respeten los derechos humanos.

Parece evidente que Colombia no los está respetando. La reforma fiscal es la chispa que ha hecho estallar una frustración contenida por el incumplimiento de los acuerdos de paz firmados hace cinco años. El Gobierno de Duque no los está implementando de forma deliberada. Es heredero acrítico del expresidente Uribe y está claramente en contra de los acuerdos de paz. Ahora, desde la presidencia, los está saboteando. Para la sociedad, la ilusión generada por esa firma se está convirtiendo en frustración. Ahora, esta reforma tributaria ha hecho que la gente salga a la calle a manifestarse y la respuesta ha sido un llamamiento de Uribe a que la policía y el ejército utilicen fuego real contra los manifestantes. La UE no puede mirar para otro lado y limitarse a una declaración. Tiene que pasar a la acción.

Foto: Álvaro Hernández, la voz de los colombianos en Madrid. (C. B.)

P. ¿Han tenido respuesta a estas cartas enviadas a Borrell? ¿Ve posible el envío de una misión de observación?, porque el Servicio de Acción Exterior (SEAE) parece que lo ha descartado.

R. No hemos tenido respuesta por escrito. Pero su portavoz sí ha dicho que no es necesaria porque ya tienen allí una embajadora europea. Pero no es lo mismo que enviar una misión de la UE, que puede observar mejor lo que está pasando y tiene un carácter disuasorio. Ejercería una presión hacia una solución pacífica y negociada en lugar de la sangre, las armas y los tiros, que parece que es por la que ha optado [el Gobierno colombiano].

P. Lo vemos ahora en Colombia, pero durante los últimos meses hemos sido testigos de muchas turbulencias en Chile, Bolivia o Venezuela. ¿Qué está pasando en la región que parece que América Latina está en llamas? ¿Se le da la suficiente importancia desde Europa?

R: No solo no le estamos prestando la suficiente atención, sino que en algunos casos estamos remando en contra. Como UE, no prestamos atención en lugares donde se están violando los derechos humanos como Honduras o Guatemala. A diario, ponemos el foco sobre Venezuela porque el pueblo venezolano ha elegido un Gobierno que no le gusta a Estados Unidos y, por lo tanto, tampoco a la UE. Incendiamos en lugar de ayudar a resolver los problemas. Estamos interfiriendo en contra de los derechos de esos pueblos y en contra de los intereses de los pueblos de la UE.

Foto:

No nos beneficia romper acuerdos comerciales con países como Venezuela, que sufre un asedio medieval simplemente porque ha optado por un Gobierno que defiende su soberanía y la independencia respecto a EEUU. Estamos generando una serie de tensiones con ellos que no beneficia a las empresas españolas. Creo que la UE está teniendo una política errónea en este terreno. Tendría que apostar por relaciones horizontales con los gobiernos y no por una política 'injerencista', que ni siquiera está cocinada en Bruselas, sino mandatada desde Washington.

P. Cambiamos de región y nos vamos a China. Ha dicho recientemente que la UE debería abandonar la política de guerra fría con el gigante asiático. ¿Qué política, qué estrategia, debería seguir la UE con China para usted?

R. Lo que decía con respecto a América Latina. Estados Unidos ha puesto en su política de seguridad nacional a China en la diana por su batalla comercial. Pero la UE debería tender puentes y facilitar una relación basada en el respeto a la soberanía y los derechos humanos en beneficio mutuo. No hacer de ariete de EEUU. Los efectos de la política 'injerencista' para con nuestros trabajadores son tremendos. A nadie se le escapa que China es una de las dos grandes potencias económicas del mundo.

Estamos jugando un papel en esta guerra fría 2.0 que ha lanzado Estados Unidos que no nos beneficia en absoluto. De hecho, nos perjudica de forma grave. Nos estamos convirtiendo en soldaditos que se pelean con un gigante con el que podríamos tener alianzas como están teniendo muchos pueblos de África. China está transformando África con acuerdos comerciales. Siembra en estos pueblos para obtener una rentabilidad económica. Y nosotros, en cambio, somos el peón de la Administración estadounidense.

Foto: Reinhard Bütikofer, en el Parlamento Europeo. (EP)

P. Son ustedes los que defienden en el pleno una política más laxa con China. Un país acusado de genocidio contra la minoría uigur o de fuertes censuras. Sin embargo, piden más mano dura contra otros países, como los del Golfo, por abusos de derechos humanos. ¿No es incoherente?

R. Hay una utilización oportunista con fines políticos sobre lo que hace China con ciertos colectivos. Si escuchamos lo que nos dice la UE, se está haciendo una escabechina; si escuchamos lo que nos dice China, es todo lo contrario. Podemos tener dudas de lo que está pasando allí, pero no podemos tener dudas de lo que está ocurriendo en Arabia Saudí. No se esconde que allí hay una represión brutal donde pueden decapitar a una mujer que ha sido violada por ser acusada de adulterio. Su represión brutal en base a planteamientos teocráticos es abierta. Ni siquiera la soberanía recae en el pueblo, es una propiedad privada de una familia. Pero como tenemos lazos comerciales y como es un peón y socio preferente de EEUU, miramos para otro lado.

Nos hacemos eco enseguida de cualquier denuncia no demostrada sobre lo que hace China o cualquier Gobierno que no está en la órbita de EEUU. Hay una utilización espuria de los derechos humanos. Se está frivolizando con fines mezquinos y oportunistas. Es evidente que aquí no solo interesan los pueblos, sino los intereses comerciales de la oligarquía y los grandes poderes económicos. Hay una especia de hipocresía. La UE se raja las vestiduras porque China impone sanciones a eurodiputados cuando nosotros les ponemos sanciones. No podemos insultar a China en cada pleno o dos y esperar a que se cruce de brazos a mirarnos. Es lógico esperar que en legítima reciprocidad tome algún tipo de medida contra las instituciones de la UE que están todo el día imponiéndoles sanciones y elaborando condenas contra ellos. Es lógico, indeseado y nos molesta esta imposición de sanciones, pero nos molesta también que se den motivos para ello. Llamamos al respeto y a la colaboración.

Colombia, China o Israel. Países y regiones muy diferentes, pero todos ellos bajo la lupa de los derechos humanos. El eurodiputado de Izquierda Unitaria Manu Pineda (España, 1965) repasa en charla con este periódico la situación de estos países y sus relaciones con la Unión Europea. El presidente de la delegación para las relaciones con Palestina de la Eurocámara advierte de que el caso de Juana Ruiz, la cooperante española detenida por Israel, es un “aviso a navegantes de que vale todo, de que cualquiera que vaya a ayudar al pueblo palestino se puede encontrar en una cárcel por el resto de su vida”.

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