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Grecia y Turquía, una relación que necesita menos geopolítica y más telenovelas
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vecinos condenados a entenderse

Grecia y Turquía, una relación que necesita menos geopolítica y más telenovelas

Las telenovelas turcas han servido como puente de unión cultural entre ambas poblaciones pese a la creciente tensión que experimentan sus gobiernos

Foto: Guardia de honor presidencial griega. (EFE)
Guardia de honor presidencial griega. (EFE)

Con una historia plagada de conflictos, la rivalidad entre Grecia y Turquía sigue siendo una fuente de inestabilidad considerable en la zona del Mediterráneo Oriental. Sin embargo, a pesar de su pasado convulso, su tenso presente y la religión que los separa, estos dos vecinos tradicionalmente mal avenidos cuentan con otros muchos lazos que les unen, como una gastronomía similar o expresiones comunes debido a una larga interacción social y cultural. Esto está dando pie a un fenómeno curioso: lo que la política ha dividido lo está volviendo a unir la televisión.

Un acercamiento entre las poblaciones turca y griega ha empezado a surgir de la mano del éxito de las telenovelas turcas en Grecia, las cuales han copado el horario de máxima audiencia de los canales de televisión helenos y han propiciado el inicio de un diálogo amistoso entre ambas sociedades al margen de sus gobiernos.

La pionera fue 'Las fronteras del amor', una producción turca cargada de romance con notas de humor y marcados estereotipos que cuenta la historia del hijo de un propietario de una naviera griega que se enamora de la hija de un fabricante de baklavá turco. A partir de entonces, las telenovelas turcas, repletas de valores tradicionales, lealtad y amistad, se impusieron a las de corte occidental. A 'Las fronteras del amor' le siguieron títulos como 'Sila' o 'Vida dolorosa', donde la importancia de los lazos familiares caló en una cultura tan comunitaria como la griega, que comenzó a aprender palabras turcas y a solicitar clases para estudiar el idioma.

Foto: El barco Oruç Reis junto a varios barcos militares de la Armada turca. (Ministerio turco de Defensa)

Para Yasemín, una periodista turca afincada en Atenas desde hace seis años, uno de los motivos de este éxito radicó en la proximidad cultural de ambos pueblos. “En general somos pueblos muy similares. Para mí es muy fácil vivir en Grecia, no siento esa brecha cultural que podría sentir en otros países como Inglaterra o Estados Unidos”.

Fatma, una turca casada con un griego desde 2007 y que reside desde entonces en el centro de la capital griega, coincide con su compatriota: “Somos muy parecidos, la única gran diferencia es la religión. Hemos vivido muchos años juntos y esto se refleja en la manera de cocinar o las expresiones que utilizamos. Cuando dos lenguas tienen expresiones comunes significa que sus pueblos son parecidos”.

Sin embargo, para María Papadopulu, una dependienta griega en un comercio de complementos en el municipio de Alimos, esta cercanía no es tan evidente: “No creo que tengamos muchas cosas en común, sobre todo en cuanto a la cultura se refiere. Turquía está más cerca de Oriente Próximo que de nosotros”. Lo mismo opina Eleni Papadakis, una gestora del municipio de Nea Eritrea que admite que “puede que tengamos la misma manera de cocinar o algunas palabras y tradiciones en común, pero hasta ahí”.

Foto: El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. (Reuters)

Otra de las causas de la gran popularidad de estas series estuvo en que gran parte de ellas fueron rodadas en los exteriores de Estambul, una ciudad que para los griegos tiene mucha importancia y a la que siguen llamando Constantinopla. “Muchos mostraron un gran interés porque sus padres y abuelos procedían de allí”, dice Yasemín. Eleni también está de acuerdo con que “muchos griegos pueden ver reflejado en ellas el pasado de sus padres y abuelos. La nostalgia por su infancia fue una razón muy poderosa para los espectadores más mayores”.

Estambul fue el hogar de muchos griegos hasta 1923, cuando el Tratado de Lausana entre Turquía y Grecia estipuló que se llevara a cabo un intercambio de población, lo que implicó que alrededor de 1.800 griegos y medio millar de turcos se vieran obligados a abandonar sus hogares. No obstante, más allá de la nostalgia por el Bizancio perdido, Eleni opina que estas series triunfaron “porque son escritas para que le guste a mucha gente diferente. Las pongas donde las pongas probablemente van a tener éxito”.

La presencia de las telenovelas turcas fue en aumento en las pantallas griegas debido a la crisis económica del país. “Eran el escape perfecto para muchos griegos golpeados duramente por la austeridad”, sostiene Yasemín. “Grecia no contaba con la capacidad de producir un contenido propio y compró producciones turcas”. Historias como la del sultán 'Solimán el Magnífico', que relataba la época dorada del Imperio otomano, fueron seguidas por uno de cada 10 griegos.

Foto: Una niña griega en clases online. (EFE)

A pesar de su indudable éxito, estas series también contaron con sus detractores. La iglesia ortodoxa griega criticó ampliamente la popularidad de los culebrones turcos. “Ver telenovelas turcas equivale a decirles que nos hemos rendido”, declaró rotundamente Anthimnos, obispo de Tesalónica en 2012. En 2019, la comunidad griega residente en Argentina rechazó enérgicamente la versión turca de la historia difundida por la serie 'Mi vida eres tú' respecto a la masacre armenia a principios de siglo XX, mientras que en 2020 algunas telenovelas turcas fueron suspendidas de la televisión helena cuando Turquía anunció la reconversión de Santa Sofía en mezquita, una decisión que volvió a enfrentar a los dos países.

Grecia y Turquía se unieron a la OTAN en 1952, un hecho que probablemente haya servido para evitar que las fricciones y conflictos fuesen más allá en cuestiones como la invasión de Turquía de la parte norte de la isla de Chipre en 1974. El tema turco-chipriota, las denuncias de violación del espacio aéreo griego por cazas turcos y los desacuerdos continuos por las aguas territoriales marcaron las relaciones exteriores de Atenas con Ankara durante los últimos años del siglo XX.

Sin embargo, esto cambió tras los dos intensos terremotos en la región turca de Mármara y en Atenas en el verano de 1999 con la decisión de ambas naciones de enviar equipos de rescate para ayudar a los afectados. Junto a esto, el proceso y los efectos de la globalización, con la participación en las estructuras europeas por parte de Grecia y el interés de desarrollar unas relaciones más estrechas con la Unión Europea (así como el deseo de integrarse en ella) por parte de Turquía, comenzó a dar sus frutos. Se inició así una nueva etapa que permitió un avance significativo en las relaciones bilaterales.

Foto: El barco de investigación turco Oruc Reis en el Mediterráneo escoltado por varios barcos militares. (Reuters)

“Las relaciones entre griegos y turcos cambiaron después de los terremotos”, afirma Yasemín, que cree que a partir de ahí el turismo y una serie de intercambios culturales tendieron un puente hacia un mutuo entendimiento entre los dos pueblos y propiciaron una mejora en las relaciones. “La política es una cosa y los ciudadanos de a pie otra”, cuenta Aléxandros Papadakis, mecánico en un taller de reparación de motos de El Pireo que antes de la pandemia solía hacer alguna que otra escapada al país vecino. “Yo siempre me he sentido muy cómodo al visitar Turquía. Nunca he tenido ningún problema”.

Sin embargo, a partir de 2016 las buenas relaciones políticas volvieron a congelarse por la crisis de los refugiados, los conflictos fronterizos y las disputas por las perforaciones de gas natural en el Mediterráneo el año pasado, cuando se llegó a una escalada de tensión peligrosa.

Fatma cree que las relaciones entre griegos y turcos se encuentran en el peor momento de los últimos años. “Cuando yo llegué aquí teníamos muy buenas relaciones y creo que esto puede cambiar ahora”, se lamenta. “La culpa es de los políticos, pero acaba afectando a las personas”. Aunque para María la culpa es exclusivamente del Gobierno turco. “Puede que la población turca no tenga problemas con los griegos, pero su Gobierno no se ha mostrado amistoso. Sus cazas sobrevuelan nuestras islas y mandan sus barcos a patrullar en nuestras aguas”.

Foto: El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan (Reuters)

El pasado no se ha olvidado y mucho menos este año, en el que Grecia celebra su bicentenario del aniversario del inicio de la Guerra de Independencia frente al Imperio otomano, que ocupó la Hélade durante 400 años. “A pesar de las buenas relaciones de los últimos años, todavía hay algunos griegos a los que no les gustan los turcos porque estuvieron bajo su autoridad durante mucho tiempo”, reconoce Fatma. “Y, aunque todo esto ha quedado en el pasado, todavía algunos siguen aferrándose a ello”. “Yo no tengo ningún problema con los turcos”, dice convencido Aléxandros. “Para mi todo es cuestión de respeto y de mirar hacia el futuro, no hacia el pasado”.

Turquía y Grecia dieron el pasado 15 de abril un primer paso para el acercamiento de posturas con la visita a Ankara del ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias, para reunirse con su homólogo Mevlüt Çavusoglu y con el presidente Recep Tayyip Erdogan y tratar de encontrar una solución a cuestiones tan controvertidas como el conflicto de Chipre, un tema que ha enturbiado las posibles buenas relaciones greco-turcas durante los últimos años y sobre el que encontrar una salida diplomática ha sido muy difícil hasta ahora.

Con una historia plagada de conflictos, la rivalidad entre Grecia y Turquía sigue siendo una fuente de inestabilidad considerable en la zona del Mediterráneo Oriental. Sin embargo, a pesar de su pasado convulso, su tenso presente y la religión que los separa, estos dos vecinos tradicionalmente mal avenidos cuentan con otros muchos lazos que les unen, como una gastronomía similar o expresiones comunes debido a una larga interacción social y cultural. Esto está dando pie a un fenómeno curioso: lo que la política ha dividido lo está volviendo a unir la televisión.

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