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Da alas al escepticismo

La última crisis de AstraZeneca da un mazazo al orgullo patrio británico

Las propias autoridades sanitarias de Reino Unido han recomendado ofrecer a los jóvenes de menosde 30 años del país vacunas alternativas a la británico-sueca

Foto: La vacuna es considerada en Reino Unido como un símbolo de triunfo en la era post Brexit. (Reuters)
La vacuna es considerada en Reino Unido como un símbolo de triunfo en la era post Brexit. (Reuters)

No había sido hasta ahora, quince meses después de su arrolladora mayoría absoluta en las generales de 2019, cuando Boris Johnson estaba comenzando a disfrutar realmente de su éxito. Tras la dura tormenta del coronavirus —que llevó al Reino Unido a convertirse en el primer país europeo en superar el trágico umbral de los 100.000 muertos—, estaba saliendo, al fin, el sol: los casos de positivos han bajado a 2.379, una reducción de un 35,7% respecto a la semana anterior; el número de hospitalizaciones en Inglaterra se encuentra en su nivel más bajo de los últimos seis meses y la media de muertes diarias se ha reducido un 45,2% (de 55 a 30) en la última semana. Y para finales de julio se espera que toda la población adulta haya recibido ya la primera dosis de la vacuna.

Tras ver caer su popularidad por los suelos, los conservadores sacan ahora una ventaja de ocho puntos a la oposición laborista y Johnson vuelve a estar en su salsa ante las cámaras de televisión. El 'premier' ya ha dicho que está deseando tomarse una pinta de cerveza el próximo lunes, cuando dará comienzo la nueva fase de la desescalada con la reapertura de las terrazas de los pubs. Es más, el líder 'tory' se muestra “optimista” —aunque con cautela— de que los viajes internacionales por ocio puedan reanudarse a partir del 17 de mayo.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson

Pero, tal y como ha avanzado el grupo de expertos que asesora al Gobierno, una vez se retomen las libertades, los casos volverán a subir. En este sentido, la campaña de vacunación es clave. Su eficiencia, más allá de estadísticas, depende de algo mucho más importante: la confianza que genere en la población. Sobre todo entre los jóvenes, los que más socializan, los más necesarios para impulsar el sector hostelería en un país que acumula déficit histórico en tiempos de paz. Pero en este punto crítico es donde se encuentra ahora la vacuna británica de Oxford-AstraZeneca.

En menos de un mes, tanto la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) como la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA) han vuelto a recalcar, por segunda vez, que “los beneficios de la vacuna superan claramente los riesgos”. El hecho de que los reguladores estén analizando unos casos de trombos extremadamente raros y puntuales debería, a priori, impulsar la fe en el sistema. Al fin y al cabo, es una señal de que está funcionando.

Sin embargo, la paradoja es que podría conseguirse ahora el efecto contrario. Especialmente después de que el organismo europeo ha establecido este miércoles que los coágulos sanguíneos con niveles bajos de plaquetas deben figurar en la lista de efectos secundarios “muy raros”. Por su parte, el Comité conjunto de vacunación e inmunización del Reino Unido (JCVI, en inglés) ha recomendado ofrecer ahora a los menores de 30 años las vacunas de Pfizer/BioNTech (estadounidense-alemana) y Moderna (estadounidense) —que se ha comenzado a suministrar este miércoles en el país— en lugar de la británico-sueca.

Foto: Un preparado de AstraZeneca (EFE)

No solo se trata de un auténtico mazazo al orgullo patrio, el símbolo de triunfo que muchos habían utilizado incluso en la era post Brexit. Supone además una gran estocada a la confianza del, hasta ahora, exitoso programa de vacunación, el mismo que ha transformado al Reino Unido de alumno rezagado (al inicio de la pandemia) al primero de la clase. Cerca de 32 millones de personas (alrededor del 70% de la población adulta) ha recibido ya la primera dosis.

Es ahora cuando toca el turno a los más jóvenes. Porcentualmente, los casos de coágulos son ínfimos. Pero si la población, y en concreto este grupo poblacional, pierden la confianza en el sistema, el barco se hunde. ¿Qué está pasando realmente con AstraZeneca? La polémica ha perseguido prácticamente desde el inicio a la vacuna creada por los científicos de Oxford y elaborada por la farmacéutica británica. Primero por los problemas con el suministro. Y ahora por los casos aislados de inusuales trombos que han llevado a países como Alemania, Países Bajos, Estonia o España a limitar su administración a mayores de 60 o 65 años.

Tal y como ha explicado este miércoles en rueda de prensa la consejera delegada de la Agencia reguladora de medicinas y productos sanitarios del Reino Unido (MHRA), June Raine, hasta el 31 de marzo se han registrado en el país 79 casos de trombos con bajo número de plaquetas en personas que recibieron la primera dosis del preparado. De ellos, 19 personas han muerto, tres de ellas menores de 30 años —aunque en algunos casos se desconoce la causa—. Del total de afectados, de entre 18 y 79 años, 51 son mujeres y 28 hombres.

El Comité conjunto de vacunación e inmunización del Reino Unido sigue recomendado el uso de la vacuna británica en los mayores de 30 años porque el riesgo de enfermar de gravedad o morir de covid-19 es “más elevado” que el de desarrollar esos inusuales trombos, que siguen siendo “raros” en el conjunto de la población. No obstante, para los menores de 30 años sin patologías subyacentes el riesgo por el coronavirus es inferior y, por tanto, se recomienda evitar ese posible efecto secundario y ofrecerles alternativas “si están disponibles”. Los jóvenes podrán de todos modos elegir el preparado de Oxford, que está más generalizado, si prefieren ser vacunados con celeridad.

Hasta ahora, los casos de mayores en el Reino Unido que habían cancelado la cita para su vacunación con AstraZeneca eran casi anecdóticos. Según el último sondeo de YouGov publicada el mes pasado, los británicos se mostraban los más dispuestos a vacunarse de entre los 26 países de todo el mundo encuestados. El 86% estaba a favor de ponerse el pinchazo frente al 61% registrado en noviembre del año pasado. Pero está por ver cómo afecta ahora las nuevas recomendaciones y el hecho de que el laboratorio de la Universidad de Oxford haya paralizado los ensayos clínicos que estaba realizando con la vacuna en menores.

Foto: Logotipo de la farmacéutica Halix en Leiden, Países Bajos. (EFE)

Johnson, en cualquier caso, ha señalado que no espera cambiar la hoja de ruta marcada por el Gobierno para la desescalada del actual confinamiento, donde las vacaciones al extranjero son ahora ilegales. “No creo que nada de lo que he visto me lleve a suponer que tendremos que cambiar o desviarnos de nuestros planes”, matizó.

Para el próximo lunes, está prevista la reapertura de tiendas artículos no esenciales, gimnasios, peluquerías y terrazas de pubs y restaurantes. Para el 17 de mayo, se espera poder permitir reuniones de 6 personas en interiores. Para el 21 de junio, si los casos continúan disminuyendo, se retirarían todas las restricciones sociales y se reabrían las discotecas. Aunque no se descarta la implementación de “pasaportes covid” para permitir entrada a eventos multitudinarios solo a vacunados, a los que hayan dado negativo en pruebas o a los que puedan demostrar inmunidad por haber pasado el coronavirus en los últimos seis meses.

No había sido hasta ahora, quince meses después de su arrolladora mayoría absoluta en las generales de 2019, cuando Boris Johnson estaba comenzando a disfrutar realmente de su éxito. Tras la dura tormenta del coronavirus —que llevó al Reino Unido a convertirse en el primer país europeo en superar el trágico umbral de los 100.000 muertos—, estaba saliendo, al fin, el sol: los casos de positivos han bajado a 2.379, una reducción de un 35,7% respecto a la semana anterior; el número de hospitalizaciones en Inglaterra se encuentra en su nivel más bajo de los últimos seis meses y la media de muertes diarias se ha reducido un 45,2% (de 55 a 30) en la última semana. Y para finales de julio se espera que toda la población adulta haya recibido ya la primera dosis de la vacuna.

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