Es noticia
Esta es la estrategia del Reino Unido pos Brexit para recuperar su lugar en el mundo
  1. Mundo
  2. Europa
la mayor revisión desde la guerra fría

Esta es la estrategia del Reino Unido pos Brexit para recuperar su lugar en el mundo

Boris Johnson apuesta ahora por el Indo-Pacífico, con el objetivo de estrechar la relación comercial con China, pese a reconocer que supone la "mayor amenaza estatal"

Foto: Johnson en una sesión del consejo de seguridad en febrero. (EFE)
Johnson en una sesión del consejo de seguridad en febrero. (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un Reino Unido con la nueva mirada puesta en el Indo-Pacífico y el objetivo de estrechar la relación comercial con China, pese a reconocer que supone “la mayor amenaza estatal”. Esta es, a grandes rasgos, la nueva 'Global Britain' de la era pos Brexit. Desde que los británicos apostaron por abandonar la Unión Europea en 2016, Downing Street había recalcado, por activa y pasiva, que seguirían siendo un actor protagonista en el tablero global. Faltaba conocer su estrategia y, finalmente este martes, Boris Johnson ha marcado las pautas al presentar la llamada “Revisión Integrada” de su política exterior y seguridad nacional.

El documento de más de cien páginas, calificado por el Gobierno como la “mayor revisión” desde la Guerra Fría, busca rediseñar las alianzas británicas para la próxima década. Se insiste en que Estados Unidos sigue siendo su principal socio, se reafirma el liderazgo del Reino Unido en la OTAN y su compromiso con la seguridad euroatlántica. Se muestra una apuesta por el multilateralismo, la defensa de los derechos humanos y las economías abiertas. Pero, al mismo tiempo, Asia es vista ahora como el nuevo centro geopolítico del mundo. Por lo tanto, para que el Reino Unido siga siendo relevante, el Gobierno considera que debe involucrarse más en la zona.

Y es aquí cuando se plantea el gran reto: China. “Tenemos que volver a aprender el arte de competir contra países con valores opuestos”, matizó el 'premier' durante su comparecencia en la Cámara de los Comunes.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

A diferencia de Rusia, que es visto como un estado activamente hostil que necesita ser tratado como tal, Downing Street considera que con China se necesita un enfoque híbrido de rivalidad y cooperación. Sobre todo porque las crisis globales como el cambio climático no se pueden resolver sin Pekín. Eso sí, para fortalecer una relación comercial más estrecha con la China de Xi Jinping, Londres intensificará la defensa en torno a la infraestructura clave. El definitiva, no me fio de ti, pero al mismo tiempo te necesito.

En la últimas tres décadas, la nación de más 1.300 millones de personas ha pasado de la pobreza más absoluta a convertirse en la segunda mayor economía del mundo sin que su sistema de partido único y gobierno totalitario haya cambiado. Para los países de Occidente, China plantea un dilema complejo: qué hacer cuando tu principal rival es al mismo tiempo alguien al que necesitas para prosperar.

China divide a los 'tories'

En el caso del Reino Unido la tarea se complica aún más cuando existe una división interna en el Partido Conservador. En 2015, el entonces 'premier' David Cameron llegó a invitar a Xi Jinping a tomar una cerveza en el pub local cerca de Chequers, la residencia campestre del inquilino del Número 10, que se convirtió en el escenario para revelar al mundo que comenzaba “una nueva era dorada”.

Sin embargo, en el último año, coincidiendo con la pandemia, un influyente grupo de rebeldes 'tories' ha llevado a cabo un importante 'lobby' en Westminster para marcar distancias con Pekín. Entre otros logros, consiguieron el pasado mes de junio que el Gobierno cerrara las puertas a Huawei para su participación en el desarrollo de la red 5G. Recientemente presionaban con una enmienda para que fueran los jueces y no el Ejecutivo quien tuviera la última palabra sobre los países con los que se puede establecer un pacto comercial, excluyendo a aquellos acusados de genocidio.

Foto: Un musulmán uigur chino participa en una protesta contra China durante la cumbre de líderes del G20 en Osaka, Japón, en junio de 2019.

En este sentido, es cierto que el Número 10 ha condenado el trato de China hacia los miembros de la minoría musulmana de los Uigures. También ha acusado al gigante asiático de haber “violado” tres veces en nueve meses la Declaración Conjunta de 1984 sobre Hong Kong. La última, la semana pasada, imponiendo cambios del sistema electoral de la que fuera colonia británica.

“No hay duda de que China representa un gran desafío para una sociedad abierta como la nuestra”, recalcó Johnson durante su comparecencia. Pero al mismo tiempo, el Gobierno reconoce que de algún modo hay una necesidad de cooperación. En definitiva, con el gigante asiático no valen binomios empleadas durante la Guerra Fría ante el comunismo de “duros” o “blandos”. Tampoco las divisiones respecto al Brexit, con euroescépticos y eurófilos. Por lo que se apuesta ahora es por una “postura realista”. Eso implica un balance que no será fácil de gestionar.

Por si existían aún dudas ante la nueva estrategia del Gobierno, quedaban disipadas este miércoles después de que HuffPost haya sacado en exclusiva unos audios filtrados del responsable de Exteriores, Dominic Raab, donde explica a los funcionarios que el Reino Unido buscaría acuerdos comerciales con países que violaran los estándares internacionales de derechos humanos, ya que de otra manera, si sólo se negocia con aquellos que cumplen con los estándares de la Convención Europea de Derechos Humanos “se perderán oportunidades con los mercados en crecimiento del futuro”.

Un portavoz de Exteriores señaló que el audio había sido “recortado deliberada y selectivamente para distorsionar” sus comentarios. “Como dejó muy claro en su respuesta completa, el Reino Unido siempre defiende y habla sobre los derechos humanos”, dijo el portavoz.

Del G7 al D10

Por otra parte, el nuevo enfoque Indo-Pacífico también significa cultivar aliados y relaciones sólidas con todos los demás actores, aparte de China. De ahí el viaje que el 'premier' protagonizará el próximo mes a India. Su primer gran viaje en la era pos Brexit. Inicialmente, estaba programado para enero, pero se tuvo que posponer por la pandemia. Será la primera salida al extranjero de un primer ministro británico desde que Theresa May visitó varios países africanos en 2018.

El portaaviones Queen Elizabeth se desplegará por primera vez en India junto a los aliados de la OTAN y Reino Unido pedirá el estatus de socio de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Dentro de esta nueva estrategia, Johnson quiere aprovechar este año su presidencia del G7 para transformarlo en un club D10 y ha invitado a la India, Australia y Corea del Sur a la cumbre del próximo verano, en la que el Reino Unido actuará como anfitrión.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

La idea de una agrupación D10 concuerda con el plan de Joe Biden de celebrar una cumbre de las democracias. De este modo, Johnson pretende estrechar los vínculos con el nuevo presidente norteamericano, con quien las cosas tampoco han empezado con el mejor pie, ya que el demócrata ha dejado claro que cerrar un acuerdo comercial con el Reino Unido no está ahora entre sus prioridades.

En cualquier caso, Downing Street no puede olvidarse de Europa. La 'Revisión Integrada' menciona el papel de la UE en la paz y la prosperidad del Viejo Continente. Pero, las relaciones con el bloque no pueden estar más deterioradas. Bruselas ha iniciado acciones legales después de que Londres haya decidido, de manera unilateral, retrasar los controles aduaneros en los puertos norirlandeses por las tensiones que estos están provocando entre católicos y protestantes en la provincia británica. Una vez ejecutado a efectos prácticos el Brexit, en lugar de mejorar las cosas, las relaciones con el otro lado del Canal de la Mancha no pueden pasar por un peor momento. Y si los problemas no se resuelven, cualquier tipo de papel en el escenario mundial será mucho más difícil de mantener.

Nuevas amenazas

Por otra parte, el extenso documento, señala que es “probable” que un grupo terrorista ejecute con éxito un ataque químico, biológico o nuclear para 2030. Para enfrentarse a estas nuevas amenazas, el Ejecutivo creará un nuevo Centro de Operaciones contra el Terrorismo, donde oficiales de Policía, agentes de inteligencia y expertos legales trabajarán conjuntamente. La nueva unidad, que ya se denomina “CTOC” en los círculos policiales, es un intento de evitar las debilidades en las operaciones antiterroristas reveladas en 2017, cuando el país sufrió cinco atentados en un solo año.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

Asimismo, el Reino Unido aumentará sus reservas de cabezas nucleares hasta un máximo de 260, frente al tope de 180 que se había fijado para mediados de esta década. Pese a que en 2010 el Ejecutivo propuso reducir la capacidad nuclear de 225 a 180 ojivas, “el cambiante entorno de seguridad”, con un “amplio rango de amenazas”, hace que eso ya no sea posible.

Por otra parte, Johnson quiere que el Reino Unido se convierta en una “superpotencia científica y tecnológica” para finales de la década y está dispuesto a convertirse en el mejor abanderado en la lucha contra el cambio climático, por lo que intentará sacar el mejor provecho a cumbre del clima COP26, en noviembre, en la que actúa como anfitrión.

Un Reino Unido con la nueva mirada puesta en el Indo-Pacífico y el objetivo de estrechar la relación comercial con China, pese a reconocer que supone “la mayor amenaza estatal”. Esta es, a grandes rasgos, la nueva 'Global Britain' de la era pos Brexit. Desde que los británicos apostaron por abandonar la Unión Europea en 2016, Downing Street había recalcado, por activa y pasiva, que seguirían siendo un actor protagonista en el tablero global. Faltaba conocer su estrategia y, finalmente este martes, Boris Johnson ha marcado las pautas al presentar la llamada “Revisión Integrada” de su política exterior y seguridad nacional.

Brexit Boris Johnson Reino Unido
El redactor recomienda