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El 'caso del orinal' desata la furia contenida de los españoles contra su consulado en Londres
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El 'caso del orinal' desata la furia contenida de los españoles contra su consulado en Londres

Los españoles residentes en UK están frustrados con la gestión del Consulado de Londres. Pero no todos están registrados, algo fundamental para que la oficina reciba recursos

Foto: Vista exterior del consulado español en Londres. (Google Maps)
Vista exterior del consulado español en Londres. (Google Maps)

Después de dos meses intentándolo, Patricia de la Piedra, una española que lleva más de una década residiendo en Reino Unido, logró que este martes le dieran cita en el consulado de Londres para sacar el pasaporte a sus dos hijos -de dos años y medio y de 16 meses- y renovar el suyo. Tanto ella como su marido tuvieron que pedir el día libre en el trabajo, ya que la ley obliga a que estén los dos progenitores presentes. La familia reside en Kent, por lo que para llegar hasta la capital británica tuvieron que realizar un viaje de casi dos horas en tren. “Con dos niños pequeños no es fácil, sobre todo teniendo en cuenta las restricciones en plena pandemia”, explica. Todo ese esfuerzo para, finalmente, abandonar el consulado sin poder realizar los trámites.

Los baños estaban cerrados por regulación anti-covid. La niña, de dos años y medio, utilizó un orinal portátil para hacer pis y el personal de administración consideró que aquello “era una falta de respeto”. Fue la trabajadora que estaba en la ventanilla quien les comunicó que su superior había tomado la decisión de no continuar con la gestión de sus documentos. Por lo que, pese a las súplicas de Patricia, el guardia civil “invitó” a la familia a abandonar la sala. “Me puse a llorar de pura frustración. Me pareció una experiencia tremendamente estresante y en la que mostraron una falta de humanidad”, explica a El Confidencial.

El 'caso del orinal' ha corrido como la pólvora en redes sociales y foros de residentes españoles en Londres, desatando una oleada de indignación contenida por años. En apenas unas horas, esta corresponsal recibió decenas de mensajes de otros expatriados relatando experiencias poco satisfactorias. Dificultades para conseguir cita, confusiones con los trámites en la página web, pocas horas de atención al público o unas instalaciones vetustas e incómodas poco preparadas para dar servicio a los residentes. Quejas que también exponen otro problema generado por la propia comunidad española: la cantidad de ellos que nunca se registraron en el consultado.

Superada por las circunstancias

placeholder Queja formal presentada por Patricia de la Piedra.
Queja formal presentada por Patricia de la Piedra.

“Todo el mundo que tenga hijos pequeños puede entender que a veces te ves superado por las circunstancias”, señala Patricia sobre ese martes en el consulado. Ella estaba en la ventanilla, renovando el pasaporte, mientras su marido atendía al niño pequeño. "No vimos que la niña había cogido el orinal portátil; algo, por cierto, bastante común en este país. Cuando me di cuenta de lo que había pasado pedí mil veces perdón. Sin duda, fue un accidente desafortunado y yo me moría de vergüenza", narra la española.

Si bien no les dio tiempo a pedir que les abrieran el baño para atender emergencia, cuando lo solicitaron después para poder limpiar a la menor “me dijeron que los baños estaban cerrados al público”. "Cuando me dijeron que me iba de allí sin los pasaportes para los niños, me derrumbé", narra la española. A la humillación se une otro problema no menor. “No sé cuándo me volverán ahora a dar cita. Es un calvario poder conseguirlas”, concluye Patricia.

Fuentes diplomáticas consultadas por El Confidencial explican que los baños están cerrados por medidas de seguridad de la pandemia, “pero que si lo hubiera solicitado, se le habría permitido el acceso como se está haciendo, por ejemplo, con embarazadas y personas mayores”. Tras la queja formal presentada por Patricia, la respuesta que obtuvo por parte del consulado ese mismo día fue que “la utilización de un orinal en un espacio público ha sido considerada como una falta de respeto, más aún teniendo en cuenta la situación sanitaria actual”. “Los trabajadores tienen instrucciones de mantener un trato de lo más respetuoso posible con el público”, apuntaron desde el consulado en la comunicación.

Miles sin contar

El de Patricia no es ni mucho menos un caso aislado. Durante años, los residentes españoles vienen denunciando las dificultades a las que se enfrentan cada vez que tienen que realizar una gestión en el consulado de Londres, uno de los tres que existen en el país, junto con el de Edimburgo y Manchester. Parte del problema es que los consulados reciben fondos y recursos según el tamaño de la comunidad a la que tengan que atender. Y aunque el Reino Unido es uno de los países europeos con más españoles residentes, no todos se dan de alta. Es algo obligatorio por ley, pero no está penado, por lo que muchos nunca llegan a hacer la gestión.

Según los últimos datos del Gobierno británico, para el 31 de diciembre de 2020, un total de 301.790 españoles habían solicitado tanto el “estatus de asentamiento” como el “pre-estatus”, un trámite que deben realizar ahora todos los ciudadanos europeos que residían en el país antes del Brexit para conservar sus derechos. Sin embargo, solo 175.000 españoles están dados de alta en los consulados del Reino Unido: Manchester (30.000), Londres (128.000) y Edimburgo (15.000).

Foto: Carlos Bastarreche, embajador de España en Londres hasta este lunes. (EFE)

El consulado español de la capital británica es el que tiene que atender a la comunidad de expatriados más extensa de Europa. En términos globales, es la quinta comunidad expatriada de españoles más amplia del mundo. Fuentes diplomáticas aseguran a El Confidencial que “en lo que se refiere al aumento de las gestiones derivadas del Brexit, hay mucha población española no registrada, lo que hace muy difícil el cálculo de las necesidades consulares”. Se estima que los no registrados podría superar los 45.000 residentes.

Las mismas fuentes destacan que en 2019 se puso en marcha un “plan de modernización”, que supuso “combinar atención telefónica, programando la centralita de manera funcional; página web; simplificando mensajes e incorporando formularios dinámicos; y sistema de citas”. Explican que los departamentos críticos, como Registro Civil Consular y Nacionales, han cambiado por completo su funcionamiento, reservando el sistema de citas para trámites obligatoriamente presenciales, como pasaportes y firma de expedientes. "Todo lo demás va por corre postal o electrónico", señalan las fuentes, que apuntan que los correos electrónicos se responden en un máximo de 48 horas cuando la información no está incluida en web. El Registro Civil, apuntan que “está completamente al día”. “El plazo de inscripción, en 2019 rondaba las 15 semanas, pero en la actualidad se realizan en el día en la mayoría de los casos”, apuntan.

placeholder Mapa demarcaciones consulado. (Embajada de España)
Mapa demarcaciones consulado. (Embajada de España)

Según el consulado, para poder documentar al mayor número de personas posible, se impone establecer un sistema ordenado de concesión de citas, para evitar que los “no shows” (cercanos al 30%), el abuso o la ausencia de documentación requerida por ley en el momento del trámite retrasen una gestión que puede hacerse en apenas 10 minutos con la documentación completa. Además, recalcan que han intensificado ahora sus servicios con el Brexit. Teniendo en cuenta que en junio termina el plazo para que los comunitarios residentes en el Reino Unido antes de la salida de la UE, reforzara su asistencia “para que los españoles puedan acogerse a este esquema sin problema”. A partir del lunes, el consulado abrirá 12 horas seguidas, esperando gestionar más de 3.000 pasaportes al mes, una cantidad señalan, “muy por encima de la media de cualquier otro Consulado o Comisaria de Policía”.

"Peor que un parto"

La versión que relatan los afectados es muy distinta. En los catorce años que Beatriz Campos lleva residiendo en Reino Unido, esta malagueña asegura haber tenido varias malas experiencias con el consulado de Londres. “En una de las ocasiones me llegaron a perder el pasaporte de las niñas. Después de tener que ir cuatro o cinco veces, al final tuvimos que pedir un salvoconducto para poder volar y hacer los trámites mientras estábamos en nuestras vacaciones. En Reino Unido, para sacar los pasaportes a las niñas, lo pudimos hacer todo por email y en tres semanas los teníamos en casa”, explica.

La gota que colmó el vaso, sin embargo, fue cuando tuvo que inscribir a su hija pequeña en el Registro Civil. “Fue peor que el parto”, matiza. “Nos habían dado cita específicamente para realizar el trámite y cuando llegamos allí nos dijeron que ese día concreto de la semana no tocaba presencial, que se tenía que hacer por correo. ¿Entonces, para qué nos dan cita después de tanto tiempo esperando?”, comenta.

placeholder La respuesta a la queja de Beatriz Campos.
La respuesta a la queja de Beatriz Campos.

Tras presentar una queja formal, decidió crear también una petición en una plataforma digital pidiendo un cambio. Desde febrero de 2020, ha sumado más de 5.000 firmas, la gran mayoría en las últimas semanas. “Entiendo que la obligación de los residentes es darse de alta en el consulado para poder mejorar servicios. Pero eso no quita para denunciar que hay cosas que no funcionan. No hay centralita donde te atiendan, la página web es tremendamente confusa por lo que da lugar a error a la hora de llevar documentos solicitados y el sistema de citas es un calvario. En definitiva, son cosas muy básicas ya sea para atender a 50 o 50.000 personas”, matiza a este diario.

“Intentar obtener algún servicio es muy doloroso y en la mayoría de los casos una pérdida de tiempo. Los propios trabajadores admiten que están desbordados, aun así el horario de atención al público es de 9.15 a 14.30 de lunes a viernes, claramente no es suficiente”, añade.

Una sede poco funcional

Para coronar este ambiente de exceso de peticiones y falta de personal, un lamento que se repite entre los residentes son las instalaciones. El consulado de Londres consta de dos edificios comunicados entre sí en Sloane Square, en pleno barrio de Chelsea, no muy alejado de la zona de embajadas. Uno de los edificios está en propiedad y el otro está alquilado. El problema es que se trata de antiguas viviendas. Y como tal, no tienen la distribución -respecto a baños o escaleras, por ejemplo- que se le presumen a una oficina o lugar de atención al público. Los espacios son estrechos y laberinticos y la zona de espera en el sótano puede llegar a resultar agobiante.

Teresa Miranda, una pamplonesa que lleva más de una década residiendo en el país, señala que cuando llega la hora de hacer una gestión tiene “pánico por lo complicado que es absolutamente todo”. “Te hacen esperar en la calle hasta que sea tu turno y llaman a los de la hora, no hay acceso para discapacitados o niños con silla, una vez dentro tienes que esperar según qué trámite en las escaleras. La información en la web está fatal, por lo que si llegas y te falta algo te mandan a casa”, explica.

Foto: Una bandera de Noruega en una calle de Oslo. (Reuters)
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La polémica con el consulado coincide precisamente con la convocatoria de elecciones del Consejo de Residentes Españoles (CRE) en la demarcación consular de Londres, que abarca a gran parte del sur del Reino Unido. Se trata de un órgano formado por voluntarios que actúan como vía de comunicación con las instituciones españolas, algo que no siempre resulta fácil, y desarrolla actividades de derechos civiles, laborales, educativa, social y cultural para la legación.

Fuentes consultadas de algunas de las candidaturas que se presentan señalan que en Londres no están encontrando “la misma cooperación que hay con los consulados de Manchester y Edimburgo”. La mayoría de los ciudadanos, sin embargo, desconocen lo que es un CRE y, tal y como revelan las propias candidaturas, están teniendo problemas para conseguir el apoyo de los 200 avales necesarios para sacar el proyecto adelante.

Después de dos meses intentándolo, Patricia de la Piedra, una española que lleva más de una década residiendo en Reino Unido, logró que este martes le dieran cita en el consulado de Londres para sacar el pasaporte a sus dos hijos -de dos años y medio y de 16 meses- y renovar el suyo. Tanto ella como su marido tuvieron que pedir el día libre en el trabajo, ya que la ley obliga a que estén los dos progenitores presentes. La familia reside en Kent, por lo que para llegar hasta la capital británica tuvieron que realizar un viaje de casi dos horas en tren. “Con dos niños pequeños no es fácil, sobre todo teniendo en cuenta las restricciones en plena pandemia”, explica. Todo ese esfuerzo para, finalmente, abandonar el consulado sin poder realizar los trámites.

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