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La vacuna que enfadó a un país entero: los alemanes no quieren AstraZeneca
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Rechazan las dosis

La vacuna que enfadó a un país entero: los alemanes no quieren AstraZeneca

Muchos alemanes no se fían de la vacuna de la farmacéutica británico-sueca, lo que amenaza la campaña de vacunación con que quiere despedirse Angela Merkel

Foto: Una fila de personas espera en el exterior de un centro de vacunación para recibir una dosis de Pfizer-BioNTech en Colonia, Alemania. (Reuters)
Una fila de personas espera en el exterior de un centro de vacunación para recibir una dosis de Pfizer-BioNTech en Colonia, Alemania. (Reuters)

En Alemania, una vacuna ha emergido como la clara favorita: Pfizer-BioNTech. Pero en esta peculiar competición, lo que está dando de verdad dolores de cabeza a las autoridades germanas es la creciente resistencia a inocularse el fármaco de Oxford-AstraZeneca. La mayoría de los alemanes se inmunizaría contra el covid-19, pero muchos preferirían no hacerlo con la vacuna de la farmacéutica británico-sueca. Es más: algunos trabajadores de primera línea, simplemente, no la quieren. Tanto, que prefieren perder su turno de vacunación y esperar por otra inyección, según algunos reportes de los últimos días.

AstraZeneca perdió desde hace semanas la batalla de la imagen en Alemania. Eso se debe, en gran parte, al ya conocido pulso con la Unión Europea por el retraso en la entrega de vacunas, una pugna soliviantada además por recelos geopolíticos, dado que los problemas de producción esgrimidos por la empresa no han afectado al Reino Unido. A ello se han sumado el dato poco halagüeño sobre la menor efectividad de la vacuna de AstraZeneca en relación con sus homólogas estadounidenses (alrededor del 70% frente a más del 90% de Pfizer-BioNTech o Moderna), así como la recomendación de las autoridades sanitarias alemanas de no aplicar la primera a mayores de 65 años por la falta de datos sobre la efectividad del medicamento en ese grupo de personas.

Foto: Foto: Reuters

Más fortuitos han sido algunos problemas puntuales de vacunación, como el de un hospital de Brunswick, en Baja Sajonia, donde varios trabajadores tuvieron que darse de baja temporal por fiebre y otras molestias tras inyectarse el preparado de AstraZeneca. Algunos médicos intentaron salir al paso explicando que se trató de una reacción inmunológica normal, pero, en la suma, todo parece haber sido demasiado.

Reticencia total

En Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania, algunos centros de vacunación tuvieron que frenar la aplicación de AstraZeneca entre el personal médico por la creciente reticencia contra el medicamento, ya que varios trabajadores desistían de aplicarse la dosis después de preguntar qué vacuna recibirían. "En cuanto decimos 'AstraZeneca', se van", citó el canal regional WDR al director de un centro en la ciudad de Bielefeld.

Foto: Un vial de la vacuna de AstraZeneca. (Reuters)

También Sajonia, en el este y uno de los 'Länder' más castigados por la pandemia durante la segunda ola, tiene problemas con AstraZeneca. En la tercera semana de febrero, se quedaron 2.500 turnos de vacunación libres, según la agencia de noticias dpa (Deutsche Presse-Agentur). Y en Berlín, la falta de interés en las vacunas de la británico-sueca ha desatado la ira de muchos políticos.

Müller: "No voy a permitir que decenas de miles de dosis se queden en nuestros almacenes. El que no quiere la vacuna, pierde su turno"

"No voy a permitir que decenas de miles de dosis se queden en nuestros almacenes", dijo al diario 'Der Tagesspiegel' el alcalde de la capital, Michael Müller. "El que no quiere la vacuna, pierde su turno. Se la ofreceremos a otros". La consejera de Salud berlinesa, Dilek Kalayci, anunció también que la ciudad-estado dejará de ofrecer a los interesados la posibilidad de elegir qué vacuna aplicarse.

Pfizer, la estrella; AstraZeneca, el patito feo

Las comparaciones son odiosas. El centro de inmunización donde se inyecta la vacuna de AstraZeneca en Berlín, instalado en el antiguo aeropuerto de Tegel, no recibe mucho público, mientras que los locales donde se aplican las del laboratorio estadounidense Moderna y, sobre todo, las de Pfizer-BioNTech son más codiciados.

De las tres vacunas autorizadas en Alemania, esta última, desarrollada por una biofarmacéutica local, es la que goza de mayor aceptación. Sin duda, por sus buenos resultados clínicos, pero también gracias a su imagen de exitosa 'startup' germana que se ha convertido en pionera mundial en el uso de nuevas tecnologías. En el relato general, que también importa, AstraZeneca es su reverso oscuro: el gigante farmacéutico británico al que la UE acusa de dar prioridad al Reino Unido por encima de los demás.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson, sujeta una dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca. (Reuters)

Aunque no hay aún sondeos representativos a gran escala, una encuesta 'online' elaborada por el instituto Civey por encargo del semanario 'Der Spiegel' muestra que el 84% de los encuestados preferiría vacunarse con Pfizer-BioNTech en Alemania. Por Moderna, se decantaría solo un 5%, mientras que por AstraZeneca, el patito feo, únicamente el 3%. Según datos generales del Centro de Hamburgo para Economía de la Salud, un 62% de los alemanes se muestra actualmente dispuesto a vacunarse.

Para el Gobierno de Angela Merkel, sin embargo, las resistencias de la población frente a AstraZeneca son un problema serio, ya que el debate sobre la efectividad de la vacuna amenaza con torpedear los planes de inmunización. La canciller quiere despedirse del cargo con una exitosa campaña de inoculación y ha mencionado varias veces su objetivo de que para septiembre, fecha electoral, todos los alemanes interesados hayan recibido una "oferta de vacunación". Y el preparado británico-sueco es una parte fundamental de esos planes.

Foto: Una mujer es vacunada contra el coronavirus en Berlín. (Reuters)

Alemania tiene previsto recibir en total 56,3 millones de dosis de AstraZeneca, gran parte de ellas en los próximos meses. Hasta el día de hoy, tienen 1,4 millones, de las cuales han sido inyectadas solo unas 230.000. Como telón de fondo, un debate público en el que abundan las dudas y los cuestionamientos de la vacuna, y en el que algunas autoridades intentan salir al frente a defenderla.

Objetivo: frenar la desconfianza

Uno de los principales defensores del preparado ha sido el ministro de Salud de Merkel, Jens Spahn. "Si una vacuna obtiene la autorización en la Unión Europea (...) es segura y efectiva", ha afirmado. "Cuando sea mi turno, me dejaría poner de inmediato la vacuna de AstraZeneca", ha asegurado también el ministro, que hace frente ahora a más críticas tras recibir bastantes elogios durante su gestión inicial de la pandemia. Alemania surfeó bien la primera ola, pero la segunda está atormentando a la población, no solo por el alto número de contagios, sino también por las duras restricciones en la vida pública vigentes desde hace meses.

Foto: Foto: Reuters.

En un reciente foro público, Spahn también sugirió la posibilidad de que las personas vacunadas con las dos dosis regulares de AstraZeneca puedan recibir meses más tarde, para su tranquilidad, una tercera dosis con otra vacuna, por ejemplo, la de BioNTech. También el virólogo Christian Drosten, la gran autoridad médica del país en tiempos del covid-19, defendió públicamente la idoneidad del medicamento británico-sueco.

"En el debate público en Alemania, se han entendido muchas cosas mal", señaló Drosten en un 'podcast'. "En Alemania, tenemos la oportunidad de salir rápido de la pandemia. Tenemos que apostar con todo por vacunar en gran cantidad y lo más pronto posible", agregó en un intento por combatir el ninguneo a AstraZeneca. Y es que el éxito de la campaña de vacunación también depende de la imagen de la farmacéutica.

En Alemania, una vacuna ha emergido como la clara favorita: Pfizer-BioNTech. Pero en esta peculiar competición, lo que está dando de verdad dolores de cabeza a las autoridades germanas es la creciente resistencia a inocularse el fármaco de Oxford-AstraZeneca. La mayoría de los alemanes se inmunizaría contra el covid-19, pero muchos preferirían no hacerlo con la vacuna de la farmacéutica británico-sueca. Es más: algunos trabajadores de primera línea, simplemente, no la quieren. Tanto, que prefieren perder su turno de vacunación y esperar por otra inyección, según algunos reportes de los últimos días.

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