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Europa se queda muy atrás en sus objetivos de vacunación con miles de dosis sin poner
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Retrasos en la vacunación

Europa se queda muy atrás en sus objetivos de vacunación con miles de dosis sin poner

Los países europeos han recibido ya cerca de 12 millones de dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, de las que solo se ha inoculado un pequeño porcentaje

Foto: Una mujer es vacunada contra el coronavirus en Berlín. (Reuters)
Una mujer es vacunada contra el coronavirus en Berlín. (Reuters)

Primero fue el miedo a quedarse sin dosis suficientes en medio de la salvaje competencia internacional por hacerse con la primera vacuna contra el coronavirus que demostrara su eficacia. Luego, el miedo a que las vacunas no llegaran a los países. Que fueran pocas, que fuera tarde. Bien, las primeras dosis de la vacuna ya han llegado a Europa. El problema ahora es ponerlas. Y, una semana después de que comenzara la campaña general de vacunación en la Unión Europea, los países apenas están cumpliendo con las expectativas calculadas en los planes de vacunación.

Los países europeos han recibido ya cerca de 12 millones de dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, de las que solo se ha inoculado un pequeño porcentaje. Problemas logísticos, falta de personal, lentitud de las autoridades sanitarias, la falta de previsión en cuanto a la gestión del transporte o el refrigerado o, incluso, la confusión por los días festivos han socavado los esfuerzos europeos por avanzar en la vacunación de la población, que se colocan de momento muy por detrás de otros países, desde EEUU a Israel o incluso Reino Unido.

Foto: Comienza la campaña de vacunación contra el covid-19 en Alemania. (Reuters)

“Pensábamos que el problema era en España, pero los datos son casi generalizados a nivel europeo. Ahora mismo no es una falta de distribución, sino que no hay medios, o capacidad organizativa. Inicialmente hubo problemas logísticos de suministro de Pfizer en ocho países [entre ellos España], pero ya hay suficientes dosis para empezar con las vacunaciones diarias previstas, y no se está haciendo”, sostiene a El Confidencial Cristian Castillo, experto en logística y profesor del máster de Ciudad y Urbanismo de la UOC.

Con contadas excepciones, durante esta primera semana de campaña los países europeos no han sido capaces de inocular gran parte de las vacunas recibidas dentro del plan de reparto de la vacuna de Pfizer organizado por la Unión Europea. Alemania es el país que más vacunas ha conseguido distribuir, 265.000, pero que son solo apenas algo más del 20% del 1,3 millones que recibió hasta diciembre (con 0,23 de cada 100 personas vacunadas), y Dinamarca (40.541 hasta este domingo) es el que a mayor porcentaje de la población ha vacunado de la primera dosis, 0,78 por cada 100 personas, y cumpliendo objetivos: son el 88,5% de las personas registradas en la primera fase del plan de vacunación.

En el peor escenario está Francia, que en los primeros seis días de la campaña apenas había inyectado apenas 516 dosis (de las 500.000 recibidas hasta finales de diciembre). Las críticas no se han hecho esperar y el propio presidente, Emmanuel Macron, ha afirmado sentirse “muy decepcionado” con el plan de vacunación (de su propio Gobierno). La vacunación en Francia "empezó muy lentamente" y el escaso número de personas inoculadas es "difícil de defender" comparado con sus vecinos europeos, admitió la Academia Nacional de Medicina francesa en un comunicado. Pero no es el único: Irlanda apenas ha inyectado 1.800 dosis. Grecia 3.000, Hungría 5.100 y Austria 6.000. Países Bajos, que recibió el primer cargamento de vacunas de Pfizer a finales de diciembre, ni siquiera ha comenzado la vacunación por problemas con el sistema informático y un retraso en la coordinación del plan de vacunación.

Italia ha vacunado hasta el momento a algo más de 118.000 personas (0,19% de la población total) de las 470.000 dosis recibidas (25%), pero el abismo está entre las regiones. Lombardía, todavía epicentro de la epidemia en Italia con uno de cada cuatro casos de covid del país, apenas ha inoculado el 3% de sus existencias.

España se coloca a mitad de la tabla europea, según los datos publicados este lunes por las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad. De las 370.000 dosis recibidas (en la primera semana), habrían sido inyectadas al menos 91.718, un 24,5%. Si se cuentan las distribuidas entre las comunidades este mismo lunes, el porcentaje inyectado es un poco menor, entre el 11% y 12%. Pero, al igual que Italia, la eficiencia en el reparto de la vacuna ha sido muy desigual. Mientras que Asturias ha inoculado ya el 80% de las vacunas que le correspondían en la primera semana, Madrid o Cantabria se han quedado muy atrás (6% y 4% respectivamente), según los datos ofrecidos por las propias CCAA.

Foto: Vacunación de residentes y sanitarios en la residencia de mayores de El Zapillo, en Almería. (EFE)

Mientras tanto, y tras el empuje de la producción de Pfizer para intentar evitar cuellos de botella en el suministro, las vacunas siguen llegando, acumulando las “tareas pendientes” en cuanto al número de dosis por administrar. Las distintas autoridades nacionales europeas se han apresurado a sofocar la creciente inquietud con la lentitud de las campañas de vacunación, prometiendo que se aumentará el ritmo, entre acusaciones cruzadas tanto al suministro como a la distribución.

"El Ministerio [de Sanidad federal] ha tenido meses para preparar el inicio de las vacunaciones", ha criticado la oposición socialdemócrata en Alemania en el 'Rheinische Post'. Pero “va a ser complicado ponerse al día [con la vacunación]. Aunque es cierto que puede haber ciertos retrasos en las primeras semanas por temas de organización, lo que ha quedado claro es que son necesarios muchos más esfuerzos, más manos”, apunta Castillo. “Es muy importante que la cadena logística sea honesta consigo misma y vea si es capaz de inocular al ritmo. Cuanto más retraso hay, más exigente es mantener las vacunas”, añade el experto.

Aunque también por debajo de las expectativas iniciales y también con problemas logísticos, Estados Unidos ha vacunado de la primera dosis ya a 4,23 millones de personas (1,28 personas de cada 100). Reino Unido, que comenzó su campaña de vacunación dos semanas antes que la mayoría de los países de la UE, ha superado ya el millón de vacunados (1,39 de cada 100) y espera, tras la aprobación de la distribución de la vacuna de AstraZeneca, que no necesita una cadena de frío tan compleja como la versión de Pfizer, ser capaz de vacunar a dos millones de personas cada semana. Muy por encima de sus expectativas iniciales está Israel, que ha inoculado de la primera dosis a ya el 10% de su población.

Foto: Un ultraortodoxo recibe la vacuna en Jerusalén. (EFE)

Solo por comparar, el pasado 3 de enero (domingo) Dinamarca vacunó a apenas dos personas; en su mejor día, vacunó a 6.900. Israel, con una población similar (nueve millones frente a seis) está vacunando a ratios de más de 150.000 personas al día. Aunque Francia se intentara poner al día para cumplir con las promesas del primer ministro Jean Castex de que un millón de personas estarían vacunadas para finales de enero, con el renqueante inicio de su campaña tendrían que vacunar a más de 32.000 personas cada día, y seguiría muy por detrás. Tras las duras críticas recibidas, Francia ha prometido que se empezará a vacunar a 77.000 personas al día.

"Ha habido problemas en cuanto al disponer de personal para poner esas vacunas, con los hospitales colapsados y el mismo personal que está tratando a los enfermos viéndose que también tenía que poner las vacunas", apunta el experto en logística de la UOC. Otros fallos alrededor de Europa incluyen problemas de abastecimiento de neveras (el cierre de la frontera con Reino Unido cerró el suministro, afectando, por ejemplo, según las autoridades catalanas, al proceso de distribución entre los centros a vacunar) o líos burocráticos y falta de previsión sobre cómo hacer llegar las vacunas necesarias, pero no más de las que se vayan a inocular ese día, para evitar problemas en la cadena de frío. En distintos países, algunos han justificado los retrasos en que han coincidido con las fiestas navideñas, cuando la población objetivo de las vacunas, como los mayores de 60 años, en muchos casos se han desplazado a otras zonas del país con sus familiares. La mayoría de los planes de vacunación estaban pensados para iniciarse en enero, y el adelanto de la campaña europea a finales de diciembre habría pillado con el pie cambiado a algunos países. "Si adelantarla una semana ha hecho que fallen [las previsiones de vacunación], es que no se había preparado de la mejor manera posible", sostiene Castillo.

Y, salvo que se remedien los problemas descubiertos en esta fase inicial, las siguientes no serán más fáciles: en la mayoría de los países europeos, los primeros en recibir la vacuna han sido los trabajadores sanitarios y grupos de riesgo como los ancianos en hospitales en residencias. Es decir, uno de los grupos más fáciles de llegar y gestionar en una campaña de vacunación.

Sin vacunas en el país de los antivacunas

El mayor ejemplo de "fiasco" (en palabras de un exasesor del Ministerio de Sanidad galo, citadas por France 24) en esta primera semana de vacunación ha sido el de Francia. En la primera semana recibió 560.000 dosis, de las que usó apenas 100 el primer día, en vacunaciones casi "simbólicas". En los primeros cuatro días apenas vacunó a 332 personas, 1.000 en una semana. Esta semana recibirá otras 500.000 dosis de Pfizer, que previsiblemente se quedarán sin poner. "Estamos en el ultimísimo puesto de la lista europea [de vacunación]", lamentó William Dab, exdirector General de Salud galo a 'Le Parisien'.

Pero el problema francés no solo es logístico (excesiva burocratización y fortísima centralización del sistema). Con una de las poblaciones europeas más antivacunas (el 58% de los franceses no se pondrían ninguna vacuna del covid-19, según una reciente encuesta de 'Le Figaro'), la propia estrategia de vacunación original, planificada en noviembre, incluía un lento inicio en la distribución de la vacuna a la población, comenzando con aquellos muy mayores (mayores de 75) en residencias seleccionadas. El proceso, además, incluye un largo paréntesis de casi cuatro días entre la propuesta de vacunación a cada persona y su consentimiento.

Todo eso ya se ha acabado. Desde este lunes 4 de enero y tras las críticas recibidas, el Gobierno ha ampliado su enfoque: empezará a vacunar a los trabajadores sanitarios mayores de 50 en más de 100 hospitales universitarios, y antes de febrero se distribuirá en ciudades y pueblos. Se está estudiando cómo recortar los plazos de consentimiento. "Tenemos que agilizar los procedimientos tanto como sea posible", ha declarado Jean-François Mattei, director de la Academia de Medicina Francesa.

En el otro extremo de la tabla, Dinamarca y Alemania, mucho más avanzadas en su vacunación, están planteándose suspender la segunda dosis, necesaria en el preparado de Pfizer para una protección óptima frente a la enfermedad, y así poder llegar a más gente y evitar escasez de dosis, esta vez sí debido a problemas de suministros, en los próximos meses. La UE ha asegurado dos mil millones de dosis de vacuna en total (tanto de Pfizer como otros modelos), pero no llegarán todos hasta avanzado 2021.

Primero fue el miedo a quedarse sin dosis suficientes en medio de la salvaje competencia internacional por hacerse con la primera vacuna contra el coronavirus que demostrara su eficacia. Luego, el miedo a que las vacunas no llegaran a los países. Que fueran pocas, que fuera tarde. Bien, las primeras dosis de la vacuna ya han llegado a Europa. El problema ahora es ponerlas. Y, una semana después de que comenzara la campaña general de vacunación en la Unión Europea, los países apenas están cumpliendo con las expectativas calculadas en los planes de vacunación.

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