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¿Y ahora? Johnson tendrá que convencer al núcleo euroescéptico en Westminster
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Ratificación del acuerdo del Brexit

¿Y ahora? Johnson tendrá que convencer al núcleo euroescéptico en Westminster

Cerrar el acuerdo no pone fin al drama, especialmente en el Reino Unido. Ahora toca ratificarlo. Y en Londres eso nunca ha sido tarea fácil

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson. (Reuters)
El primer ministro británico, Boris Johnson. (Reuters)

Cerrar el acuerdo del Brexit no pone fin al drama, especialmente en el Reino Unido. Ahora, después de unas jornadas agónicas durante las cuales los equipos negociadores de Londres y Bruselas han regateado cada coma del texto para llegar a un acuerdo este jueves, toca ratificarlo en las capitales. Y en Londres eso nunca ha sido tarea fácil. La que fuera primera ministra Theresa May sufrió hasta tres históricas derrotas en la Cámara de los Comunes cuando intentó, sin éxito, pasar a la legislación británica el pacto de divorcio que cerró en su día con Bruselas. La hija del vicario anglicano acabó devorada por la bestia.

Por su parte, Boris Johnson cuenta ahora con una aplastante mayoría cosechada en las generales de 2019. Todos los candidatos 'tories' firmaron un acuerdo en campaña por el que se comprometían a no interponerse en los planes del Brexit del Gobierno.

Foto: El primer ministro británico Johnson saluda a la prensa mientras la presidenta de la Comisión Europea entra en Downing Street. (Reuters)

Pero la rebelión podría venir ahora por parte de los 'brexiters'. Más de 30 parlamentarios del llamado Grupo de Investigación Europeo (ERG) —que agrupa alrededor de 70 miembros del núcleo duro euroescéptico— amenaza ahora con votar en contra del pacto comercial si, a su juicio, se considera que el premier ha realizado demasiadas concesiones.

Ante todo, recuperar "soberanía"

El 47% de las exportaciones británicas y el 52% de importantes proviene del mercado único, pero para los euroescépticos, por encima de todo está la soberanía. Y van a mirar ahora toda la letra pequeña relativa a la pesca, el asunto que se atragantó hasta el último momento en las arduas negociaciones. El sector pesquero apenas supone un 0,12% del PIB británico. Pero su importancia política es totémica, ya que la idea de “recuperar el control de las aguas” fue una de las principales promesas de la causa euroescéptica.

placeholder Jean-Claude Juncker y Nigel Farage en el Parlamento Europeo en una imagen de archivo. (Reuters)
Jean-Claude Juncker y Nigel Farage en el Parlamento Europeo en una imagen de archivo. (Reuters)

Con una mayoría absoluta de 80 diputados y el apoyo ya adelantado de la oposición laborista, Johnson no tendría que tener problemas ahora para sacar adelante su texto. Pero una gran rebelión pondría en evidencia que la cuestión europea jamás estará solucionada dentro de las filas 'tories'. La rebelión también mermaría todavía más la autoridad de un líder cuya gestión ante la pandemia es cada vez más criticada. La nueva variante del virus ha llevado a más de 50 países a imponer restricciones al Reino Unido, cuya economía se encuentra ya en recesión.

El ERG ha convocado a su equipo de abogados (los mismos que fueron tremendamente críticos en su día con May) para analizar ahora la letra pequeña con lupa. El presidente del grupo, Mark Francois, y el vicepresidente, David Jones, avanzaron que “lo examinará en detalle para asegurarse de que sus disposiciones protejan realmente la soberanía del Reino Unido”. En cualquier caso, según los medios locales, Johnson habría estado en las últimas horas en contacto con el grupo euroescépticos de rebeldes (al que el mismo perteneció) para asegurarse de que cuenta con su apoyo.

Foto: Un funcionario europeo carga con una bandera británica antes de una rueda de prensa. (Reuters)

El pacto, además de en el Parlamento Europeo, se tiene que votar en Westminster donde, según los medios, habrá sesión extraordinaria el 30 de diciembre. Los parlamentos de Escocia, Irlanda del Norte y Gales no necesitan ratificarlo. Pero el Brexit ha dado más impulso a los nacionalistas del SNP de Nicola Sturgeon, que lidera ahora todas los sondeos para elecciones parlamento de Edimburgo del próximo mayo con la promesa de un nuevo referéndum de secesión.

Normalmente, un tratado de este tipo solo puede ratificarse al menos 21 días en sesión (o laborables) después de su primera presentación al Parlamento. Pero, en circunstancias excepcionales como las actuales, el Ejecutivo tiene el poder de impulsar la ratificación en un solo día. Westminster cerró el pasado jueves por Navidad. Pero a sus señorías ya les avisó de que no se fueran demasiado lejos porque, en cualquier momento, podía haber una sesión extraordinaria. Y ese momento ha llegado.

Cerrar el acuerdo del Brexit no pone fin al drama, especialmente en el Reino Unido. Ahora, después de unas jornadas agónicas durante las cuales los equipos negociadores de Londres y Bruselas han regateado cada coma del texto para llegar a un acuerdo este jueves, toca ratificarlo en las capitales. Y en Londres eso nunca ha sido tarea fácil. La que fuera primera ministra Theresa May sufrió hasta tres históricas derrotas en la Cámara de los Comunes cuando intentó, sin éxito, pasar a la legislación británica el pacto de divorcio que cerró en su día con Bruselas. La hija del vicario anglicano acabó devorada por la bestia.

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