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Reino Unido se prepara para su 'semana negra' ante una nueva cepa "fuera de control"
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Reino Unido se prepara para su 'semana negra' ante una nueva cepa "fuera de control"

El número de pacientes hospitalizados con coronavirus está en su nivel más alto desde mediados de abril

Foto: Viandantes en las calles de Londres. (EFE)
Viandantes en las calles de Londres. (EFE)

El pasado miércoles, Boris Johnson acusó a Keir Starmer de ser el Grinch que quería robar la Navidad a los británicos. En la sesión semanal de control al Gobierno, el líder de la oposición laborista cuestionó si el primer ministro estaba “cometiendo otro gran error”, al permitir una relajación de las medidas del 23 al 27 de diciembre. “Me gustaría que tuviera el valor de decir lo que realmente quiere hacer, que es cancelar la Navidad”, respondió el líder tory con un tono irónico, casi ofendido incluso.

Pues bien, a los tres días, Johnson anunciaba desde Downing Street lo que había intentado evitar a toda costa. Al premier no le ha quedado otro remedio que cancelar la Navidad porque una nueva variante del coronavirus se está propagando un 70% más rápido, colapsando ya los hospitales de Inglaterra. Este domingo, las autoridades británicas han confirmado casi 36.000 nuevos contagios en las últimas 24 horas, un nuevo récord desde el inicio de la pandemia.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson. (Reuters)

Desde este domingo, 16,4 millones de personas de Londres y la gran parte de los distritos del sureste de Inglaterra entran en el nivel 4 de máximas restricciones. Quedan absolutamente prohibidas las celebraciones. En el resto de Inglaterra, solo se permitirán reuniones de tres núcleos familiares el 25 de diciembre. La nueva variante del virus —de la que ya se ha notificado a la Organización Mundial de la Salud— se descubrió en septiembre. Para noviembre, el 28% de los casos detectados en Londres presentaban ya esta mutación. Ahora, representan más del 60% de los casos.

Desde el Ministerio de Sanidad británico alertan ya de que la nueva cepa de coronavirus detectada en Inglaterra está “fuera de control” y por eso el Ejecutivo ha necesitado actuar “rápido y con decisión”, como ha explicado este sábado el ministro del ramo, Matt Hancock en referencia a las medidas adoptadas en Londres y el sureste del país.

Los casos se han “disparado” en los últimos días y que el país enfrenta un momento “muy difícil” de controlar “hasta que llegue la vacuna”

"Es una enfermedad mortal y debemos controlarla, lo cual es más difícil con esta nueva variante", ha afirmado Hancock en una entrevista con la cadena británica 'Sky News'. "Todo el mundo, en particular quienes viven en regiones designadas Nivel 4 deben comportarse como si tuvieran el virus. Esa es la única forma de poder recuperar el control", ha añadido. El ministro ha recordado que los casos se han “disparado” en los últimos días y que el país enfrenta un momento “muy difícil” de controlar “hasta que llegue el desembarco de la vacuna”.

Ante la situación en Reino Unido, vecinos europeos como Bélgica y Holanda han decidido durante la mañana de este domingo cerrar las conexiones aéreas con el país. Se han sumado a la medida Austria e Italia y, mientras Francia y Alemania lo evalúan, España ha pedido ya coordinación a la Unión Europea para un cierre coordinado, pero no descarta tomar la misma decisión, como ha indicado la ministra Arancha González Laya a través de su cuenta de Twitter.

Los hospitales están cancelando miles de operaciones no urgentes (como cadera y rodillas, entre otras) para liberar camas mientras luchan por hacer frente al aumento de las admisiones por covid-19. Algunos centros de Londres, Essex y Kent se están viendo ya obligados a desviar incluso ambulancias.

El número de pacientes hospitalizados con coronavirus está en su nivel más alto desde mediados de abril. El pasado viernes, había 18.771 en camas. Algunos hospitales en puntos críticos de virus están tratando hasta tres veces más pacientes con covid-19 que en el pico de la primera ola de marzo.

Los hospitales están cancelando miles de operaciones no urgentes (como cadera y rodillas, entre otras) para liberar camas

“Esperaba y rezaba para que no volviéramos a ver lo que vimos en abril, pero no solo hemos llegado a ese punto, sino que lo estamos superando”, explicaba un sanitario de Kent (una de las zonas más afectadas) a la prensa local. La capacidad máxima de camas en Inglaterra se alcanzará el 6 de enero si las admisiones por coronavirus continúan al ritmo actual. La llamada “semana negra” comenzará el 1 de enero.

De las 125 unidades de cuidados intensivos (UCI) que hay en Inglaterra, 13 se encontraban ya a más del 90% de ocupación en la semana que finalizó el 13 de diciembre. Según las últimas cifras oficiales, había 2.726 pacientes en los hospitales de Londres con covid-19 el pasado 18 de diciembre. La última vez que el número de pacientes con coronavirus superó este nivel fue el 27 de marzo, aunque los niveles de pacientes todavía están alrededor de la mitad del pico de 5.201 del 9 de abril.

Por su parte, los hospitales del NHS de Sandwell y West Birmingham, Calderdale y Huddersfield y Portsmouth, informaron del 100% de su capacidad todos los días de la semana que finalizó el 13 de diciembre.

Foto: Un avión aterriza en el aeropuerto de Heathrow en Londres (Reino Unido). (Reuters)

Las salas abarrotadas están comprometiendo la seguridad del paciente, ya que los datos analizados por 'The Sunday Times' sugieren que la cantidad de personas que contraen covid-19 mientras están en el hospital se ha disparado. Más del 23% de todas las nuevas infecciones hospitalarias por covid-19 en diciembre se detectaron al menos ocho días después de que un paciente ingresara en el hospital, lo que, según los estadísticos, significa que un paciente probablemente contrajo el virus en el hospital. Esto representa un aumento del 18% respecto noviembre.

Mayor propagación, pero no más letal

Si bien la nueva variante del virus se propaga con mayor velocidad, no hay pruebas, de momento, que demuestren que sea más letal o que pueda tener un impacto en la efectividad de las vacunas desarrolladas contra la covid-19, que ya se están suministrando en el país, si bien este extremo se está evaluando con urgencia para su confirmación. En el Reino Unido, 350.000 personas ya han recibido la vacuna de Pfizer.

Si bien la nueva variante del virus se propaga con mayor velocidad, no hay pruebas, de momento, que demuestren que sea más letal

Asimismo, según la prensa local, tan pronto como el 28 o el 29 de diciembre, las autoridades británicas podrían autorizar también la vacuna de Oxford, fabricada por AstraZeneca. A largo plazo, es probable que esta vacuna sea más fácil de implementar porque no necesita almacenarse a temperaturas tan bajas y es más barata.

Las nuevas medidas por Navidad se anunciaron el sábado a las 16 hora local. Y antes de que entraran en vigor a media noche del domingo, los ciudadanos acudieron en masa a las estaciones de tren para evitar el nuevo confinamiento. Anoche se vivieron escenas caóticas en las principales estaciones de Londres, incluidas King's Cross, St Pancras y Euston, donde las compañías de trenes comenzaron a instar a los pasajeros a retrasar o cancelar sus viajes a medida que los servicios alcanzaban la máxima capacidad de distanciamiento social.

La cancelación de las celebraciones navideñas se trata del enésimo cambio de opinión de Johnson en su más que criticada gestión ante la pandemia. Y, sin duda alguna, el más significativo. Por todo lo que la Navidad representa y porque la medida golpea directamente contra los principios del excéntrico político. Como defensor de las libertades civiles, al líder tory le costó sobremanera imponer el primer confinamiento el pasado mes de marzo. Pero pagó caro el error. Con más de 67.000 muertos, el Reino Unido es hoy uno de los países más castigados de Europa.

Foto: Imagen microscópica del coronavirus SARS-CoV-2. (NIH)

Asimismo, Johnson es consciente de que la medida mermará aún más su cuestionada popularidad tanto fuera como dentro de sus filas. A principios de diciembre, el premier ya sufrió la revuelta más importante desde que se mudó al Número 10 cuando Westminster tuvo que votar un paquete de medidas que no era ni mucho menos del calibre de las actuales. La Cámara de los Comunes está ya cerrada por Navidades, pero los rebeldes piden sesión extraordinaria para poder votar las nuevas restricciones que consideran atentan contra las libertades civiles y dañan aún más la economía de un país que ya está en recesión y este año acumulará un déficit histórico del 19% del PIB, el endeudamiento más importante en tiempos de paz.

Cambio de planes en Escocia y Gales

Downing Street solo tiene competencias sanitarias para Inglaterra. El resto de naciones que componen el Reino Unido tienen su propia gestión ante la crisis. Y también han decidido cambiar los planes. Las autoridades de Gales comunicaron que a partir de esta medianoche del domingo entra en vigor un nuevo confinamiento, con excepción del día 25 de diciembre.

Por su parte, en Escocia, la ministra principal, Nicola Sturgeon, anunció ayer que no estarán autorizados los viajes desde Escocia hacia otras naciones británicas y viceversa, mientras que el número de personas que podrán reunirse el día de Navidad estará limitado a ocho. En Irlanda del Norte, las autoridades de esta provincia también anunciaron medidas de confinamiento que entrarán en vigor a partir del 26 de diciembre y se prolongarán durante seis semanas.

El pasado miércoles, Boris Johnson acusó a Keir Starmer de ser el Grinch que quería robar la Navidad a los británicos. En la sesión semanal de control al Gobierno, el líder de la oposición laborista cuestionó si el primer ministro estaba “cometiendo otro gran error”, al permitir una relajación de las medidas del 23 al 27 de diciembre. “Me gustaría que tuviera el valor de decir lo que realmente quiere hacer, que es cancelar la Navidad”, respondió el líder tory con un tono irónico, casi ofendido incluso.

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