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El principio del fin para Johnson: los 'tories' del norte de Inglaterra le declaran la guerra
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The Northern Research Group

El principio del fin para Johnson: los 'tories' del norte de Inglaterra le declaran la guerra

Los diputados de distritos claves del norte de Inglaterra, el antiguo 'muro rojo' laborista, se han organizado para presionar al Gobierno central

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson (EFE)
El primer ministro británico, Boris Johnson (EFE)

Boris Johnson llegó a creerse que era (políticamente) inmortal. Y ciertamente tenía razones para ello. Ganó hasta en dos ocasiones la alcaldía de Londres cuando la capital siempre había sido una plaza imposible para los conservadores 'tories', apostó por la campaña euroescéptica cuando nadie otorgaba alguna posibilidad real al Brexit y, en sus primeras elecciones generales como candidato, llevó al Partido Conservador a una mayoría absoluta no vista desde los tiempos de Thatcher.

Esta última gran victoria fue precisamente posible porque los distritos claves del llamado "Muro Rojo" abandonaron al Partido Laborista, por primera vez desde la II Guerra Mundial, para dar su confianza a un excéntrico político que les aseguraba el divorcio definitivo con la UE. Los diputados 'tories' del norte de Inglaterra estaban llamados a ser el gran apoyo de esta legislatura. Pero se han convertido en la mayor amenaza para el inquilino de Downing Street, abriendo una auténtica guerra civil en la formación. Lo cierto es que, más allá del Brexit, da la sensación de que no hay nada que realmente una ahora al partido. El liderazgo se tambalea. Por primera vez en su carrera, Johnson se ha dado cuenta de que no es inmortal.

Foto: Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea. (Reuters)

La creación del llamado "The Northern Research Group" (NRG), cuya traducción sería “El Grupo de Investigación del Norte”, es de vital importancia para entender hasta qué punto el puesto de Johnson está realmente en peligro. Fuentes de la formación consultadas por El Confidencial aseguran que el 'premier' tiene demasiados frentes abiertos. “El próximo año va a ser realmente complicado para él. Con la pandemia, la amenaza independentista en Escocia [donde todo apunta que el SNP ganará los comicios de mayo, demandado un nuevo referéndum secesionista] y los rebeldes del norte hay mucha tensión. No se descarta que en un plazo de entre 12 y 18 meses pueda estar fuera. Él sabe mejor que nadie que los rebeldes pueden hacer la vida imposible al líder”, aseguran, en referencia a cuando el propio Johnson hizo la vida imposible dentro de las filas 'tories' a la entonces primera ministra Theresa May.

El NRG se ha convertido en un “partido aparte dentro del partido”, con su propia estrategia e intereses, muy distintos a los que tradicionalmente han tenido los conservadores. Los 'tories', al fin y al cabo, nunca se habían tenido que preocupar por la clase trabajadora del norte de Inglaterra, porque nunca habían tenido allí representación. Pero lo que quieren ahora los nuevos diputados es mantener sus escaños y evitar que, una vez materializada la salida del bloque, estos votantes les abandonen para apoyar de nuevo al laborismo.

placeholder El primer ministro en una visita a un hospital en Reading. (Reuters)
El primer ministro en una visita a un hospital en Reading. (Reuters)

Muy tocados por la pandemia

En este sentido, lo que demandan es que Johnson cumpla su promesa electoral del 'levelling up', una expresión que triunfó en la campaña de las generales de 2019 y que venía a plasmar la idea de equilibrar las cosas, es decir, terminar con las diferencias entre norte y sur y descentralizar de alguna manera el poder de la capital.

Con la pandemia, los diputados 'tories' del nuevo “Muro Azul” denuncian que la promesa ha quedado rota. Consideran que cuando Londres era el centro de las infecciones, se decretó un confinamiento a nivel nacional, pero ahora que los rebrotes más peligrosos se concentran en el norte, el Ejecutivo está apostando por cierres locales que asfixian a una economía ya bastante tocada.

Con al menos 55 miembros, el NRG tiene un respaldo más que suficiente para revocar la mayoría de la Cámara de los Comunes de Johnson. Y esto preocupa sobremanera en Downing Street porque, más allá de la pandemia, el 'levelling up' se ha convertido en una marca, un grito de guerra. Y el hecho de que nadie sepa realmente cómo debe materializarse este equilibrio entre norte y sur, convierte a los rebeldes y su marca en aún más poderosos.

Foto: Toque de queda en París, Francia. (EFE)

Para su particular batalla, el NRG se ha inspirado en el "European Research Group" (Grupo de Investigación Europeo), cuyos miembros -los 'tories' euroescépticos más radicales- hicieron completamente la vida imposible a Theresa May durante las arduas negociaciones del Brexit, forzando en última instancia su dimisión. Fueron ellos los que consiguieron que el Reino Unido saliera también del mercado único y la unión aduanera. Fueron ellos los que se encargaron de poner a Johnson en el Número 10 para garantizar el divorcio. Por lo tanto, el 'premier' sabe ahora todo lo que está en juego.

El pasado lunes por la noche, sin previo aviso, el NRG publicó una carta abierta a Johnson exigiendo una estrategia común ante las restricciones -ahora Inglaterra está dividida en tres niveles- y más ayudas. Para deleite de sus signatarios, la misiva protagonizó al día siguiente la portada de cuatro periódicos nacionales.

Cuando el ministro del Tesoro, Rishi Sunak, fue preguntado por la BBC sobre la situación, la respuesta no tuvo desperdicio: “Soy un diputado del norte. Represento a un distrito electoral en North Yorkshire, al sur de Teesside, y también soy un 'Chancellor' del norte”. En definitiva, el hombre que todo el mundo dice podría suceder a Johnson como primer ministro dejaba claro que él es un 'tory' del norte. Quien quiera leer entre líneas que lo haga.

Entre los firmantes de la polémica carta estaban Esther McVey, exministra de Trabajo; David Davis, el que fuera ministro del Brexit; y David Mundell, exministro escocés. En definitiva, se trata de pesos pesados que saben cómo organizarse y apuntar donde más duele al Gobierno. Pero, por encima de todos, destaca el cabecilla del grupo, Jake Berry, un hombre que tiene una cuenta pendiente que saldar con el primer ministro.

El diputado del distrito Rossendale & Darwen ayudó a asegurar la elección de Johnson como líder de la formación en las primarias y posteriormente se convirtió en el creador del eslogan 'levelling up' que garantizó el apoyo en los distritos del norte, claves para lograr la mayoría absoluta. Berry, sin duda alguna, esperaba ser recompensado con un puesto importante en el Gabinete. Sin embargo, fue expulsado en la primera restructuración de febrero del año pasado. Y no hay nada peor en política que el deseo de venganza. Según cuentan en los corrillos de Westminster, Berry está “realmente molesto” con el 'premier' y esto va a suponer un problema porque “la tensión entre norte y sur va estar ahí por mucho tiempo”.

Boris Johnson llegó a creerse que era (políticamente) inmortal. Y ciertamente tenía razones para ello. Ganó hasta en dos ocasiones la alcaldía de Londres cuando la capital siempre había sido una plaza imposible para los conservadores 'tories', apostó por la campaña euroescéptica cuando nadie otorgaba alguna posibilidad real al Brexit y, en sus primeras elecciones generales como candidato, llevó al Partido Conservador a una mayoría absoluta no vista desde los tiempos de Thatcher.

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