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Toque de queda, la "última bala" contra el confinamiento que se extiende por Europa
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Toque de queda, la "última bala" contra el confinamiento que se extiende por Europa

Ante el creciente número de casos de covid-19 en toda Europa, los gobiernos están aplicando medidas como el "toque de queda", que cada vez se extiende a más países

Foto: Toque de queda en París, Francia. (EFE)
Toque de queda en París, Francia. (EFE)

Primero son las mascarillas. Luego, limitar el horario y aforo de los bares y cerrar las discotecas. Después, prohibir las reuniones públicas y privadas de más de un puñado de personas. Ante el continuo aumento de casos de coronavirus en el continente europeo, los Gobiernos proponen nuevas medidas desesperadas antes de tener que recurrir a un segundo confinamiento, que podría ser devastador para las economías. La última de ellas es imponer un toque de queda, normalmente de noche, en las principales ciudades. Una medida controvertida que está empezando a extenderse por Europa pero de la que no queda claro su eficacia contra el virus, más allá de limitar las interacciones sociales en el exterior una vez se ha puesto el sol.

Este martes, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha afirmado que el Gobierno madrileño está estudiando pedir a la Moncloa que decrete un toque de queda sobre la comunidad, donde la incidencia acumulada del virus es de 439.33 casos por 100.000 habitantes a 14 días. La medida también está sonando para aplicar en Cataluña. Ha sido el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien ha aceptado estudiar encaje legal dicha restricción, aunque avisa que es probable que se necesite el estado de alarma para hacerla efectiva.

Si se impusiera se trataría de la tercera gran capital europea que aplica esta restricción de movimiento por horas: desde el pasado sábado, varias metrópolis y ciudades francesas, de París a Toulouse, Grenoble, Marsella, Lille, Ruan o Lyon, han aplicado un toque de queda de 21:00 de la tarde a 06:00 de la madrugada.

Foto: Una calle de Bilbao, el pasado 14 de octubre. (EFE)

"La intención [del toque de queda] es reducir los contactos privados, que son los contactos más peligrosos", declaró el presidente francés Emmanuel Macron cuando anunció la medida. Violar el toque de queda nocturno implicará una multa de 135 euros la primera vez, y hasta 1.500 euros si se repite la infracción. El toque de queda afectará a cerca de 20 millones de franceses y se prolongará al menos durante un mes.

Apenas un día después, Bélgica seguía sus pasos y anunciaba un toque de queda a partir de este lunes que prohíbe estar en la calle entre la medianoche y las cinco de la mañana en Bruselas. Otras dos regiones del país, Luxemburgo y el Brabante valón (provincias de Valonia) ya habían aplicado el toque de queda hace días. Este mismo lunes, las autoridades italianas han dado luz verde a imponer un toque de queda en la región de Lombardía, donde están volviendo a crecer las hospitalizaciones por covid-19. Italia, que parecía esquivar hasta ahora con números muy bajos esta segunda ola, registró el domingo un récord de nuevos contagios. El toque de queda lombardo será de 23:00 de la noche a 05:00 de la madrugada a partir del jueves, y los centros comerciales tendrán que cerrar durante los fines de semana. Una medida similar se impondrá en la región de Campania, y el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, estaría estudiando aplicar el toque de queda en todo el país, según adelanta la prensa italiana.

Berlín aplicó una suerte de "toque de queda a los negocios", obligándolos a cerrar de 23:00 de la noche a las 6:00. Se trataba del primer "toque de queda" a la vida nocturna en 70 años aplicado en Alemania. Sin embargo, una corte administrativa tumbó la medida poco después por "desproporcionada en vista de las otras medidas tomadas [por el Gobierno alemán] para luchar contra la pandemia". El Gobierno alemán ha anunciado que está buscando otras opciones para contener la creciente curva de contagios a la que también se está enfrentando.

Cierre total de bares y restaurantes

Tanto en Bélgica como en Francia ya se había ordenado el cierre de bares y restaurantes en determinadas regiones, por lo que el toque de queda es una suerte de "última bala" antes de medidas más restrictivas y que se resisten a aplicar, como el cierre de escuelas o un segundo confinamiento.

placeholder Mapa de incidencia de nuevos contagios por regiones en Europa (ECDC)
Mapa de incidencia de nuevos contagios por regiones en Europa (ECDC)

Más allá del toque de queda, prácticamente todos los países europeos están imponiendo nuevas restricciones. Varias regiones en Reino Unido han regresado ya a una suerte de confinamiento más limitado que el de primavera, mientras que Irlanda ha anunciado esta semana que regresa al mayor nivel de restricciones contra el coronavirus, similar al confinamiento aplicado en marzo.

Aunque la segunda oleada del virus llegó primero a España, que durante casi un mes se mantuvo en cabeza de las cifras de nuevos contagios por habitante, el coronavirus ha vuelto a extenderse por toda Europa, con fuertes subidas en Europa central y del este, Reino Unido, Francia e incluso Alemania. "Alrededor del 80% de las regiones europeas están viendo un crecimiento [de los contagios]", ha declarado recientemente Maria Van Kerkhove, directora técnica para la pandemia de coronavirus de la Organización Mundial de la Salud. "Estamos viendo una situación muy preocupante en toda Europa".

Primero son las mascarillas. Luego, limitar el horario y aforo de los bares y cerrar las discotecas. Después, prohibir las reuniones públicas y privadas de más de un puñado de personas. Ante el continuo aumento de casos de coronavirus en el continente europeo, los Gobiernos proponen nuevas medidas desesperadas antes de tener que recurrir a un segundo confinamiento, que podría ser devastador para las economías. La última de ellas es imponer un toque de queda, normalmente de noche, en las principales ciudades. Una medida controvertida que está empezando a extenderse por Europa pero de la que no queda claro su eficacia contra el virus, más allá de limitar las interacciones sociales en el exterior una vez se ha puesto el sol.

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