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La pandemia enfrenta a Johnson al 'muro rojo', el electorado al que más debía mimar
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UN NUEVO SEMÁFORO EPIDEMIOLÓGICO

La pandemia enfrenta a Johnson al 'muro rojo', el electorado al que más debía mimar

En el Reino Unido ya hay más hospitalizados con Covid-19 que los que había antes de que se decretara el confinamiento nacional a finales del pasado mes de marzo

Foto: Boris Johnson. (Reuters)
Boris Johnson. (Reuters)

Salud y economía siempre han formado un matrimonio complejo en tiempos de pandemia. Al inicio del brote, el efecto sorpresa provocado por la amenaza hizo que ambas partes trabajaran para que la relación funcionara. Pero, tras más de seis meses de convivencia con el covid-19, la rutina va haciendo mella. Con la segunda ola, en el matrimonio se ha metido de por medio un peligroso amante: la estrategia electoral. Y a tres bandas, la convivencia está siendo extremadamente difícil.

En este contexto, el hecho de que el norte de Inglaterra sea ahora la zona con más rebrotes del Reino Unido plantea una cuestión sumamente delicada para Boris Johnson. El apoyo del llamado 'muro rojo' fue precisamente lo que le garantizó la mayoría absoluta en las elecciones de diciembre de 2019. El Brexit fue la razón por la que varios distritos abandonaron a los laboristas por los 'tories' por primera vez desde la II Guerra Mundial.

Se suponía que era el electorado al que más debía mimar. Sin embargo, el covid-19 obliga a poner a estos vecinos las restricciones más duras. Y alcaldes, tanto laboristas como conservadores, así como diputados 'tories' con miedo a perder su escaño, acusan ahora al “premier” de imponer medidas “opresivas” que ahogan aún más las finanzas. Con un país ya en recesión ninguna autoridad local quiere que le cierren los pubs.

Foto: Boris Johnson y Donald Trump. (Reuters)

La polémica está servida. Pero, mientras que los políticos se enzarzan en el barro, el virus sigue su avance. Tal y como ha advertido el director médico del sistema nacional de salud (NHS), Stephen Powis, en el Reino Unido ya hay más hospitalizados con covid-19 que los que había antes de que se decretara el confinamiento nacional a finales del pasado mes de marzo.

Según los últimos datos oficiales, hay 3.837 ingresos, de los cuales 442 requieren camas dotadas con equipos de respiración asistida. En las 24 horas previas al lunes, se detectaron 13.972 nuevos contagios y 50 muertes, lo que eleva el total de decesos a 42.875, la cifra más alta de Europa. Tras las críticas cosechadas por su gestión ante la crisis, en las que ha sufrido recientemente bochornosos episodios por no saber explicar las diferentes restricciones, Johnson ha establecido finalmente este lunes una escala de tres niveles de alerta (medio, alta y muy alto) para armonizar las medidas.

Tiendas y colegios, abiertos

En una esperada intervención en la Cámara de los Comunes, anunció que el área metropolitana de Liverpool (norte de Inglaterra), donde viven cerca de 1,5 millones de personas, será la primera en situarse en el máximo grado de riesgo.

En este sentido, a partir del miércoles, cerrarán sus puertas los pubs, bares, gimnasios, casas de apuestas y casinos. Asimismo, estarán prohibidas las reuniones en sitios cerrados de distintos núcleos familiares. Pero tiendas, restaurantes, colegios y universidades permanecerán abiertas. Por otra parte, se recomendará no entrar o salir de la zona, si bien no se perseguirá ni se castigará a quienes lo hagan.

Las restricciones se revisarán dentro de un mes y podrían durar hasta abril. Con todo, Chris Whitty, asesor médico del Gobierno, ya ha advertido que “no es suficiente” y ha pedido a los ayuntamientos tomar medidas extras de manera voluntaria para lidiar con una situación “complicada”.

A lo largo de todo el fin de semana, el Gobierno central había mantenido intensas reuniones con el alcalde laborista Joe Anderson, para valorar la situación de la ciudad, donde los contagios superan ya los 600 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, queda todavía cerrar pactos con otros municipios del norte de Inglaterra, donde las autoridades locales -tanto conservadoras como laboristas- amenazan con emprender medidas legales contra Downing Street si no se mejoran las ayudas económicas.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson. (EFE)

“No es así como queremos vivir nuestras vidas, pero este es el camino estrecho que tenemos que recorrer entre el trauma social y económico de un confinamiento total y el enorme costo humano y, de hecho, económico de una epidemia incontenible”, recalcó Johnson durante su intervención en los Comunes, donde avanzó que incrementará el respaldo económico a las empresas que se vean obligadas a suspender su actividad, así como la financiación para los municipios afectados. “Entiendo lo duro que esto, pero no podemos dejar que el NHS se venga abajo en un momento en el que hay vidas en juego”, declaró el “premier”, quien ofreció al mismo tiempo mayor “apoyo” para reforzar los sistemas de rastreo de contagios y la ayuda de las Fuerzas Armadas para aquellas autoridades locales que lo soliciten.

Desde el inicio de la pandemia, el líder laborista Keir Starmer había mantenido una oposición constructiva respaldando los planes del Gobierno. Sin embargo, cediendo a presiones internas, este lunes endureció el tono y acusó a Johnson de haber perdido el control del virus.

“Tengo que decirle al primer ministro que en estos momentos soy profundamente escéptico sobre la posibilidad de que el Gobierno tenga un plan que permita controlar el virus, proteger los puestos de trabajo y mantener la confianza de los ciudadanos”, declaró.

Entiendo lo duro que esto, pero no podemos dejar que el NHS se venga abajo en un momento en el que hay vidas en juego

El nuevo semáforo epidemiológico cuenta con tres grados de alerta: “medio”, en regiones con menos de 100 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes; “alto”, cuando se supere ese umbral, y “muy alto” si las medidas del segundo escalón no han servido para frenar el virus y el sistema sanitario corre riesgo de saturación. El primer nivel, que cubrirá en un primer momento a gran parte de Inglaterra, incluido Londres, obliga a cerrar los locales de hostelería a las diez de la noche y prohíbe reuniones sociales de más de seis personas, mientras que el segundo veta además cualquier encuentro entre distintos núcleos familiares en sitios cerrados.

La hoja de ruta del Ejecutivo no se aplicará directamente en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, con competencias propias para gestionar la pandemia, si bien Johnson subrayó que continúa en contacto cercano con los gobiernos autónomos para coordinar la crisis.

placeholder Policía en Reino Unido. (EFE)
Policía en Reino Unido. (EFE)

En los últimos días, la prensa local se había centrado en las divisiones en el Gabinete generadas por la gestión de la pandemia. Por lo tanto, en una cuidada coreografía, a fin de acallar rumores, tras su comparecencia en los Comunes, el “premier” celebró una rueda de prensa en Downing Street arropado por el responsable del Tesoro, Rishi Sunak, quien ya empieza a sonar en las apuestas como próximo líder del Partido Conservador.

El Chancellor ampliará la cobertura de su plan de retención de empleo para las empresas que se vean obligadas a cerrar por estas medidas y pagará dos tercios del salario de los trabajadores que no puedan continuar desarrollando su labor.

También incrementará las ayudas directas disponibles para esas firmas, desde 1.500 libras cada tres semanas (1.660 euros) hasta 3.000 libras al mes (3.320 euros). Aumentará asimismo en 1.000 millones de libras (1,1 millones de euros) el fondo para otorgar financiación adicional a ayuntamientos ingleses, que hasta ahora ascendía a 3.600 millones de libras (3.980 millones de euros).

Salud y economía siempre han formado un matrimonio complejo en tiempos de pandemia. Al inicio del brote, el efecto sorpresa provocado por la amenaza hizo que ambas partes trabajaran para que la relación funcionara. Pero, tras más de seis meses de convivencia con el covid-19, la rutina va haciendo mella. Con la segunda ola, en el matrimonio se ha metido de por medio un peligroso amante: la estrategia electoral. Y a tres bandas, la convivencia está siendo extremadamente difícil.

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