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"El confinamiento me ha despertado": así infecta Europa la palabra del 'profeta Q.'
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"El confinamiento me ha despertado": así infecta Europa la palabra del 'profeta Q.'

La peligrosa secta QAnon, que cree que Trump es su profeta, prospera en el panorama conspiranoico europeo alimentada por los confinamientos. En EEUU, ya son considerados amenaza terrorista

Foto: Meme de QAnon.
Meme de QAnon.
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“Acabemos con el tráfico de menores”. “Dejemos de proteger a los pedófilos”. “Nuestros niños no están seguros”. Los mensajes pertenecen a las pancartas de las protestas que desde hace meses se suceden en diferentes ciudades del Reino Unido. En Londres, recientemente, los manifestantes se dieron cita frente al Palacio de Buckingham, donde el príncipe Andrés, el que dicen es el hijo favorito de Isabel II, ha sido apartado de la agenda oficial tras verse salpicado por el escándalo de su amigo Jeffrey Epstein. El empresario estadounidense se suicidó el año pasado en su celda durante el juicio en el que le acusaban de explotar sexualmente a menores. “Los Royals se comen a los niños”, rezaba otro cartel en esa manifestación frente al cuartel general de la monarquía británica.

Detrás de las protestas se encuentra el movimiento 'Freedom For The Children Uk' (Libertad para los niños en Reino Unido). A simple vista, todo indica que es un grupo que denuncia la explotación infantil. Pero, en realidad, se trata de la rama británica de QAnon, la secta que, a través de los mensajes de su profeta Q. considera a Donald Trump el nuevo salvador del mundo. ¿Y de quién lo va a salvar? De unas "élites", dirigidas por los Clinton, Obama o Tom Hanks, que mueven los hilos del mundo, manipulan la pandemia y, en su tiempo libre, se dedican a violar a niños y a beberse su sangre.

Foto: Un simpatizante de QAnon en una manifestación en Brooklyn. (Reuters)

No se trata de una teoría más de la conspiración. En Estados Unidos, el FBI considera que los extremistas impulsados por QAnon representan una amenaza de terrorismo interno. El problema es que el movimiento -que se ha relacionado con varios delitos violentos, incluidos dos asesinatos- se ha extendido ya por Europa, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Su actividad se intensifica a medida que se acercan las presidenciales de noviembre en el país norteamericano. En el caso de España, han organizado ya al menos una protesta en Ibiza el pasado 22 de agosto.

Autoayuda y batidos

Pero es en el Reino Unido donde el movimiento está consiguiendo reunir cada vez más adeptos, gracias a la conlfuencia con otros grupos conspiranoicos, negacionistas del covid, anti 5G y anti vacunas. La impulsora de 'Freedom For The Children Uk' es la británica Laura Ward, una consultora de marketing de 36 años que hasta unos meses se dedicaba a vender batidos y cursos de autoayuda en redes sociales.

Pero durante el confinamiento, Ward descubrió a QAnon y experimentó lo que ella describe como un “despertar espiritual”. El 1 de junio retuiteó una publicación de la cuenta de Donald Trump con el siguiente mensaje: “Él conoce la verdadera guerra que está ocurriendo en este planeta”. Un mes después creaba desde su casa en Swansea (Gales) un grupo de Facebook que ya supera los 12.000 miembros y desde donde moviliza a sus seguidores.

Ward insiste en que su organización no está vinculado a QAnon, sino que se centra únicamente en concienciar sobre el tráfico de menores. “Cualquiera es bienvenido en nuestro grupo, siempre que esté allí para alzar la voz. Tenemos miembros que son QAnon y otros que no lo son. Tenemos miembros heterosexuales y miembros homosexuales. No somos un movimiento QAnon, somos un movimiento por la libertad de los niños”, manifestaba recientemente en The Times. El Confidencial ha intentado por varias vías ponerse en contacto con Ward de manera infructuosa. Su presencia en los medios es apenas inexistente. Sin embargo, es fácil encontrar entrevistas concedidas a simpatizantes QAnon que tienen su propio canal de YouTube.

Uno de ellos es Dr. Charlie Ward, un adinerado empresario con sede en Dubai, Marbella y Singapur, que se presenta como “esposo, padre y abuelo que intenta establecer la verdad”. Su canal cuenta con 173.000 suscriptores y al inicio de cada uno de sus vídeos, su hijo Justine da las indicaciones sobre cómo uno puede recibir las notificaciones del “show” y “recuerda” que “Jesús nos quiere”. Al inicio de la entrevista, Laura y Charlie dejan claro que, pese al apellido, no guardan parentesco alguno. Y la larga conversación transcurre de la siguiente manera:

Charlie: El clásico ejemplo de cómo los pedófilos están protegidos por la élite y los medios lo encontramos con la BBC y [Jimmy] Savile. Yo creo que la propia BBC es la base de los pedófilos en Reino Unido.

Laura: La gente debe preguntarse por qué Savile era tan amigo de la familia real. Por qué los pedófilos están tan protegidos por las instituciones. Todos están conectados.

Charlie: Gracias que Trump está liderando esta batalla (…) Nos encontramos en una tercera Guerra Mundial, donde luchan el bien y el diablo. Ahora mismo todo está controlado por el diablo. Seguramente en esta guerra no acabaremos con el mal. Pero conseguiremos restaurar el control del bien.

El Confidencial contactó con el Dr. Charlie Ward, pero no obtuvo respuesta.

El confinamiento me ha despertado

Ese mensaje de “estamos en una tercera guerra mundial” fue una de las consignas coreadas por algunos de los manifestantes que acudieron el pasado 19 de septiembre a una protesta organizada en Londres por 'Freedom For The Children Uk'.

“Hay una fuerza satánica en el universo. El enemigo está tramando algo contra nosotros”, señala Lucy Davis, de 41 años. No se considera seguidora de QAnon sino una “buscadora de la verdad”.

Por su parte, Paul Helsdown, de 50 años, un electricista de Orpington, Kent, apunta: “amigos míos han estado hablando del nuevo orden mundial durante años, pero yo estaba dormido. Es el confinamiento lo que me ha despertado. Hay miles de niños secuestrados en túneles. Muchos de ellos están debajo de Londres. Tenemos que agradecerle a Trump por todo lo que está saliendo”.

Las teorías de la conspiración florecen en tiempos de paranoia, incertidumbre y miedo. Y durante el confinamiento del coronavirus no han podido encontrar mejor caldo de cultivo más ganar más fieles. Los investigadores de la Universidad de Oxford publicaron el pasado mes de julio un estudio al respecto donde se mostraban “sorprendidos” al descubrir que este tipo de creencias están mucho más extendidas de lo que se puede imaginar.

Foto: Un hombre disfrazado con el símbolo Iluminati. (Reuters)

A pesar de que cada movimiento defiende su propia causa, la colaboración entre ellos es cada vez más evidente, lo que ha ayudado a la visibilidad de 'Freedom For The Children Uk'. La protesta que organizaron, por ejemplo, el pasado mes de agosto en Manchester fue apoyada por 'Stand Up X' (SUX), un grupo anti-5G que, desde su creación en mayo, ha organizado docenas de pequeños eventos anti-confinamiento bajo la premisa de que el “5G es necesario para la infraestructura de seguimiento de vigilancia 24/7 que nos quieren implantar con las vacunas a través de microchips”.

En alguno de los actos de la rama británica de QAnon ha participado incluso David Icke, el famoso teórico de la conspiración y antisemita británico, al que Facebook le cerró finalmente en mayo una página que contaban con alrededor de 800.000 seguidores. Durante mucho tiempo, Icke ha promovido la teoría de que unas élites sobrenaturales con poder global trafican y abusan de niños en siniestros ritos secretos. La creencia también ha sido extendida en Reino Unido gracias a Kate Shemirani, una prominente activista anti vacunas.

SUX ha logrado en los último meses captar cierta atención de la prensa. Sobre todo desde que en la protesta del pasado 16 de mayo en Hyde Park, Piers Corbyn, hermano del que fuera líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn, fuera arrestado junto con otras 19 personas.

Confío en el plan al 100%

El analista David Lawrence, de 'Hope not hate' (Esperanza, no odio) -una campaña fundada en 2004 como antídoto a las políticas del odio- asegura que si bien estos grupos siguen siendo pequeños y anhelan la atención de los medios, “las ideas que promueven son extremas y su falta de estructura significa que son vulnerables a la explotación por parte de la extrema derecha”. En las manifestaciones, por ejemplo, se ha podido ver a figuras como Jeff Wyatt, ex candidato de la formación anti inmigración UKIP y ex líder adjunto del grupo de extrema derecha anti-musulmán 'For Britain', quien fue arrestado junto a Corbyn.

Por otra parte, las teorías de QAnon también están influyendo en otros grupos que ya existían previos a la pandemia, como 'Justicia para todos'. En una marcha organizada este verano en Nottingham (norte Inglaterra), el cabecilla, Dean Cumberpatch, explicó que era “muy consciente de los rituales satánicos”. El ex militar, afirma tener contacto con “un general de Q”. “Estamos cambiando la oscuridad a la luz, escoria malvada”, manifestó durante la protesta a la que acudieron un centenar de personas.

En Reino Unido, 'Freedom For The Children Uk' está evitando logos esotérico estilo QAnon. En su lugar, se ha apropiado de lemas de ONG legítimas como “Save the Children”, con el objetivo de lograr un público más amplio. La fórmula funciona. Hay miembros enrolados en estos grupos que no conocen el trasfondo de la secta y algunos medios locales en ocasiones se hacen eco de las manifestaciones sin percatarse del mensaje real que hay detrás.

El grupo de Facebook, que es el eje central de la actividad, asegura que el objetivo principal es “crear conciencia sobre la explotación infantil y la trata de personas”. Sin embargo, los seguidores publican con frecuencia informaciones de QAnon y referencias a 'Pizzagate', una teoría precursora de QAnon sin fundamento que lleva años alegando la existencia de una red de pedófilos dentro del Partido Demócrata.

Foto: Protestas en Estados Unidos.

En las conversaciones del grupo, uno de los simpatizantes pide que no se mencione a QAnon durante las manifestaciones porque “se politiza la causa y nos hace perder valor”. “Yo apoyo a Q. Confió en el plan 100%, pero pensad en esto por un segundo. Están intentando desacreditarnos”, señala. “Seguid a Q. Confiad en Q. Pero hacerlo de manera separada a esto! Si no utilizamos a Q. en nuestras marchas, no podrán decir de qué se trata. Conocemos nuestro objetivo, pero tenemos que hacerlo como #SaveOurChildren (Salvar a nuestros niños) y nada más porque de otra forma lo utilizarán contra nosotros y destruirán todo lo que estamos haciendo”, concluye.

“Acabemos con el tráfico de menores”. “Dejemos de proteger a los pedófilos”. “Nuestros niños no están seguros”. Los mensajes pertenecen a las pancartas de las protestas que desde hace meses se suceden en diferentes ciudades del Reino Unido. En Londres, recientemente, los manifestantes se dieron cita frente al Palacio de Buckingham, donde el príncipe Andrés, el que dicen es el hijo favorito de Isabel II, ha sido apartado de la agenda oficial tras verse salpicado por el escándalo de su amigo Jeffrey Epstein. El empresario estadounidense se suicidó el año pasado en su celda durante el juicio en el que le acusaban de explotar sexualmente a menores. “Los Royals se comen a los niños”, rezaba otro cartel en esa manifestación frente al cuartel general de la monarquía británica.

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