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España propone representar a Gibraltar en la Unión Europea para el escenario pos-Brexit
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NEGOCIACIONES EN RIESGO CON LONDRES

España propone representar a Gibraltar en la Unión Europea para el escenario pos-Brexit

España ha transitado de la idea de la soberanía compartida hacia la “responsabilidad compartida” sobre Gibraltar, pero con el temor a que no haya acuerdo entre el Reino Unido y la UE a nivel global

Foto: Vista de Gibraltar desde La Línea. (Reuters)
Vista de Gibraltar desde La Línea. (Reuters)

No son días fáciles para la seguridad jurídica. Tampoco para los miles de ciudadanos que cruzan cada día la frontera que divide La Línea de la Concepción de Gibraltar. Cuando las grandes negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea estornudan, como lo están haciendo ahora mismo, las conversaciones sobre el Peñón entre Madrid y Londres se resfrían.

Según han explicado fuentes consultadas por El Confidencial, España tiene un objetivo principal en esas negociaciones: convencer al Reino Unido y Gibraltar de una fórmula, la responsabilidad compartida, por la que Madrid pasaría a ser una especie de enlace del Peñón con la Unión Europea, representando a la Roca en Bruselas para defender sus intereses en todos los programas en los que pudiera participar. Londres mantiene la soberanía, pero la responsabilidad sería compartida.

Pero si esas negociaciones y estos objetivos ya son difíciles, las cosas se han complicado en las últimas horas. El pasado martes, el Gobierno británico admitió en la Cámara de los Comunes que propondría una legislación que rompe la ley internacional de una manera “muy específica y limitada”. En concreto, esta nueva normativa, que ya ha sido publicada, anula partes del Protocolo de Irlanda del Norte incluido en el acuerdo del Brexit con el que se busca evitar la reaparición de una frontera entre el Ulster y la República de Irlanda. La afirmación ha hecho temblar los cimientos de las negociaciones que Bruselas y Londres mantienen para intentar poner en marcha un acuerdo comercial para el próximo 1 de enero de 2021.

Foto: (Reuters)

Si esas negociaciones no llegan a buen puerto, entonces España tendrá muy difícil lograr un acuerdo sobre Gibraltar, que aunque se negocia de forma bilateral entre Madrid y Londres tiene que ser después enviado a la Comisión Europea y aprobado por todos los Estados miembros. Un ambiente previo a un no acuerdo a nivel global entre el Reino Unido y la Unión Europea haría eso muy complicado.

Se celebró una primera ronda de negociaciones en junio en Málaga, pero las conversaciones están en este momento congeladas a la espera de que el Reino Unido mueva ficha: exactamente igual que a nivel global. Ahora, con los últimos acontecimientos en Londres, saltan las alarmas. Si no hay acuerdo, España tendrá que poner en marcha una serie de medidas de contingencia, sobre las que Gibraltar por su parte ya está trabajando, según anunció su Ejecutivo en agosto.

placeholder Frontera entre España y Gibraltar. (EFE)
Frontera entre España y Gibraltar. (EFE)

Objetivos españoles

Gibraltar quiere, en la medida de lo posible, mantener el 'statu quo'. Eso lo demuestra el hecho de que el 96% de los gibraltareños votara en contra del Brexit en el referéndum de 2016. Y esa operación, la de mantener la normalidad, no será sencilla cuando el Reino Unido abandone el bloque comunitario.

Por ejemplo, si el Peñón quiere mantener la libertad de movimiento, entonces España considera que es necesario que participe en Schengen. Es un asunto políticamente sensible para Londres, porque significaría tener que aplicar el código tanto en el puerto como en el aeropuerto de Gibraltar. Son pasos que no serían fáciles de dar para el Ejecutivo británico, y el Gobierno español es consciente de ello.

Foto: Gibraltar. (Michal Mrozek, Unsplash) Opinión

Y es que, en cierto modo, este punto está conectado con uno de los tres principales objetivos de España en la negociación, según explica la fuente: lograr una “responsabilidad compartida” sobre el Peñón. La participación gibraltareña en algunos programas europeos y en Schengen tendría que ir vinculada, en opinión del Gobierno, al hecho de que España fuera su representante ante la Unión Europea. Mientras el Reino Unido sigue teniendo una responsabilidad soberana sobre Gibraltar, España asumiría una responsabilidad de representación de la Roca en lo que a las políticas comunitarias en las que participe se refiere.

Esto no significa que España renuncie a lo que considera sus reivindicaciones históricas. Pero sí que cumple con un objetivo que el Gobierno se había marcado desde hacía mucho tiempo: no iba a desbarajustar las negociaciones incluyendo el asunto de la soberanía compartida.

El Ejecutivo asumió las negociaciones desde el principio con una perspectiva más práctica: con la entrada de España en la Comunidad Europea, Londres aprovechó para arrancar concesiones a Madrid, y eso desequilibró la balanza en el Campo de Gibraltar. Ahora que la operación es la inversa, la idea del Gobierno era reequilibrar la situación, reajustar las cosas, y aprovechar las negociaciones para avanzar hacia una solución, pero sin incluir el asunto de la soberanía, un punto explosivo que sería tóxico para las conversaciones, como explicó una fuente diplomática al inicio de las conversaciones.

placeholder El Peñón de Gibraltar, desde San Roque. (Reuters)
El Peñón de Gibraltar, desde San Roque. (Reuters)

El segundo de los tres objetivos de España es lograr una mayor integración e implicación de Gibraltar en la región, una reivindicación de largo recorrido de ciudades como La Línea de la Concepción, que sienten que la relación ha sido demasiado asimétrica. Es lo que el Gobierno califica como “prosperidad compartida”. Por último, España tiene interés en una cooperación en materia de seguridad y defensa.

Estos tres objetivos negociadores de España quedan ahora pendientes de lo que está ocurriendo entre Londres y Bruselas, en un momento muy delicado para las conversaciones. Con el Reino Unido amenazando con volar una parte del acuerdo del Brexit, en la capital comunitaria han subido las apuestas por una salida sin pactar. Por lo pronto, las capitales deberán esperar a que Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea, regrese de Londres, donde se está celebrando una ronda de conversaciones, y explique a los embajadores permanentes ante la Unión cómo de seria es la situación.

No son días fáciles para la seguridad jurídica. Tampoco para los miles de ciudadanos que cruzan cada día la frontera que divide La Línea de la Concepción de Gibraltar. Cuando las grandes negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea estornudan, como lo están haciendo ahora mismo, las conversaciones sobre el Peñón entre Madrid y Londres se resfrían.

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