"No podemos ni abrir las ventanas": el órdago de las escuelas que pone en evidencia a Berlín
La potencia europea avanza con 16 conceptos distintos para retomar las clases, uno por cada estado. Berlín, mientras tanto, se lo toma bastante a la ligera
Ventilar los espacios cerrados es una regla básica para frenar la propagación del virus, ¿pero cómo hacerlo si las ventanas han perdido las manillas? ¿O si otras están incluso clausuradas debido al pésimo estado en que se encuentran? Es algo que puede sonar extraño hablando de Alemania, pero estos son algunos de los problemas que enfrentan muchas escuelas en la mayor economía europea. Así lo aseguran al menos los directores de escuela de Renania del Norte-Westfalia, el "Land" más poblado del país, en un órdago lanzado unos diez días después de la vuelta al cole en ese estado. Y el grito de guerra ha puesto en duda la estrategia para retomar las clases en medio de la pandemia.
En una carta abierta dirigida al jefe de Gobierno regional y aspirante a suceder a Angela Merkel como canciller, el conservador Armin Laschet, la Asociación de Directores de Escuela del estado acusó hace unos días a las autoridades de "irresponsables" por imponer condiciones "casi imposibles de cumplir" para la reapertura. Las reglas prevén la limpieza y ventilación constante de los salones de clase, el distanciamiento social en pasillos y patios, y el uso de mascarillas por momentos también dentro del aula, excepto para niños hasta el cuarto curso (10 años de edad). Además, piden que las clases se impartan de ser posible en grupos fijos y no cambiantes.
La asociación protesta sobre todo por la falta de presupuesto, por ejemplo para contratar personal de limpieza, o por las mencionadas carencias de infraestructura. "Nos llegan e-mails de directores de escuela diciendo que no reciben las manillas para las ventanas de la administración pública", se quejó el presidente de la asociación, Harald Willert, en la cadena pública SWR. El gremio no llegó a pedir el cierre de escuelas, pero promete seguir publicando datos concretos sobre lo que está saliendo mal en el reinicio de clases.
Distintas normas en los 16 "Länder"
En el caso de Alemania se debe tener en cuenta que esos problemas pueden variar mucho porque cada uno de los 16 estados federales ha impuesto condiciones distintas para la vuelta al cole, ya que la política educativa es asunto regional. Pero el caso de Renania del Norte-Westfalia es peculiar porque no se trata de un "Land" cualquiera.
Con sus casi 18 millones de habitantes, este estado occidental no es sólo el más poblado de Alemania, sino también el de mayor músculo económico y uno de los más industrializados. Eso no quita, paradójicamente, que arrastre problemas de infraestructura debido a la compleja transición económica que atraviesa en las últimas décadas desde la clásica industria del carbón y el acero hacia sectores productivos más modernos, así como a sus enormes centro urbanos.
NRW es además el "land" más castigado por la pandemia, con unos 58.000 contagios reportados hasta la fecha, y concentra unas 5.500 de las más de 40.000 escuelas alemanas, con casi dos millones de escolares en sus aulas. Lo que ocurra en ese estado puede tener, por tanto, carácter ejemplar para el resto del país. Y todo eso, posiblemente, explica también por qué NRW es el estado que ha emitido hasta ahora las normas más estrictas para la apertura del año escolar, que comenzó ahí el 12 de agosto. La más dura es la que exigía portar mascarillas también durante las clases, una restricción levantada a partir de septiembre hasta nuevo aviso, debido a una ligera mejoría en la situación sanitaria.
Rigor renano y laxitud berlinesa
En el otro extremo, Berlín planea autorizar incluso las excursiones escolares y descarta sólo unas pocas actividades grupales, como las clases de canto en espacios cerrados. En general, las normas más relajadas se están dando en los estados del este, en los que las cifras de infecciones son más bajas. Los últimos "Länder" en retomar el curso, a mediados de septiembre, serán los sureños Baviera y Baden-Wurtemberg, otros dos de los que más infecciones registran.
Lo curioso es que las medidas de NRW, a priori, sí convencen a algunos docentes. "Renania del Norte-Westfalia es un ejemplo de cómo se puede intentar mantener los estándares de higiene", dice a El Confidencial Heinz-Peter Meidinger, director de la Asociación Alemana de Maestros (DL), el mayor de los tres grandes gremios del sector en el país. La laxitud berlinesa, en cambio, le parece abiertamente "descabellada".
Al mismo tiempo, Meidinger admite que las estrictas normas de NRW pueden, en muchos casos, no ser compatibles con la realidad de muchas escuelas. "En el papel suena bien, pero es verdad que muchos colegios casi no las pueden poner en práctica". Aunque considera exageradas algunas de las críticas de la Asociación de Directores de Escuela regional, el representante de la DL da por hecho que el distanciamiento social y algunas normas de higiene no se podrán cumplir en muchos lugares.
La asociación, por ello, pide recurrir a las mascarillas incluso dentro del aula, por ejemplo cuando el número de alumnos supere la cantidad recomendada para garantizar una distancia de seguridad mínima entre ellos, un escenario habitual en muchas escuelas alemanas. "No podemos descartar definitivamente la obligación de llevar mascarillas también en la clase", dice Meidinger. "Nuestra política es que mientras más cuidado y más protección, mejor".
Otras recomendaciones de la DL son hacer regularmente pruebas de coronavirus entre los maestros, así como que las escuelas consideren adquirir sofisticados sistemas depuradores de aire, o al menos medidores de dióxido de carbono –estos más baratos– que permitan identificar la posible concentración de partículas en el ambiente. Medidas posiblemente muy eficaces, pero difíciles de poner en práctica sin mucho dinero de por medio. Y este, según otros maestros, no alcanza en algunos lugares ni para las ventanas.
El Gobierno alemán ha prometido fondos para intentar paliar los déficits que la pandemia está desnudando en el sistema educativo. Por ahora, una gran parte de estos está destinada a cerrar la brecha digital que afecta a las escuelas, una carencia que muchos consideran escandalosas en uno de los países más ricos del mundo y que dificulta el "homeschooling" o la educación en casa, otra de las apuestas para el nuevo año escolar.
¿Muy temprano para cantar victoria?
Pese a las dificultades, la Asociación Alemana de Maestros apoya la vuelta al cole. "Creemos que está justificado reiniciar clases, con la condición de que si no se puede mantener la distancia eso se compense con otra medidas", reitera Meidinger. "Lo que nosotros criticamos es que en muchos estados se reanude a toda prisa sin tener alternativas para garantizar las medidas de higiene", agrega.
La puesta en práctica, por el momento, avala el modelo de reapertura alemán de distintos conceptos según cada "Land". "Hasta ahora no hay escuelas que se hayan convertido en enormes focos infecciosos, como en Israel", recuerda Meidinger. Eso, sin embargo, no es garantía de que las cosas no puedan cambiar de forma inesperada y precipitada, algo casi propio de la dinámica de esta pandemia.
O podría tratarse incluso sólo de una cuestión de tiempo. Hace unos días, el diario 'Berliner Zeitung' reportaba infecciones en al menos 41 escuelas de la capital, aún relajada en cuanto a las restricciones. Pero tampoco la más estricta Renania del Norte-Westfalia escapa a los contagios: en la última semana de agosto había al menos 5.000 escolares en cuarentena en todo el estado debido a algunos contagios entre sus compañeros de clase, según el periódico regional 'Der Westen'. Y la reapertura alemana no ha cumplido aún ni un mes.
Ventilar los espacios cerrados es una regla básica para frenar la propagación del virus, ¿pero cómo hacerlo si las ventanas han perdido las manillas? ¿O si otras están incluso clausuradas debido al pésimo estado en que se encuentran? Es algo que puede sonar extraño hablando de Alemania, pero estos son algunos de los problemas que enfrentan muchas escuelas en la mayor economía europea. Así lo aseguran al menos los directores de escuela de Renania del Norte-Westfalia, el "Land" más poblado del país, en un órdago lanzado unos diez días después de la vuelta al cole en ese estado. Y el grito de guerra ha puesto en duda la estrategia para retomar las clases en medio de la pandemia.