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Polémica en Italia: un millonario ucraniano compra la isla que fue refugio del Papa
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Polémica en Italia: un millonario ucraniano compra la isla que fue refugio del Papa

Isla Gallinara no es un lugar demasiado grande, pero cuenta con tanta historia en su interior que muchos italianos se han enfadado por su venta. Ahora, el Gobierno lo quiere recuperar

Foto: Polémica en Italia: un millonario ucraniano compra la isla que fue refugio del Papa. (CC/Wikimedia Commons)
Polémica en Italia: un millonario ucraniano compra la isla que fue refugio del Papa. (CC/Wikimedia Commons)

En los últimos tiempos, la compra de terrenos privados de gran tamaño por parte de algunas de las mayores fortunas del planeta, se ha convertido en una de las prácticas más habituales en los tiempos que corren. La idea es sencilla: hacerse con un destacado terreno que puedan acotar, con el objetivo de estar alejados de ojos ajenos y contar con un lugar de descanso que sea exclusivo para ellos. Eso es exactamente lo que ha pasado en la Isla Gallinara, una pequeña extensión de terreno situada en el mar de Ligurua y que ha levantado mucha polémica en Italia.

A pesar de contar solo con 21 hectáreas de superficie, y unas dimensiones de 470 por 450 metros, la Isla Gallinara es un lugar con mucha historia. Llamada así históricamente por la gran cantidad de gallinas con las que contaba en su interior, pronto se hizo famosa a convertirse en el refugio de San Martín de Tours en el siglo IV d. C. Desde entonces, fue considerado un lugar sagrado para el catolicismo, hasta que en el año 1162 el papa Alejandro III se tuvo que refugiar allí tras huir de Federico Barbarroja. Este hecho dio lugar a que la isla pasase a estar en propiedad del Vaticano.

Foto: Tuvalu, uno de los grandes paraísos del planeta es el país menos visitado del mundo. (CC/Wikimedia Commons)

Convertida en la sede de una abadía benedictina, la isla terminaría siendo cedida a las familias de Albenga, municipio al que pertenece la Isla Gallinara. Pero en el siglo XIX, un gran banquero se encargaría de comprarla y quedársela en su poder. Así fue hasta que en la Segunda Guerra Mundial, los nazis se quedaron como en la isla a modo de base, convirtiéndola en una especie de arsenal en la que proteger su armamento. Al acabar el conflicto bélico, nueve familias adineradas de Liguria y de Piamonte comprarían la isla para ellos mismos.

Ha sido ahora, casi un siglo después, cuando un multimillonario ucraniano, llamado Oleksandr Boguslayev, ha conseguido cerrar un acuerdo con las nuevas familias propietarias para hacerse con la isla. Así, ha desembolsado un total de 10 millones de euros para conseguir su propia isla privada. Pero, desde Italia, se ha criticado muchísimo esta situación, no solo porque se trata de una reserva natural desde el año 1989, sino porque dentro del país no comprenden cómo ha podido venderse a una fortuna extranjera un pedazo de tierra que está situado a poco menos de 1,5 kilómetros de sus costas.

Las críticas no solo llegan porque Italia pierde el control sobre una isla que está frente a sus costas, sino por habérselo vendido a un multimillonario ucraniano del que poco o nada se sabe. Las únicas informaciones que hay sobre él son que se trata de un hombre de 42 años, que reside en Mónaco, pero que tiene nacionalidad de la isla caribeña de Granada. Su padre es Vyacheslav Bogulasyev, un expolítico ruso de 81 años que hizo su fortuna gracias a Motor Sich, uno de los grandes fabricantes de propulsores para aviones rusos, siendo el principal proveedor del país que preside Vladimir Putin.

En algunos foros italianos, se critica que una isla que pertenece a particulares italianos pueda ser vendida a extranjeros, aunque esperan que el gobierno italiano tenga la posibilidad de recuperar la Isla Gallinara. Hace solo unos años, un millonario alemán se encargó de comprar una pequeña isla frente a las costas de la Toscana, pero las regulaciones nacionales para la protección del territorio permitieron a Italia tener un derecho de tanteo con el que terminaron quedándose con la propiedad de la isla. Ahora, esperan que puedan hacer lo mismo con este nuevo pedazo de terreno.

"La isla es tan importante para nosotros y para los municipios costeros de la zona desde el punto de vista turístico que creo que es correcto examinar todos los aspectos del procedimiento de compraventa. Las oficinas competentes del ministerio, están examinando los documentos, el estado de las limitaciones existentes y nuestros derechos de preferencia", explica Dario Franceschini, jefe del Departamento de Patrimonio Cultural, al 'Corriere'.

Santidades, papas, abadías de renombre, el ejército nazi o, incluso, grandes fortunas han sido propietarios de la Isla Gallinara, que ahora pasará a manos del millonario Oleksandr Boguslayev. Ahora, desde Italia se busca una manera con la que poder evitar que una parte del suelo italiano pase a manos de una fortuna extranjera. "No se permitirá que se construya ningún edificio u otras especulaciones considerando su condición de refugio natural. Ya le dije al alcalde que haremos todo lo posible para que una isla de tanta belleza sea accesible para todos", explica Franceschini.

En los últimos tiempos, la compra de terrenos privados de gran tamaño por parte de algunas de las mayores fortunas del planeta, se ha convertido en una de las prácticas más habituales en los tiempos que corren. La idea es sencilla: hacerse con un destacado terreno que puedan acotar, con el objetivo de estar alejados de ojos ajenos y contar con un lugar de descanso que sea exclusivo para ellos. Eso es exactamente lo que ha pasado en la Isla Gallinara, una pequeña extensión de terreno situada en el mar de Ligurua y que ha levantado mucha polémica en Italia.

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