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"Silvia, la ingrata": cómo la conversión al islam de una secuestrada ha sacudido Italia
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Rescatada del grupo terrorista Al Shabab

"Silvia, la ingrata": cómo la conversión al islam de una secuestrada ha sacudido Italia

Silvia Romano fue secuestrada cristiana y ha sido liberada musulmana, encendiendo una polémica en una Italia asfixiada por el coronavirus

Foto: Silvia Romano a su llegada a Milán. (EFE)
Silvia Romano a su llegada a Milán. (EFE)

Por primera vez en meses, las portadas de la prensa italiana no se centraban en el coronavirus o en los fondos de recuperación para la pandemia. Desde este 9 de mayo la protagonista es la joven Silvia Romano, de apenas 25 años, rescatada de las garras de un grupo terrorista islámico y traída de vuelta a casa desde Mogadiscio, Somalia, tras 18 meses de secuestro. Sin embargo, no todos los comentarios eran de alegría por el rescate de la joven italiana. La aparición de Silvia en el aeropuerto tocada con el velo musulmán y cubierta con un largo vestido, así como la posterior confirmación de su conversión al islam durante su cautiverio, han sacudido el debate público italiano con una virulencia casi inédita y un inesperado ganador: Matteo Salvini, durante meses prácticamente desaparecido en la Italia del coronavirus.

Silvia Romano fue secuestrada cristiana y ha sido liberada musulmana. Fue secuestrada siendo Silvia y ha sido liberada siendo Aisha, tras su conversión, que ella misma ha descrito como "totalmente espontánea y no forzada". La joven cooperante fue raptada hace 18 meses en una aldea del condado Kilifi, en la costa índica de Kenia, por un grupo de delincuentes. Más tarde la trasladaron a Somalia, donde quedó en manos del grupo terrorista Al Shabab (de corte wahabí y que ha presentado su afiliación tanto a Al Qaeda como más tarde al autodenominado Estado Islámico). Según ha relatado la propia Romano, fue tratada "bien" durante todo el cautiverio. Tras la operación de los servicios de inteligencia italianos y en colaboración con el gobierno turco, muy presente en Somalia, Romano fue liberada y el 9 de mayo llegó a Roma. Ya en su casa en Milán, ha necesitado escolta de protección.

Foto: Luigi di Maio. (Reuters)

Aunque se desconoce si el Gobierno italiano ha llegado a pagar algún tipo de rescate económico al grupo terrorista que la mantenía prisionera, la prensa ha entrado de lleno al debate, especialmente candente en una Italia donde se augura una muy difícil recuperación económica tras el coronavirus. Titulares preguntándose cuánto había costado la operación, "Hemos liberado a una musulmana" o "Silvia, la ingrata" han llenado las páginas de los periódicos más sensacionalistas, especialmente de derechas, pero también de la prensa generalista. Incluso 'Il Corriere' titulaba una de sus páginas "Silvia: Una buena noticia, no una victoria nacional".

Una reacción virulenta

"Fue 'salvada', 'los italianos' han gastado una enorme cantidad de dinero [en el rescate] en tiempos crisis, y ella devuelve nuestros esfuerzos... ¡Uniéndose al enemigo! No podría tener mejores ingredientes para un escándalo de este tipo, es perfecto en todos los sentidos", explica Daniele Albertazzi, profesor de Ciencia Política de la Escuela de Gobierno y Sociedad de la Universidad de Birmingham, en entrevista con El Confidencial.

Y la derecha más populista ha aprovechado el cambio de foco. "La crisis económica y sanitaria del covid-19 ha inflamado a la opinión pública italiana más que en otras ocasiones, los italianos están prestando mucha más atención y son más agresivos con el caso de Silvia Romano", añade por su parte Alberto Magnani, periodista del diario 'Il Sole 24 Ore' y especializado en África. "La extrema derecha es particularmente talentosa en capitalizar e instrumentalizar este tipo de situaciones, e inflamar los instintos más básicos de los votantes, y La Liga ha intentado usar este caso de Silvia Romano para ganar un poco más de audiencia, ya que Salvini no está en su mejor forma ahora mismo", añade el periodista italiano.

El diputado liguista Alessandro Pagano llegó a llamar "neo terrorista" a Silvia Romano

Despojado de la calle y dejado de lado en los medios de comunicación durante la mayor parte de la pandemia, este cambio en el debate ha sido un breve balón de oxígeno que ha devuelto a Salvini y sus mensajes a la prensa diaria. Sin el marco habitual en el que ha cultivado los apoyos a una Liga que llegó a alcanzar el 34,3% (es decir, más de un tercio de los votantes válidos) en intención de voto el 31 de octubre pasado, sus apoyos se han desplomado casi diez puntos porcentuales, hasta el 25,4%.

Con mensajes más o menos obvios y distinto grado de virulencia, políticos de la Liga han avivado el debate, que se prolonga ya casi una semana. El ejemplo más radical lo encarnó este miércoles el diputado liguista Alessandro Pagano, quien durante la presentación en el Parlamento de la agenda del plan de desescalada italiano del covid-19 llegó a llamar "neo terrorista" a Romano. Un extremo rápidamente repudiado en la Cámara.

"El gobierno ha usado a Romano"

La liberación de Silvia Romano de sus captores se anunció a bombo y platillo: en redes sociales por el primer ministro Giuseppe Conte, por el ministro de Exteriores Luigi Di Maio (del Movimiento 5 Estrellas). Después de todo, era un ejemplo más de que lo que ha sostenido Conte en más de una ocasión: "Italia no abandona a ninguno de sus nacionales". La culminación del rescate de la cooperante, aun en medio de la pandemia de coronavirus, "este momento de gran dificultad, es una señal de que el Estado existe", afirmó el primer ministro. La escenografía auguraba un buen momento para la narrativa y las relaciones públicas de Conte, que acumula subidas consecutivas en todas las encuestas de opinión realizadas en los últimos meses en Italia.

Además, no era la primera vez. Hace apenas unos meses, antes de que la crisis del coronavirus asolara Italia, el Gobierno tejió la liberación de otro italiano secuestrado, esta vez en Mali, junto a su compañera canadiense. Entonces, la alegría fue unánime. En cambio, la liberación de Silvia Romano ha desatado una tormenta inesperada, empañando lo que prometía ser otra victoria del gobierno italiano, virando el marco del debate público hasta un terreno donde los partidos de la derecha populista, muy especialmente la Liga de Salvini, se sienten más cómodos.

"El problema no es Silvia Romano, sino el uso que el Gobierno le ha dado, mostrándola en la televisión en vivo y promoviendo a degolladores [en referencia a los terroristas]", ha acusado al respecto Salvini.

"Ahora soy Aisha"

"Ahora soy Aisha [como la esposa favorita del profeta Mahoma]". Estos días, los medios de comunicación han ido desgranando la historia de Romano y su cautiverio. "Durante los primeros días no hice más que llorar, pero luego me armé de valor y encontré el equilibrio interior. Gradualmente, una madurez creció dentro de mí que me ha convencido de convertirme al islam. Sucedió en mitad del cautiverio, cuando pedí poder leer el Corán. Gracias a mis carceleros también aprendí algo de árabe. Me explicaron sus razones y su cultura. Mi proceso de conversión ha sido lento, y en los últimos meses [de mi cautiverio]", ha relatado la propia Romano a la fiscalía en Roma y durante un interrogatorio que se prolongó durante cuatro horas. Su conversión, tan hecha pública por ella misma, y el hecho de que sea mujer, apuntan los expertos consultados, pueden ser algunos de los factores de esta tremenda reacción negativa a la que se ha lanzado el país.

placeholder Milan (Italy), 11 05 2020.- Italian aid worker, Silvia Romano, wearing a Somalian garb, reacts upon her arrival at home in Milan, Italy, 11 May 2020. Silvia Romano was kidnapped by gunmen from an orphanage in Kenya for 18 months. (Italia, Kenia) EFE EPA Matteo Corner
Milan (Italy), 11 05 2020.- Italian aid worker, Silvia Romano, wearing a Somalian garb, reacts upon her arrival at home in Milan, Italy, 11 May 2020. Silvia Romano was kidnapped by gunmen from an orphanage in Kenya for 18 months. (Italia, Kenia) EFE EPA Matteo Corner

La reacción del otro partido más a la derecha de las derechas italianas, los Fratelli d'Italia, ha sido curiosamente totalmente contraria a la de la Liga. La formación se ha desmarcado y ha sostenido que Romano es "una joven llena de coraje [para superar su secuestro] y un ejemplo para nuestros jóvenes".

Esta respuesta ejemplifica la creciente división entre la estrategia de ambos partidos y las esperanzas de la formación de Giorgia Meloni de seguir pescando entre los antiguos partidarios de Salvini. Aunque los expertos consideran difícil que los Fratelli d'Italia logren superar el techo del 15% de intención de voto, a tenor de las últimas encuestas los de Meloni han crecido gracias a desencantados de la Liga.

La formación de Meloni, que se mantiene como una de las políticas más populares del espectro italiano y superando a Salvini, ha pasado del apenas 6,5% que cosechó en las últimas elecciones europeas de mayo de 2019 a un 14,1% en la última encuesta, una subida radical que la coloca como el cuarto partido con mayor intención de voto ahora mismo, solo cuatro puntos por debajo del Movimiento 5 Stelle (18,6%, con también una interesante subida del 3,3% frente a los últimos meses).

Foto: El líder de la Liga, Matteo Salvini. (Reuters)

"Ambos partidos son nacionalistas, pero la Liga es más populista, mientras que FdI es más tradicionalmente conservador. Una posible razón de la transferencia es que algunos votantes de la Liga podrían haberse cansado del estilo populista e hipercomunicativo de Salvini y preferir un partido que pertenezca al mismo espacio ideológico, pero que sea más coherente, menos populista y esté liderado por una figura menos extravagante y más tranquilizadora", sostiene a este diario Giovanni Orsina, experto en partidos de derecha en Italia y profesor en el LUISS Guido Carli de la Universidad de Roma. "Salvini es muy efectivo en mítines, manifestaciones y propaganda 'on the road'. Esto ahora es imposible debido a la pandemia. Además, los votantes ahora buscan figuras políticas más tranquilizadoras", añade el experto.

Vistos siempre como un posible combo a unas hipotéticas futuras elecciones, los FdI han aprovechado para desmarcarse con una estrategia más independiente de Salvini. Sin embargo, la subida en las encuestas de Meloni a costa de la popularidad de Salvini puede no ser un fenómeno que continúe mucho más.

El enfado de los italianos con el asunto de Silvia Romano se irá en unas semanas como mucho. Mientras que el enfado y la ira con esta crisis durará mucho más

"Hay que poner en contexto la disminución de la popularidad de Salvini. Según la mayoría de las encuestas, su partido todavía atrae alrededor del 26-27%. ¡Eso es un 8% más que en las últimas elecciones generales hace solo 2 años! Además, lo que está a la vuelta de la esquina son los problemas económicos y sociales masivos, y es muy probable que la derecha pueda subir mucho en popularidad gracias a eso", advierte Albertazzi.

"El enfado de los italianos con el asunto de Silvia Romano se irá en unas semanas como mucho. Mientras que el enfado y la ira con esta crisis durará mucho más", concluye Magnani. Un terreno en el que Salvini podrá pescar de nuevo frente a un debilitado gobierno que está solo comenzando a dar sus primeros traspiés. "La popularidad de Conte es muy frágil, y el fenómeno de unión (rally around the flag) [de la sociedad italiana en torno a su figura] no durará mucho", añade Albertazzi.

Por primera vez en meses, las portadas de la prensa italiana no se centraban en el coronavirus o en los fondos de recuperación para la pandemia. Desde este 9 de mayo la protagonista es la joven Silvia Romano, de apenas 25 años, rescatada de las garras de un grupo terrorista islámico y traída de vuelta a casa desde Mogadiscio, Somalia, tras 18 meses de secuestro. Sin embargo, no todos los comentarios eran de alegría por el rescate de la joven italiana. La aparición de Silvia en el aeropuerto tocada con el velo musulmán y cubierta con un largo vestido, así como la posterior confirmación de su conversión al islam durante su cautiverio, han sacudido el debate público italiano con una virulencia casi inédita y un inesperado ganador: Matteo Salvini, durante meses prácticamente desaparecido en la Italia del coronavirus.

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