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La UE acusa a Reino Unido de estar frenando las negociaciones post Brexit
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Sin embargo, no quiere pedir prórroga

La UE acusa a Reino Unido de estar frenando las negociaciones post Brexit

Michel Barnier, negociador europeo, acusa a Reino Unido de querer progreso “selectivo” en las negociaciones y avisa de que el tiempo se acaba

Foto: Foto de archivo de los negociadiores jefe europeo (derecha) y británico. (Reuters)
Foto de archivo de los negociadiores jefe europeo (derecha) y británico. (Reuters)

Las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea van despertando tras una larga hibernación debido al coronavirus, que ha impedido que ambos equipos hayan seguido trabajando en persona y que, de hecho, ha contagiado a ambos negociadores jefes, el europeo, Michel Barnier, y el británico, David Frost.

El tiempo de las conversaciones era ya muy limitado antes de que la pandemia congelara las negociaciones, pero el calendario es todavía más estrecho ahora. Aunque el Brexit político ocurrió el pasado 31 de enero de 2020, el Reino Unido sigue unido económicamente a la UE como si fuera miembro del club, un escenario que se mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2020 y que sirve para, mientras tanto, negociar un tratado que pueda sustituir la relación económica.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

Tras finalizar una ronda de conversaciones este viernes, Barnier ha señalado en sala de prensa que la negociación está estancada y ha confirmado que el equipo británico ha reiterado al europeo de que el primer ministro Boris Johnson mantiene su promesa y no pedirá una prórroga de las negociaciones, algo que debería hacer antes del 1 de julio, y que podría extender las conversaciones uno o dos años.

"[Nosotros] No estamos cerrando la puerta a una extensión", ha explicado Barnier, que ha explicado que la Unión Europea estudiará a principios de junio si se debe extender o no las negociaciones. “Mi recomendación es que trabajemos seriamente desde ahora a junio, eso nos dará tiempo para pensar” en si se debe extender, ha señalado el negociador europeo. Pero ha lanzado un aviso que deja poco lugar a dudas sobre cómo afronta la situación el lado europeo: “Más que nunca, el tiempo está corriendo”.

Barnier ha alertado sobre el intento británico de avanzar de manera “selectiva” en las negociaciones, progresando solo en los campos que le interesan y dejando en el cajón las prioridades europeas. “El Reino Unido no puede negarse a extender la transición y al mismo tiempo frenar el progreso de las negociaciones”, ha criticado el negociador europeo, que ha vuelto a pedir “seriedad” en las conversaciones.

Profundas divisiones

Barnier, quien ha recordado que en junio está previsto que haya una conferencia de alto nivel para analizar cómo van las negociaciones y si se está aplicando el protocolo de Irlanda del Norte, que bloqueó durante mucho tiempo la negociación del Brexit, ha mostrado su preocupación respecto a los progresos por parte británica, entre otras cosas en la implementación de las medidas necesarias para que la frontera entre el Ulster y la República de Irlanda se mantenga abierta.

El francés ha señalado que hay un progreso “decepcionante” en cuatro sectores de la negociación que son cruciales y que desde el primer momento Bruselas ha señalado como prioridades, todas ellas recogidas en el acuerdo políticas de relaciones futuras que firmó Johnson, y que ahora la Comisión Europea pide que se cumpla.

El Reino Unido no puede negarse a extender la transición y al mismo tiempo frenar el progreso de las negociaciones

Por un lado está el llamado ‘level-playing field’, o ‘terreno de juego igualado’, que quiere decir que, ya que hay una apertura del mercado interior, haya una igualdad de condiciones que evite que haya una competencia desleal por parte del Reino Unido. Es decir, la idea es evitar que Londres, con un amplísimo acceso a los mercados europeos, lleve a mínimos sus estándares medioambientales o fiscales, haciendo así que empresas o industrias trasladen sus actividades a territorio británico. “Este acuerdo no sucederá, nunca sucederá, si daña el mercado único”, ha advertido Barnier.

En un segundo lugar está el asunto de la gobernanza del acuerdo: la UE quiere un único marco que negocie toda la relación, pero Londres insiste en separarlo en distintos acuerdos. El negociador europeo ha criticado que ese sistema lleva a la “ineficiencia” y “falta de transparencia”. Además, para Bruselas una de las líneas rojas es que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) debe tener un rol en la interpretación de sus normas en el marco de dicho acuerdo, algo que Londres no parece dispuesto a aceptar.

Un tercer asunto donde hay un progreso “decepcionante” es en la cooperación en seguridad y materia policial, especialmente porque el Reino Unido se niega, según el negociador europeo, a cumplir con unos estándares mínimos en la protección de datos que hace que para la Unión Europea sea una línea roja.

Por último está la pesca. La Unión Europea quiere un mantenimiento del ‘status quo’, pero Johnson sabe que uno de los votos claves en la campaña del ‘Leave’ fue de comunidades pesqueras que no quieren ver barcos europeos faenando en sus aguas. Este capítulo es crucial especialmente para Francia, aunque España también se ve directamente afectada. Barnier también ha sido claro en este punto, asegurando que no habrá acuerdo global sin un pacto positivo sobre pesca, algo que los Veintisiete querían para julio.

Las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea van despertando tras una larga hibernación debido al coronavirus, que ha impedido que ambos equipos hayan seguido trabajando en persona y que, de hecho, ha contagiado a ambos negociadores jefes, el europeo, Michel Barnier, y el británico, David Frost.

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