Es noticia
El coronavirus revive el espectro del 'Italexit', pero esta vez los europeístas tienen un plan
  1. Mundo
  2. Europa
"Atacar a la UE es rentable electoralmente"

El coronavirus revive el espectro del 'Italexit', pero esta vez los europeístas tienen un plan

¿Es inoperante o insolidaria la UE ante la crisis italiana? Las Sardinas, 'think tank' y partidos pro-Europa plantan cara al creciente apoyo de las tesis soberanistas

Foto: Las banderas de la UE e Italia ondean a media hasta en Bari, Italia, por las víctimas del Covid-19. (Reuters)
Las banderas de la UE e Italia ondean a media hasta en Bari, Italia, por las víctimas del Covid-19. (Reuters)

Europa se tambalea en Italia. Una reciente encuesta de Europa Elects da un 49% y subida de 20 puntos de apoyo al 'Italexit'. Un segundo sondeo del SWG de Trieste afirma que la confianza de los italianos en la UE ha pasado del 42% de 2019 al 27% actual. Incluso, según otra encuesta de la empresa EumetraMR, un 70% tiene una opinión no favorable de la UE y creen que Alemania es insolidaria y quiere regir la política económica italiana.

La oposición soberanista ha aprovechado, mientras, la munición que le ha regalado una UE incapaz de dar una imagen de unidad y control del relato en esta crisis. ¿Por fallo de sus complicados mecanismos de gestión o por interés de una clase política italiana que ha encontrado en Bruselas el necesario enemigo para su revolución nacionalista? Es posible que haya habido errores de todos, pero los 'pro-Italexit' han encontrado en el victimismo el caldo de cultivo necesario entre una sociedad atemorizada ante la llegada de un tsunami.

No es en todo caso esa una visión solo de la populista extrema derecha; las quejas de Europa han llegado también del Representante Permanente italiano en Bruselas, que se quejó de la falta de solidaridad entre los estados miembros en los inicios de la epidemia, y de alguna manera del propio primer ministro Giuseppe Conte, quien ha puesto contra el paredón cualquier medida europea que no sean los eurobonos en una arriesgada apuesta que le puede explotar en las manos.

Foto: Bandera europea, durante una manifestación pro-UE en Londres. (Reuters)

"Espero que los europeístas hayan entendido que si Europa es hambre, muerte y sacrificio, no es ese el futuro que debemos dejar a nuestros hijos", decía recientemente en el Senado Matteo Salvini, líder de la Lega. Es una de las frases sobre la UE, de una colección de tantas similares, que ha dejado en los últimos días el aún favorito en las encuestas para gobernar Italia. "En esta emergencia no existe Europa ni la solidaridad europea. ¿Quizá creen que Italia y España deben arrodillarse frente a la próxima Troika?", ha criticado Giorgia Meloni, líder del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia y una de los políticos que en esta crisis mejora su imagen en las encuestas. Ambos, Lega y Fratelli d’Italia, llevan años atacando las instituciones europeas y abogando por el divorcio de Bruselas. Ahora tienen la oportunidad para, cuando esto acabe, sacar toda la artillería y culpar de todos sus males a la inoperante y dividida Europa.

Ante ese escenario, el proeuropeísmo italiano ha decidido empezar a armarse. Le hará falta tomar la calle, más allá del control de los acostumbrados púlpitos intelectuales alejados de la mayoría del pueblo, y el Movimiento social 6000 Sardinas tendrá ahí un papel importante. Hasta ahora ellos son el único movimiento que en dos años ha conseguido disputarle las plazas al huracán Salvini: "El descontento no está relacionado con el rechazo de Europa, sino con la presencia de partidos políticos soberano-populistas que desafortunadamente aprovechan el ambiente general relacionado con la pandemia y sus repercusiones económicas. Estas partes han emprendido campañas de comunicación a menudo basadas en noticias falsas, sacando a la luz una visión distorsionada que conduce a soluciones totalmente inadecuadas para el momento en que vivimos", explica uno de los fundadores de Las Sardinas, Mattia Santori, a El Confidencial.

Primero Italia y los italianos

"En Italia, criticar, atacar y distanciarse de Europa es muy rentable electoralmente. Desafortunadamente, esto desencadena un círculo vicioso difícil de parar", dice también a este medio Ferdinando Nelli Feroci, presidente del Instituto de Asuntos Internacionales (IAI), quizá el 'think tank' de política exterior más importante del país.

¿Por qué crece el antieuropeísmo en Italia? "Las responsabilidades son igualmente compartidas entre las fuerzas soberanistas de la oposición y, en parte, por las fuerzas que sostienen el Gobierno. En lugar de dar valor a lo que Europa ha decidido hacer (la respuesta del BCE con la compra de títulos de estado por un billón de euros, la suspensión del pacto de estabilidad, el fondo europeo contra el desempleo, el programa de préstamos del Banco Europeo de Inversiones, el fondo de reconstrucción que se creará el 23 de abril), se insiste mucho sobre lo que Europa no hace", contesta un exdiplomático que ha pasado por las sedes de Bruselas, Nueva York, Pekín o París.

Foto: El portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch. (EFE)

¿Es entonces un problema de relato y mala comunicación? "Cuando se dice que hay un problema de comunicación lo que hay es un problema político y de identidad", contesta Filippo Sensi, diputado del Partido Democrático y exdirector de comunicación del ex primer ministro Matteo Renzi. ¿No han faltado símbolos europeos en Italia para visualizar la ayuda? "Los símbolos son importantes y es verdad que han faltado. Creo que el esfuerzo que con las mascarillas han hecho países europeos y la propia UE es, al menos, similar a China, pero en nuestras televisiones se veía cada día la llegada de médicos y productos chinos que parecían decir que China era el único país cercano, mientras la UE no aparecía. Y no era así. Todas las instituciones europeas deben hacerlo mejor en hacer cercana a Europa", opina Sensi.

El nacionalismo en es todo caso una frágil línea divisoria en la que muchos no se identifican como ejercientes. "Primero Italia y los italianos", repite siempre un político como Salvini y una cierta hipocresía parece envolver un mensaje que depende del emisor para juzgarlo. En Salvini algunos lo ven amenazante y, sin embargo, es muy común en la mayoría de campañas de publicidad italianas tropezar con ese mismo mensaje que pone en valor que el producto es de casa. ¿Europa es casa?

En la televisión se veía la llegada de médicos y productos chinos que parecían decir que China era el único país cercano, mientras la UE no aparecía. Y no era así

"Es importante subrayar que la falta de solidaridad no se puede referir a los pueblos que componen Europa, sino a esa visión política de primero los españoles, italianos o alemanes. Los partidos políticos a nivel europeo que empujan hacia este sentimiento son los verdaderos enemigos de Europa", señala Santori. "Es curioso que los soberanistas que ayer decían que primero los italianos y podemos solos, ahora cada día reclaman a la UE que haga más cosas. Esto me parece la paradoja soberanista. Hay un sentimiento soberanista en toda Europa. Creo que esta crisis es un banco de pruebas importante para la UE y no nos podemos permitirnos fallar", dice Sensi.

Ahora habría que definir qué supone fallar. En los países meridionales, víctimas, se considera que la falta de ayudas europeas alimenta su euroescepticismo sin entender que el norte tiene también sus propios equilibrios sobre el tema y su rechazo a la UE también crece. "Hay una valoración equivocada del euroescepticismo y nacionalismo sobre los países del norte de Europa. La clase política debe evitar buscar soluciones que sobre el papel parecen milagrosas y que son muy difíciles de obtener", explica Nelli Feroci. ¿No hay diversos enfermos a los que se pretende dar una única cura? "Este es un problema que ya verificamos en la crisis económica de 2009 y esta vez el riesgo es que sea más grave. Países con la misma moneda tienen situaciones de base muy distintas", señala.

Cigarras y hormigas

"En el norte quieren usar los instrumentos existentes porque creen que en el sur somos cigarras que gastamos mucho. Hay un debate fuerte también en Alemania sobre esto. Hay que liberarse de los estereotipos para evitar la habitual batalla entre hormigas y cigarras. Nosotros en el sur debemos ser responsables y Alemania, por ejemplo, debe pensar que ese dinero no va a un pozo negro", explica Sensi.

¿Es fácil confiar para un mentalidad de control de gasto como la del norte de Europa en un país como Italia que con un 135% de deuda sobre su PIB implementa medidas de ayuda como la renta para ciudadanos (ayuda de hasta 750 euros para personas sin ingresos)? "Todos los países tienen instrumentos para ayudar a los sectores más frágiles de la población. Esto no es una peculiaridad italiana. Yo no defiendo esta medida tomada por el Gobierno precedente. Puedes no fiarte de mi pasado, es justo, pero puedes fiarte del futuro", responde Sensi.

Los soberanistas que ayer decían que primero los italianos y podemos solos, ahora reclaman a la UE que haga más cosas. La paradoja soberanista.

Las próximas semana pueden ser claves. La estrategia de Conte de apostarlo todo o nada a los eurobonos puede jugarle en contra ante cualquier otra solución, aunque esa sea buena para Italia. "Fijar como único objetivo el eurobono, sabiendo que es una medida muy controvertida en Europa, ha sido un error. Espero que en el Consejo Europeo del 23 de abril salga una solución que permita al Gobierno italiano y a Conte decir que ha obtenido un buen resultado", piensa Nelli Feroci. ¿Hay riesgo real de 'Italexit'? "No creo que hay peligro de que Italia salga de UE. No me dejaría engañar por las declaraciones de algunos líderes. No creo que haya nadie que piense que Italia tiene un mejor futuro fuera de la UE o el euro", concluye el presidente del IAI.

La afirmación, ya escuchada antes en, por ejemplo, eventos como el Brexit, necesita diferenciar si en ese 'nadie' se habla de élites intelectuales y económicas o de ciudadanos de clases medias y bajas. El voto de un economista y el de un desempleado valen lo mismo en una urna y en Italia la amenaza es que lo que crezcan sean los desencantados desempleados.

Parecida opinión a Nelli Feroci tiene Sensi: "No estoy convencido que el euroescepticismo crezca en Italia. Nos mantenemos como un país europeísta. Creo que esta crisis que estamos viviendo reforzará las razones proeuropeas frente a las soberanistas. Solos, da igual si es Alemania, Francia, Italia o España, no se va ninguna parte. Es imposible parar detrás de un muro el contagio".

No creo que hay peligro de que Italia salga de UE. No me dejaría engañar por las declaraciones de algunos líderes

Ahora queda saber si hay una mayoría social detrás de esas afirmaciones. Los soberanistas tienen detrás un legítimo e importante apoyo. El euroescepticismo crece en muchos lugares de Europa y la respuesta algunos creen que debe ser coordinada. "Los valores que las Sardinas tienen en común no tienen una fecha de vencimiento o una frontera; intervienen cuando existe una amenaza a los valores esenciales por los que nos esforzamos, que son los valores fundamentales de la Unión Europea. Ya hemos demostrado en diciembre que las Sardinas no están limitadas geográficamente, sino que han salido a las calles en varias ciudades europeas, incluidas Madrid y Barcelona", dice un Santori que apunta a un movimiento global: "Cuando termine esta pandemia no descartamos la posibilidad de organizar actividades en aquellas ciudades en las que prevemos un riesgo democrático. Esperamos que la próxima plaza sea Budapest".

Europa se tambalea en Italia. Una reciente encuesta de Europa Elects da un 49% y subida de 20 puntos de apoyo al 'Italexit'. Un segundo sondeo del SWG de Trieste afirma que la confianza de los italianos en la UE ha pasado del 42% de 2019 al 27% actual. Incluso, según otra encuesta de la empresa EumetraMR, un 70% tiene una opinión no favorable de la UE y creen que Alemania es insolidaria y quiere regir la política económica italiana.