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La UE da un toque de atención y pide a los Estados que "coordinen" el desconfinamiento
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MUCHOS PAÍSES EMPIEZAN YA EL PROCESO

La UE da un toque de atención y pide a los Estados que "coordinen" el desconfinamiento

La Comisión Europea presenta una ‘hoja de ruta’ orientativa para los Estados miembros y les pide test masivos y capacidad en los hospitales antes de levantar el confinamiento

Foto: La presidenta de la Comisión Europea durante una cumbre europea. (Reuters)
La presidenta de la Comisión Europea durante una cumbre europea. (Reuters)

Durante el mes de marzo, pero especialmente durante su segunda mitad, la sensación en la sede de la Comisión Europea era que se había perdido el control sobre lo que hacían y dejaban de hacer los Estados miembros. Cada uno aplicaba confinamientos distintos, en algunos países no había nadie en las calles mientras que los parques alemanes se llenaban y los bulevares de París estaban a rebosar. Austria cerraba fronteras con Italia y lo mismo hacían otros países, dañando el Mercado Interior, el movimiento de bienes y también el de material médico. El Ejecutivo comunitario solo podía mirar.

Ahora, tras la descoordinación en las estrategias en los primeros compases del coronavirus, la Comisión Europea quiere enderezar el asunto. Es cierto que no tiene competencias, pero sí que puede presionar o marcar rutas a seguir, cosa que no hizo al inicio de la crisis porque estaba totalmente en fuera de juego. Ahora, Bruselas presenta unas directrices para salir del confinamiento justo cuando muchos Estados miembros de la Unión empiezan a plantearse el ir levantando algunas de las limitaciones para sus ciudadanos para evitar precisamente el caos, el "sálvese quien pueda" de la primera fase de la enfermedad.

Foto: Fachada de la embajada de EEUU en Madrid. (EFE)
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El documento publicado este miércoles alerta de que "la falta de coordinación al levantar las medidas restrictivas corre el riesgo de tener efectos negativos para todos los Estados miembros y crear fricciones políticas". Para evitarlo, Bruselas señala que los países “deben notificarse entre sí y a la Comisión a su debido tiempo a través del Comité de Seguridad Sanitaria antes de anunciar medidas de levantamiento, y tener para ello en cuenta sus puntos de vista [los de la Comisión]”.

Hay algunos países que, como al inicio del virus, no están esperando a que la Comisión Europea proponga estándares comunes. Dinamarca ya ha comenzado el proceso con la reapertura de colegios, también Polonia. España empieza a hacerlo, empezando con la vuelta al trabajo de algunos sectores, y en Italia se ha autorizado la apertura de algunas tiendas como librerías y papelerías, pero nada más hasta el 4 de mayo. Bélgica, donde no ha habido grandes restricciones, se lo comienza a plantear.

La Comisión Europea no tiene capacidad para imponer un ritmo de salida, tampoco para poner condiciones. Depende completamente de los países, pero sí que puede intentar armonizar el proceso, especialmente a la vista de los efectos de la descoordinación inicial. El problema es que las capitales no tienen mucha intención de hacerlo.

Hace una semana forzaron al Ejecutivo comunitario a retrasar el anuncio porque, según algunos Estados miembros, era demasiado pronto para hablar de estrategias de salida. Y hoy, solo una semana después, parece demasiado tarde. Muchos han decidido no esperar a las directrices de Bruselas.

Tras condiciones

El Ejecutivo comunitario admite que los países europeos no han sido golpeados por igual, y que por lo tanto no hay una única estrategia para todos los Estados miembros, sino que cada capital debe tener una estrategia concreta y diseñada para su caso particular.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha explicado que esta propuesta no es una señal de que los Estados miembros pueden levantar ya sus medidas de confinamiento, y ha recomendado que la salida sea “gradual” y que las capitales “analicen con cuidado” si se dan las condiciones. Bruselas señala que el fin de estas medidas debe ser "en diferentes pasos" y que debe haber un tiempo entre un paso y el siguiente, poniendo como ejemplo un mes, "ya que el efecto de su levantamiento solo se puede medir con el tiempo".

placeholder Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)
Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)

En cualquier caso, y aunque no haya una única estrategia de salida, la Comisión Europea, que ha publicado su documento de manera conjunta con el Consejo, ha establecido tres precondiciones que deberían cumplirse para que los países puedan comenzar a suavizar las medidas de confinamiento.

La primera es que haya un “criterio epidemiológico sólido” que establezca que hay una caída significativa y sostenida en el tiempo en la expansión del virus; la segunda es que los sistemas sanitarios tengan “una reserva” de capacidad para hacer frente un repunte de casos pero también para poder atender a otros pacientes; y por último que el Estado miembro tenga suficiente capacidad para realizar “una gran cantidad de tests”.

Von der Leyen ha insistido en la necesidad de que los Estados miembros, si bien no pueden tener la misma estrategia para abandonar las medidas de confinamiento, sí que deben coordinarse e informarse para evitar choques entre distintos países y esquivar las "fricciones políticas" que se mencionan en el documento publicado. "Los buenos vecinos hablan entre ellos", ha señalado Von der Leyen en una rueda de prensa.

Foto: El presidente francés, Emmanuel Macron, en una videoconferencia en el Elíseo. (EFE)

Bruselas señala que "el camino de regreso a la normalidad será muy largo", pero que "las medidas extraordinarias de confinamiento no pueden durar indefinidamente" por lo que es necesaria una "evaluación continua sobre si todavía son proporcionales a medida que evoluciona" el virus. La clave, señala el documento, es que las capitales planifiquen en qué momento "pueden reiniciar las actividades económicas y sociales al tiempo que minimizan cualquier impacto en la salud de las personas y no sobrecargan el sistema de atención médica".

A medida que la enfermedad empiece a remitir, la Comisión Europea recomienda ir sustituyendo las medidas generales de confinamiento por otras más concretas y más dirigidas. Por ejemplo, las medidas durarán más tiempo para los grupos de riesgo y deberán seguir en cuarentena las personas con síntomas leves. Al mismo tiempo, Bruselas lanza un aviso sobre los estados de alarma con los que los Gobiernos han obtenido poderes especiales para esta situación: "Los estados generales de emergencias con poderes de emergencia excepcionales para los gobiernos deberían ser reemplazados por intervenciones más específicas de los gobiernos de acuerdo con sus arreglos constitucionales. Esto garantizará la responsabilidad democrática y la transparencia de las medidas tomadas y su amplia aceptación pública, así como garantizará los derechos fundamentales y el respeto del estado de derecho".

Durante el mes de marzo, pero especialmente durante su segunda mitad, la sensación en la sede de la Comisión Europea era que se había perdido el control sobre lo que hacían y dejaban de hacer los Estados miembros. Cada uno aplicaba confinamientos distintos, en algunos países no había nadie en las calles mientras que los parques alemanes se llenaban y los bulevares de París estaban a rebosar. Austria cerraba fronteras con Italia y lo mismo hacían otros países, dañando el Mercado Interior, el movimiento de bienes y también el de material médico. El Ejecutivo comunitario solo podía mirar.

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